Por Gilberto Celis
Uno del común, precisamente por serlo, sabe que hipócritas los hay en todos lados; en las calles, en los partidos políticos, en los gobiernos y en los congresos federal y locales. Y hasta en el espejo. Dicho esto sin hacer menos al Notario Público y diputado federal del estado de México, Alí Murat, quien ha rechazado ser uno de los cinco mandatarios peor calificado por la ciudadanía; habida cuenta, de acuerdo a ‘sus estudios’ en las ocho regiones oaxaqueñas hay paz y estabilidad social.
— O sea, soñaba el ciego que veía y miraba lo que quería.
— Y más turbaciones mentales se nota cuando presume después de su papi Nelson Murat Casab, él es el único gobernador de Oaxaca que puede caminar tranquilamente por las calles.
Ahora que cuando acusa que en eso de las encuestas el que paga manda, sin duda obliga a hacer presente su estrategia para asegurar ‘un nivel de paz como nunca se ha visto’.
— Es que en su segundo informe, hizo ver fue mediante el diálogo y acuerdos entre los actores políticos.
— Pues entonces no ha clarificado ni cumplido con esos sus ‘acuerdos’.
NELSON MURAT
Llegados a este grado de delirio y cuando Oaxaca se despeña por la incapacidad del mexiquense Alí Murat, los voceros barajan que la presencia militar en misión de vigilancia de las plantas industriales del petróleo tendrá el efecto colateral de seguridad pública y en consecuencia la permanencia del junior Alí Murat los cuatro años faltantes del sexenio oaxaqueño.
— Además, la legitimación dada por AMLO ante aquellas lamentadas populares.
— ¿y qué tal la legitimidad que juran conlleva la generosidad del poder ejecutivo estatal para cederle el ¡ábrete! en la cueva de Alí Murat?
— Oiga, pero qué culpa tienen los maltrechos del común de la conversión esa.
Lo malo de todo esto es la sabida y bien ganada fama de los Murat y sus arreglos para mantenerse en la línea ejecutiva y que confunde e inquieta más por la naturalidad con que siempre se ponen ceniza en la frente.
— Por eso, el recogimiento del poder ejecutivo, los del común, prefieren no confiarse evitando andar por esas calles perversas de las más turbadas mentes que de acuerdo a ‘sus estudios’ no hay negligencia ni corrupción
— Por eso le digo.
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