Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Cero impunidad, aclarar los hechos y que en no mucho tiempo se tenga el relato completo de lo sucedido para honrar la memoria de quienes murieron durante lo que se conoce como Guerra sucia, fue el compromiso del presidente Andrés Manuel durante el acto oficial de apertura de archivos e instalaciones militares a la comisión de la verdad, sobre aquel periodo que oficialmente se ubica desde el sexenio de Gustavo Díaz Ordaz (1964-70) y hasta el de José López Portillo (1976-82).
De acuerdo con Wikipedia “Con el nombre de Guerra sucia se conoce en México a un conjunto de medidas de represión militar y política encaminadas a disolver a los movimientos de oposición política y armada contra el Estado mexicano. Fecha de inicio: 1960”.
Sin embargo, no se incluyó al gobierno de Adolfo López Mateos que aparte de la extraordinaria nacionalización eléctrica y el firme rechazo a la expulsión de Cuba de la OEA, tiene en su haber la represión a los movimientos ferrocarrilero, telegrafista, profesores de la capital y trabajadores de la salud, en los últimos años 50 y los primeros de los 60. Gustavo Díaz Ordaz era el secretario de Gobernación, pero la responsabilidad presidencial de López Mateos era intransferible, además del proditorio asesinato del líder campesino comunista Rubén Jaramillo, su esposa Epifania embarazada y sus hijos Enrique, Filemón y Ricardo, militantes de la Juventud Comunista de México.
Seguramente resultó difícil para los comisionados definir el periodo de su materia de trabajo, ya que fue hasta el gobierno de Miguel de la Madrid cuando desapareció la Dirección Federal de Seguridad (policía política), el 29 de noviembre de 1985. Más aún, con Carlos Salinas de Gortari (1988-94) fueron asesinados 600 activistas políticos y sociales críticos del homúnculo criminoide.
Existe la propuesta para que los comisionados investiguen la masacre de La Alameda, del entonces Distrito Federal, del 7 de julio de 1952, cometida contra el movimiento henriquista de 1947-56.
Más allá de los periodos y el mismo nombre de Guerra sucia tan debatible porque no se conocen guerras limpias, lo trascendente es la voluntad presidencial para que se abran los archivos e instalaciones de la Secretaría de la Defensa Nacional y del ahora, enhorabuena, disuelto Estado Mayor Presidencial, porque sólo así podrá ser materializado el compromiso de López Obrador, anunciado en el Campo Militar Número Uno y ante familiares de las víctimas, el miércoles 22: “No se le puede dar vuelta a la hoja así nada más, tenemos que conocer toda la verdad y que haya justicia para que no se repitan actos oprobiosos, no vuelva a haber represión”.
Finalmente, esta Utopía fue redactada rompiendo hábitos de trabajo del autor, gracias a los servicios de Prodigy Infinitum, propiedad de Teléfonos de México (Carlos Slim Helú), pues para instalar el antivirus que ofrecen gratuitamente el diseñador Web de Forum en Línea y Utopía, interactuó vía telefónica con seis técnicos a los que hubo que darles en seis ocasiones los mismos datos. En la realización de esta tarea, Héctor Quiñónez Hernández descubrió que la velocidad contratada de 500 megabytes “de bajada”, sólo es de 120 MB, cuando hace años se contrató y se paga mensualmente por 500 megabytes. Un robo a la luz del día, mientras que los ejecutivos de Prodigy Infinitum no resolvieron el fraude porque, según ellos, es necesario cambiar un cable del módem, propiedad de Telmex, y quizá hasta pagarlo.
Acuse de recibo
“¿Que no le da vergüenza a más de 320 millones de gringos que tres derechistas cubanos (Marco Rubio, Ted Cruz y Bob Menéndez) son los que decidieron la Cumbre de las Américas, supuestamente de toda América, que no ‘las Américas’, pues es un solo Continente? ¿Acaso se dice las Europas, las Asias, las Oceanías, las Áfricas?” Las preguntas son de la escritora y periodista Manú Dornbierer… Ana Isabel Sanz informa que su más reciente libro “Lo encuentran con toda facilidad en Amazon. Nunca me olvido de mis amigos mexicanos. Gracias y saludos desde España”. Apunta en el poemario Tesoros interiores: “Vamos arrostrando los días, rastreando el bosque de la realidad, como oseznos ciegos en un páramo que van buscando alimento. Nacemos y desnacemos, cada día, a cada hora, y, la vida, nos concede innumerables ocasiones de abrir la puerta grande de los Manantiales Límpidos: nuestros tesoros interiores donde permanece escondida la suerte de la dicha y la alegría del vivir. Es preciso orillar la miseria del postureo clásico, y la mentira de los zumos de neón y los dientes de visita. Es muy fácil acercarse al éxito; al verdadero éxito, porque el verdadero éxito es vivir… convivir y compartir. Entonces… Vivamos en plenitud. Vivamos a través de nuestros robustos corazones sedosos de belleza y armonía. Siempre solícitos a la luz del sol, a la magia de las estrellas, y al embrujo de la luna. Igual que un hada que siendo, estando enamorada, se hizo de alma profunda”.
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