Eduardo Sadot
Todos los periodistas sabemos que el límite de la libertad de expresión la tienen los dueños de los medios de comunicación, porque son a los que les llega de primera mano la amenaza y el encontronazo con los representantes del dictador y de la 4Tiranía. Alazraki y Galena, censurados por el dictador.
La mayoría de los comunicadores y periodistas han vivido en carne propia el embate de una dictadura mentirosa, ratera y traicionera, evidencia del viejo refrán de “dime de que presumes y te diré de que careces” émulo de la frase de “alabanza en boca propia es vituperio” y los estribillos de “no somos como los de antes” “no somos iguales” abonan al método de Goebbels usado persistentemente en las mañaneras de que “ una mentira repetida muchas veces se hace verdad” – aunque una mentira siempre será un verdad – en todo caso se vuelve dogma, porque todos lo crean pero nunca la hace verdad.
Todos los mexicanos pensantes que no están enajenados por la 4Tiranía, saben que en las mañaneras no admiten a ningún periodista que desentone con las alabanzas del dictador, muchos llevan años solicitando ingreso y forman parte de los más miles de periodistas rechazados por escribir contra la tiranía.
Carlos Alazraki, es de esos comunicadores, comprometidos y amantes de su Patria, que ha sufrido toda clase de ofensas y burlas cobardemente desde palacio, le han acusado de todo y, sin embargo, su férrea determinación por evidenciar los abusos y caprichos del dictador, le han merecido su venganza, recientemente presionaron al Universal dejar de publicar las cartas de Alazraki, aunque en los demás medios donde participa está blindado contra dictaduras.
El caso de Vladimir Galena igual, un periodista sólido, de una formación ideológica a toda prueba como Alazraki se suman a las víctimas del resentimiento y venganza de Palacio, desde principio de sexenio ha sido perseguido y censurado, desde al año pasado le han querido aniquilar estrangulando su participación en medios, pero afortunadamente como dice “obrador” benditas redes sociales y ello hace que los verdaderos periodistas y comunicadores continúen su labor a pesar de las amenazas y los berrinches desde palacio.
A pesar de las mentiras y los millones que ha gastado la dictadura, las voces disidentes como Alazraki y Valdimir Galeana no los pueden callar, señalan la actitud caprichosa, pueril y visceral del hombrecito de palacio. Un obrador que no se da cuenta de las burlas discretas y soterradas de sus mismos colaboradores y hasta del grupo cercano que le rodea, burlándose en privado de obrador y aplaudiéndole en público como muchos suelen hacerlo.
En la vida cuando te preguntan ¿Cómo te va? siempre hay que contestar, con otra pregunta ¿Cómo ves que me va? Para no caer en el error del cornudo que dice ¡muy bien! Y cuando se va, todos dicen, pobre, si supiera, eso le pasa a obrador.
Un dictador hace daño, mientras que un comunicador hace historia con la crónica de las injusticias, si los políticos se dieran tiempo para visitar el fuerte de Guadalupe en Puebla y se detuvieran a ver las caricaturas de la dictadura de Santa Ana, seguro que lo pensarían dos veces.
Es un honor para Carlos Alazraki y Vladimir vivir en las vísceras, del resentimiento presidencial. Más, en los estertores de la 4Tiranía.
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