Ricardo Aguirre Cuellar
Estimado amigo; dos hechos aparentemente inconexos pero que remueven las heridas y el sentimiento nacional.
El primero es sin lugar a dudas el artero ataque a la UNAM y las universidades públicas por parte de López y que obtusos intelectuales orgánicos justifican, alegando que lo hace porque la UNAM no se plegó a su proyecto político por culpa de interese capitalistas al servicio de los gobiernos que impulsaron el neoliberalismo económico y al no sumarse se convirtió la máxima casa de estudios y con ella todas las universidades públicas del país, en enemigos en esa tortuosa dicotomía que representa el estás conmigo o en contra mía.
Es el argumento que esboza, por ejemplo, cada vez con más ridículas piruetas para justificar los delirios de López, Zepeda Patterson para disculpar el embate a la libre cátedra y autonomía universitaria, como un obstáculo para el enorme cambio que López se propone y la desesperación que siente por alcanzar esa su profunda transformación y la decepción que representa que la UNAM y en general las universidades públicas no se vuelquen en su absoluto apoyo porque según él, abandonaron la justicia social.
De ese tamaño lo que tienen que decir los “ intelectuales” orgánicos que avalan cuanta estupidez dice su mesías, que se olvidan de que todo lo que hoy aplauden como lacayos del poder, antes lo criticaban y molían a palos a quien se atreviera a un atentado de esa naturaleza; como hoy lo hace de forma cobarde López Obrador.
Que contraste con la postura del académico Raúl Carrancá, quien hasta hace poco era un férreo defensor de López y que con una demoledora crítica despierta de su ensoñación y señala en su colaboración de la semana pasada en El Sol de México, como consecuencia de los ataque sistemáticos de López a la UNAM – dice Carrancá- debe hacerse juicio político al Presidente, así de forma categórica. El Profesor Emérito de la UNAM y Premio Universidad , quien sin tapujos ni piruetas retóricas y demagógicas, acusa a López de calumniador por atacar a su Alma Mater como ningún Presidente en la historia lo a hecho y que ante la andanada de diatribas e insultos, sostiene Carranca a violado flagrantemente la Constitución que resguarda la autonomía universitaria y que al agraviar con sus calumnias pisoteó la Carta Magna que protestó guardar y proteger, de manera que debe ser llevado a juicio político y así ponerlo a disposición del MP y ya sin inmunidad y abrirle una carpeta de investigación por los delitos que le resulten diría yo.
Hasta ahora ningún Puma se había pronunciado con tal contundencia y claridad y con toda la autoridad moral para señalar al calumniador y ponerlo en el banquillo de los acusados.
Eso sin lugar a dudas refleja el alto grado de decepción en la expectativas creadas como candidato en los académicos y círculos de científicos y estudiosos y como ven que traiciona y pisotea todo lo que prometió.
Las vendas en los ojos se caen y queda al desnudo el farsante, el déspota el mesiánico que cree poseer la verdad.
Es evidente qué hay gente pensante que no tiene miedo a reconocer el terrible error haber apoyado a López y darse cuenta de las brutalidades que provoca con su lengua y su ambición.
Atacar las universidades y clasificarlas como conservadoras y neoliberales, cual si fuese un delito de traición, en sí mismo y no parte del libre debate de las ideas políticas y económicas que se ventilan en una universidad, cuando son nuestras instituciones de educación superior, precisamente, las incubadoras del pensamiento libre, sea este de izquierda o derecha o de centro y no de dogmas como los que quiere imponer López como PENSAMIENTO ÚNICO, y de esa manera crear autómatas que veneren al autócrata líder.
Los dogmas encadenan el pensamiento y la voluntad.
Por eso aplaudo la posición sin regateos del maestro Carrancá porque demuestra que la abyección ideológica no es el camino de un intelectual o académico o investigador o periodista que se precie de tal, como lo hace él y no como lo hace Zepeda Patterson que se dice de izquierda progresista, pero con su gimnasia rastrera de agacharse y decir sí señor, demuestra su elástica ética, ante la imposibilidad de reconocer como una bajeza los ataques a la UNAM, en lugar de buscar retorcidas justificaciones y halagos para el enfermo de poder que despacha desde un palacio.
Tener que tragar no digo sapos, sino mierda, es parte de lo que tienen que hacer y decir los intelectuales al servicio del poder omnímodo, que no permite otra cosa que solo obediencia ciega.
Justo lo que antes eran pecados mortales de traición a la patria en otros presidentes. Hoy son fundamentos de una salvadora transformación, según sus lambiscones bufones.
El otro hecho es referente a la recomendación de CNDH de la inútil Rosario Piedra Ibarra que le hace a la Fiscalía General de la República para que reabra la “investigación” del caso Colosio, aduciendo que el magnicida confeso y sentenciado a más de 40 años del otrora candidato a la Presidencia de la República por el PRI; se le violaron sus derechos humanos al ser torturado; y que de pronto en su púlpito palaciego López Obrador manifieste su siempre disposición para proteger asesinos, en este caso Aburto, como ya lo hizo con Ovidio y con muchos de los asesinos de los estudiantes de Ayotzinapa, a cambio de que “cuente” todo lo que sabe; porque según y después de un silencio sepulcral de la familia de este sujeto, homicida confeso, ahora resulta que es chivo expiatorio y en consecuencia López lo conmina a que cuente lo que sabe conforme al guión, muy seguramente ya preparado, muy al estilo Lozoya, que por cierto ya se le está acabando la cuerda en la narrativa de aquellos los malos, nosotros los buenos, en que se a convertido la charada Lozoya- Gertz Manero, y ahora Aburto lo sustituya para que embarre a diestra y siniestra a todos los enemigos de López y que Lozoya ya no puede calumniar y así mantener el espectáculo para manipular al pueblo bueno con las “historias” de los corruptos neoliberales que fraguaron el crimen y que usaron al pobre Aburto como inocente culpable.
El crimen de Colosio a sido usado por esta nefasta izquierda como producto de una conspiración y hasta un bodrio de película hicieron, con tintes de falso documental, de manera que la casualidad de la recomendación no lo es tanto y me parece que por lo dicho por López Obrador están íntimamente ligados, para junto el ataque a las universidades públicas mantener el clima de crispación, resentimiento y odio al pasado y a todo lo que represente la clase política y sociedad.
Ese es lo único que saben hacer bien. La intriga, la calumnia, la mentira y la manipulación. Construir escenarios conspirativos para presentarse como víctimas y a la vez redentores.
No hay que perder de vista que López es un experto en gritar al ladrón, al ladrón, para distraer la atención y hacer sus fechorías.
Entre paréntesis:
La aparente inconexión entre la UNAM, las universidades públicas y el magnicidio de Luis Donaldo Colosio, no es tal, pues representan demostrar como en uno y otro caso los ricos y clase medieros, junto con los políticos corruptos del neoliberalismo se beneficiaron, porque teniendo una universidad a su servicio se delineó el pensamiento individualista y mercantilista ajeno a la justicia social y en beneficio de los empresarios explotadores de la clase obrera, aparte de crear profesionistas egoístas que buscan satisfacer sus aspiraciones de clase media consumista y por otro lado al eliminar a Colosio, se impidió la reivindicación de las luchas sociales que habrían evitado la consolidación de el más nefasto sistema económico, según López y los suyos, como lo es el neoliberalismo, al que acusa de todos los males habidos y por haber.
No hay casualidades. Lo que sí hay son causalidades. Y López Obrador va mantener latente el discurso de odio y rencor social como acicate para mantenerse en el poder.
Tontos e ingenuos, quienes piensan en la buena fe de López Obrador. En todo hay cálculo y rédito político, no en balde la izquierda dogmática finca su poder en mantener muy claros quien son los enemigos del pueblo que ellos representan.
En Cuba tienen sesenta y dos años en el poder, alegando siempre como enemigo al fantasma del imperialismo yankee y la defensa de su mítica revolución, postrando a su pueblo al más caro sacrificio para mantener a la más longeva y terrible dictadura en la historia del siglo veinte y lo que va del veintiuno.
Son verdaderos artífices del ardid político conspiratorio y López lo aplica como lo aprendió.
La construcción de un hombre nuevo. Que no piense ni razone y que solo obedezca es el sueño de todo dictador de izquierda. Fácilmente manipulable y dispuesto a morir por la causa del mesías.
Quiere una universidad a su servicio e intereses.
Te imaginas algo así estimado amigo?
No cabe duda AMLO es un auténtico peligro para Mexico.
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