El líder nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro «Alito» Moreno, ha decidido remover a Ana Lilia Herrera y Alejandro Castro de la dirigencia estatal del partido en el Estado de México.
Esta acción se produce en un contexto de creciente desbandada de alcaldes priistas hacia Morena y la Cuarta Transformación, lo que ha generado preocupación entre los líderes del partido.
Contexto de la Remoción
Diciembre marca un periodo crítico para el PRI en el Estado de México, ya que varios alcaldes han optado por abandonar el partido y unirse a la oposición.
Este movimiento se ha intensificado tras la implementación del Operativo Enjambre, dirigido por el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch, que ha llevado a la detención de funcionarios municipales vinculados a actividades delictivas.
Algunos observadores sugieren que este operativo ha influido en la decisión de algunos alcaldes de cambiar de bando.En un anuncio realizado en sus redes sociales, Alito Moreno reconoció el trabajo de Herrera y Castro, destacando su compromiso con el priismo mexiquense.
“Su trabajo ha sido clave para fortalecer la unidad y los resultados del PRI en Edomex”, escribió. Sin embargo, Herrera se limitó a mencionar que su renuncia se debía a «motivos de índole personal», mientras que Castro expresó su agradecimiento por la confianza depositada en él.
Venganza Política
El exdirigente estatal, Ricardo Aguilar Castillo, interpretó estos cambios como una venganza de Alito Moreno contra el exgobernador Alfredo del Mazo y su candidata a la elección estatal, Alejandra del Moral, quien ahora se encuentra en las filas de Morena.
Aguilar criticó la falta de explicaciones claras sobre las renuncias y sugirió que Alito busca imponer a un sustituto alineado con su grupo político.
“Es lamentable que este hecho se conozca con una foto del dirigente nacional, con dejo de cinismo y burla”, afirmó Aguilar, instando a la militancia a exigir claridad sobre los motivos detrás de estas decisiones.
Implicaciones para el PRI
La situación actual del PRI en el Estado de México es crítica. Con los peores resultados electorales en junio pasado y una creciente deserción hacia Morena, Alito Moreno enfrenta el desafío de reestructurar el partido y recuperar la confianza de los votantes.
La remoción de Herrera y Castro podría ser parte de una estrategia más amplia para consolidar el control del partido ante las inminentes elecciones.
En este contexto, la incertidumbre persiste sobre quién ocupará los cargos dejados por Herrera y Castro y cómo afectará esto al futuro político del PRI en el Estado de México.
La presión está sobre Alito Moreno para demostrar que puede unir al partido y enfrentar los desafíos que se avecinan en un panorama electoral cada vez más competitivo.
Con información de LPO
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