Alberto Pérez Dayán pasará a la historia como el traidor, el Judas que entregó el control del Poder Judicial a Morena.
Él era el plan que Claudia Sheinbaum dijo tener para enfrentar al bloque de ocho ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) que pretendía echar abajo la elección de jueces y magistrados prevista en la reforma constitucional ordenada por Andrés Manuel López Obrador.
Sabía perfectamente que ya lo habían doblado al más puro estilo gangsteril, con un expediente cargado de pecados que amenazaban con hacer público y por eso se mostraba tan segura.
Pérez Dayán, como el senador del PAN, Miguel Ángel Yunes, que dio el voto 86 a Morena en el Senado para la reforma judicial después de ser convencido también con un expediente repleto de fojas, es acusado de estar implicado en un caso de acoso sexual.
Y prefirió pasar a la historia como traidor que como acosador.
Votó junto a la plagiara de tesis, Yasmín Esquivel Mossa, esposa de José María Riobóo, amigo y contratista prefeerido de López Obrador; la incapaz e inculta Lenia Batres Guadarrama, hermana de Martí Batres, y Loretta Ortiz Ahlf, viuda de José Agustín Ortiz Pinchetti, ex titular de la Fiscalía Especializada y también amigo de López Obrador.
“La Suprema Corte de Justicia de la Nación acaba de desestimar las acciones de inconstitucionalidad en contra de la reforma al Poder Judicial, decisión notoriamente determinada por el repentino cambio de postura del cobarde ministro Alberto Pérez Dayán. Un traidor al pueblo de México que tiró su nombre en el basurero de la historia”, posteó en X Alejandro Moreno Cárdenas, líder del PRI.
Nuevamente operó el aparato de Estado para convencer, como en las épocas más rancias del PRI, cuando López Obrador y la oposición exigían acabar con la opacidad y con el autoritarismo, justo en lo que se han convertido.
¿Qué tienen en común Alberto Pérez Dayán y Miguel Ángel Yunes Márquez?
Son unos vividorazos, desleales y traidores.
Igualito que los dos senadores del PRD, José Sabino Herrera Dagdug y Araceli Saucedo Reyes, comprados por Morena para llegar a 85, y Daniel Barreda Pavón, el farsante de Movimiento Ciudadano que armó todo un teatro para ausentarse el día de la votación.
El campechano se prestó a la farsa para asegurar la mayoría calificada que necesitaba Morena, por tratarse de una reforma constitucional.
Y la lista de sinvergüenzas que pusieron sus intereses personales por encima del de sus votantes es larga, muy larga.
Desde Claudia Pavlovich Arellano, pasando por Quirino Ordaz Coppel, Carlos Miguel Aysa, Omar Fayad Meneses, Carlos Joaquín González, Alejandro Murat, Eruviel Ávila, hasta Alejandra del Moral.
Asimismo Miguel Ángel Osorio Chong, Claudia Ruiz Massieu, Nuvia Mayorga Delgado, Héctor Astudillo Flores; José Natividad González Parás y José Reyes Baeza.
Por ahí se olvida alguno, pero no puede quedar fuera Cynthia López, la cínica que se movió del PRI en el Senado para ser independiente hace apenas una semana.
Martes negro para México
Además de lo sucedido en la Corte, en Estados Unidos ocurrió lo peor.
En manos de Morena absolutamente y en manos de Donald Trump, que se impuso a Kamala Harris en las elecciones presidenciales.
Migración, economía, política. Todo se complicará.
“Esta será verdaderamente la edad de oro de Estados Unidos”, dijo el republicano en su primer mensaje como ganador.
Este será el segundo mandato del magnate.
Kamala evitó a los medios.
Vámonos: Y el dólar, por las nubes.
alberto.montoya@diahabil.com.mx @albermontmex