El presidente Andrés Manuel López Obrador ha desatado una nueva polémica al enviar al Congreso de la Unión un paquete de reformas constitucionales que, según expertos, buscan no solo asegurar su legado, sino también influir en la campaña presidencial y controlar la agenda política del país.
El mandatario mexicano, en una declaración pública el pasado lunes 5 de febrero, defendió sus propuestas como un intento de «devolver el humanismo» al país y proteger los logros de su gobierno. Sin embargo, críticos señalan que estas reformas representan una amenaza para la democracia mexicana.
Una de las propuestas más controversiales de López Obrador es la intervención en el Poder Judicial de la Federación (PJF), planteando que ministros y magistrados sean electos por voto popular. Esta medida ha generado preocupación entre los defensores de la independencia judicial, quienes argumentan que podría politizar aún más el sistema judicial.
Además, el presidente ha revivido su «Plan B» para reformar el sistema electoral, que anteriormente fue invalidado por la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN). Esta iniciativa busca desmantelar tanto al Instituto Nacional Electoral (INE) como al Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), lo que ha generado críticas sobre un posible retroceso en los avances democráticos del país.
Otro aspecto destacado de las propuestas de López Obrador es la eliminación de los órganos autónomos, los cuales ha calificado como «onerosos» y «elitistas». Entre estos organismos se encuentran la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece), el Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) y el Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI). Esta medida ha generado preocupación sobre la posible concentración de poder en manos del ejecutivo y la erosión de los controles y contrapesos en el gobierno.
Especialistas en temas legislativos han señalado que estas reformas representan un intento de López Obrador por imponer su agenda política incluso después de dejar el cargo. José Antonio Carrera, profesor -investigador de tiempo completo del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma de México, sugiere que el presidente busca influir en la campaña presidencial y garantizar el futuro de su movimiento político.
«Es un juego ganar-ganar», afirma Carrera. «Andrés Manuel es un genio de la comunicación política y ha elegido el momento estratégico para presentar estas reformas, justo antes de las elecciones, para demostrar que los partidos de siempre no quieren cooperar».
José Luis Camacho Vargas, experto en temas legislativos de la UNAM, también ha expresado su preocupación por el impacto de estas reformas en la campaña electoral. «El presidente está haciendo campaña desde Palacio Nacional», señala. «Estas propuestas populares le permiten mantenerse en el centro del debate político y continuar influyendo en la agenda nacional».
En resumen, las propuestas de reforma constitucional de López Obrador han generado un intenso debate sobre el futuro de la democracia mexicana y el papel del ejecutivo en la vida política del país. Mientras el presidente defiende sus propuestas como una forma de proteger los intereses del pueblo, críticos advierten sobre los riesgos de erosionar las instituciones democráticas y concentrar el poder en manos del gobierno central.
Con información de LaotraOpinión
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