Aun se escucha en la charlas de café aquella vieja máxima de que “aún no estamos listos”, no sé cuándo será el tiempo en que estemos listos, el mundo entero va y viene probando nuevos caminos, analizando nuevas salidas y nosotros, no estamos listos.
Mientras Argentina y Brasil, los otros gigantes latinoamericanos, junto con otros países hermanos, se han permitido probar gobiernos de distintas corrientes buscando solucionar sus problemas, nuestros viejos paradigmas nos mantienen atados a las mismas prácticas, a los mismos planes, a la ausencia de, a la misma corrupción, a la misma educación deficiente.
Ya ni hablar de Europa que tiene años de movimiento continuos que la mantiene dinámica aunque no excluida de los problemas mundiales.
En los tiempos en que la información se obtiene de distintas fuentes y al momento, en los que la educación está al alcance de la mano, el decir que aún no estamos listos, suena más a complicidad que a conformismo.
El que países latinoamericanos como Ecuador o europeos como Holanda en los últimos meses opten por líderes progresistas que voltean a ver las necesidades de la población, y no de los poderosos, y que en Argentina y Brasil los liderazgos de Macri y Temer hayan sido rápidamente desnudados por sus intenciones de regresar a un pasado represivo y oligárquico comprueba que gracias a la rapidez de comunicación ya no es necesario que pasen décadas para darse cuenta del error ante una elección.
En Francia están próximas las elecciones y el país entero está a la expectativa del rumbo que tomaran las mismas. Jaime Paz Zamora expresidente de Bolivia escribió hace poco que fue testigo de un momento en la historia, la elección de François Mitterrand, que involucró a Gabriel García Márquez junto con presidentes latinoamericanos como José López Portillo de México (de quién por cierto en otra ocasión tocare otro momento de excelencia diplomática ante una crisis con Estados Unidos que se extraña hoy en día que estamos tan pobre en lo que algún día fuimos ejemplo a seguir, las relaciones exteriores), Jaime Roldós del Ecuador y Omar Torrijos de Panamá.
En Estados Unidos bastaron unos pocos meses para que hasta sus seguidores se dieran cuenta del error cometido al haber elegido al remedo de dictador que tiene al mundo en estos días de pascua con el alma en un hilo con sus imprudentes y bélicas decisiones, que demuestran que ha doblado las manos ante lo poco bueno que prometía hacer que era luchar contra el poder de la industria bélica y sus secuaces. Ni vale la comparación del tamaño de los personajes que son líderes en esta crisis mundial con los gigantes de las anteriores. La tara de la clase política dejando especímenes mas degradados.
De manera que el mundo cambia, el mundo se actualiza, prueba, regresa, aprende, se abre, se repliega, pero nosotros, nosotros, aun no estamos listos.
¿Cuándo estaremos listos?
A los extraterrestres, primero infórmense, luego opinen.
Jorge A. Barrientos