A López Obrador lo empezaron a seguir con obstinación varios años atrás, algunos “amigos y paisanos” priístas, desde el poder formal de su estado natal, Tabasco.
Redacción MX Político.- La traición y los “golpes bajos” infringidos al hoy presidente Andrés Manuel López Obrador por algunos de sus más álgidos y deliberados enemigos políticos a lo largo de su historia, languidecen frente a los nombres de estos “pseudo-amigos y correligionarios” (conversos), que empiezan a aflorar en notas y columnas informativas.
Ni los expresidentes Calderón Hinojosa (su villano favorito), ni Salinas de Gortari (al parecer con quien pactó tregua) ni el exmandatario tabasqueño Arturo Núñez Jiménez, a quien le ha enderezado sendas investigaciones y está a punto de sentarlo frente a la justicia por desvío de recursos y peculado; ni todos aquellos se insiste, señalados como sus enemigos políticos declarados en su momento, le podrían haber hecho un acto de traición política y de daño tan letal, como el que más adelante se detalla.
De llegarse a confirmar a plenitud la hipótesis manejada por el analista tabasqueño, Juan Manuel Juárez, en su columna Purgatorio de este domingo 27 de octubre, aparecida en el diario Tabasco Hoy, en el sentido de que la conexión con el especialista en seguridad Walter Meade, representante y operador de una empresa dedicada a los servicios de información e inteligencia ubicada en el piso 35 de la Torre Impulso, en Santa Fe, habría sido el exsenador priísta por Tabasco y ex secretario general de gobierno de ese estado, Humberto Mayans Canabal, el escándalo cobraría dimensiones inesperadas e inusitadas.
Cabe destacar que Mayans Canabal, hace una semana exactamente fue nombrado consejero independiente en el Consejo de Administración de Pemex, por decisión del Presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, según trascendió extraoficialmente la mañana del lunes pasado y luego fue confirmado por fuentes cercanas a la petrolera.
Humberto Mayans, animal político que ejerce 25 horas al día, es uno de esos tipos clásicos del catálogo político provinciano que maneja el doble discurso nacionalista revolucionario, que jura inmolarse por los pobres, pero tiene hacienda con peones acasillados y usa un rólex de más de cien mil pesos.
Forjado en la época del desarrollo estabilizador en su etapa tardía, en los setentas, por la mano de Enrique González Pedrero, cuando fue Director de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM, al igual que su paisano Andrés Manuel López Obrador, hoy convertido en presidente de México por capricho del destino y de la emocracia y Mayans no; ni a gobernador pudo llegar, con todo y su poder; con todas y sus estartegias fallidas que se señalarán líneas adelante.
Y hay un tercer personaje, que fue condiscípulo de ellos en la FCPyS de la UNAM y que llegó a ser secretario general en la administración de González Pedrero en Tabasco, José Eduardo Beltrán Hernández, el más humilde de los tres, pues tanto Mayans como López Obrador venían de un origen clasemediero, fue el más humilde de los tres, “Chelalo” Beltrán, quien despuntó más pronto, de la mano del político e historiador tabasqueño. A “Chelalo” AMLO lo tiene acualmente de su representante de programas sociales en Tabasco.
Mayans Canabal ha sido el “coyote errático” de la caricatura y López Obrador el “suertudo correcaminos”, que siempre evade la tragedia y las maquinaciones geniales de sus depredadores, para explicar de algún modo esta relación.
Humberto Mayans, con otro perfil, parsimonioso, de voz engolada, buen orador desde joven, culto, con éxito con las mujeres desde la época de la Facultad, abrevó desde siempre en los sótanos de la política priísta. No siguió la misma ruta marcada por González Pedrero desde la cátedra en la Ciudad de México y después ya como autoridades locales en Tabasco, promoviendo programas asistenciales con los indígenas ni programas de siembra de hortalizas en pequeñas parcelas comunitarias, llamado los “Corredores Chontales”. “Chelalo” y AMLO sí se infectaron de esa fiebre de nacionalismo revolucionario, contagiada por González Pedrero; Mayans, el “niño bien” no.
Y es francamente increíble que López Obrador, que dice combatir a personajes como Humberto Mayans Canabal, sostenga amistad con él y lo haya nombrado en un puesto de tan alta responsabilidad, invocando sólo razones de paisanaje.
Paisanaje que, como dirían en el pueblo: “llama tanto o más que la sangre,…siempre y cuando vayamos ganando”.
Humberto Mayans es un personaje que a conveniencia y con paciencia, ha hilvanado su nueva condición de tránsfuga del PRI, a raíz -primero- de su fallido intento de lograr la candidatura a gobernador del PRI para suceder a su incondicional y compadre Andrés Granier Melo, en 2012, de triste memoria para el PRI y los tabasqueños.
Y más recientemente, en junio de 2018, cuando Mayans vió derrumbar su proyecto para ser candidato a la gubernatura frente a la abanderada del PRI Georigina Trujillo, afirmó que “seguiría siendo priísta, pero que le daría su voto a López Obrador”.
Por esa frase definitoria, Humberto Mayans fue amenazado de la expulsión del PRI en Tabasco y fue llamado traidor por el delegado del comité nacional tricolor en Tabasco, Jorge Salomón Azar.
Pero la definición implicó mucho más que un simple posicionamiento por paisanaje, fraternidad filosófica o simple amistad: La ambición desmedida de no abandonar el presupuesto o los reflectores, …o ¿acaso la impunidad que significa la cercanía con el poder?.
Humberto Mayans Canabal, es cuñado de Adán Augusto López Hernández, actual gobernador de extracción morenista de Tabasco.
Sin contar con que su hermano, el médico Fernando Mayans Canabal, ha sido senador y diputado federal por el Partido de la Revolución Democrática (PRD).
La historia es así:
La recién denunciada red de espionaje a más de 300 personajes, entre ellos el presidente López Obrador, su esposa Beatríz Gutiérrez Mueller, Olga Sánchez Cordero, titular de Segob, Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de la Presidencia y hasta Octavio Romero, director general de Pemex, entre otros muchos empreaarios, ministros de la corte y legisladores, apunta en las últimas horas hacia el estado de Tabasco, como el lugar de donde surgió desde aproximadamente el año 2010, la iniciativa para espiar y darle seguimiento a las actividades íntimas de todos esos personajes, incluído -se reitera- el actual presidente.
El cerebro y enlace con el experto en inteligencia y técnicas de espionaje, Walter Meade, habría sido Humberto Mayans Canabal, quien habría impulsado esta idea y llevado a la práctica, con el apoyo y respaldo financiero del todavía gobernador Andrés Granier Melo, su compadre y aliado político.
Walter Meade es un reputado profesional de la seguridad, cuyo parentesco con el ex candidato presidencial del PRI, José Antonio Meade Kuribreña, ha sido ya desmentido por éste.
Sus oficinas se ubican en Santa Fé, en el famoso inmueble denominado Torre Impulso, en el número 443 de avenida Santa Fe, al poniente de la Ciudad de México.
Humberto Mayans habría reclutado a Walter Meade desde Canadá y se lo trajo a Tabasco, para consolidar todo un plan, desarrollado con instrumental tecnológico y humano, pagados por los impuestos de los tabasqueños y para consolidar en 2012, la sucesión de su compadre el químico Granier, recayendo en él (Mayans), el ascenso a la gubernatura.
Se infiere entonces, que Mayans y Walter Meade, habrían espiado a diestra y siniestra, formulando escenarios y tarjetas de prospectiva; entre ellas muy seguramente la de López Obrador y su entorno, como buen factor de riesgo que siempre fue para los proyectos de Mayans Canabal, ya sea para la gubernatura, cargos de legislador o hasta lo que finalmente resultó, Presidente de la República. El programa fue muy formal y hasta nombre tuvo: “Plan Tabasco Rumbo al 2012”.
Se deduce que lo espiaron por lo menos desde 2012, hasta el pasado mes de septiembre, en que fue confirmada la investigación por el gobierno federal e incluso por el propio presidente, hace unos días en la conferencia mañanera.
Se sabe tamién que no sólo al presidente AMLO sino a todos los personajes políticos afines a la 4 T.
El “pitazo” se lo dieron anónimamente al general Audomaro Zapata, titular del Centro Nscional de Inteligencia y ha trascendido que no sólo está la investigación en curso, sino que pronto habrá resoluciones con responsables, pues se han incautado y retenido equipos de altas especificaciones y grabaciones en vídeo y en audio, así como pruebas documentales y periciales (electrónicas y magnéticas), que facilitarán para lo conducente.
Poco a poco se fueron incorporando y haciendo uso del instrumental tecnológico y sus productos de inteligencia, connotados miembros de la administración del priísta Enrique Peña Nieto: Alberto Bazbaz, ex titular de la Unidad de Inteligencia Financiera en el sexenio de EPN; Alfredo Castillo Cervantes, exprocurador del Edomex y también cercano al antecesor de López Obrador.
Alfredo Castilllo incluso ha sido visto este año 2019, acudir al edificio de Santa Fé # 443. A pregunta expresa lo ha negado. Dice que entró al inmueble, pero no a ese piso.
Se sabe ahora también que Walter Meade, habría trabajado con José Susumo Azano, exproveedor de equipos de inteligencia del Ejército en tiempos de Peña Nieto.
Ya hubo incluso posicionamientos oficiales tanto de Bazbaz, como de José Antonio Meade, a través de sus cuentas del Twitter:
En relación con la información publicada por Reforma respecto de mi participación en cualquier red de adquisición ilegal de información, niego contundentemente su existencia. 1/2
— Alberto Bazbaz (@bbazbaz) October 23, 2019
Y el ex candidato del PRI Meade Kuribreña:
Esto nos mandó @JoseAMeadeK #AtandoCabos pic.twitter.com/KFLdgVcCXp
— Denise Maerker (@DeniseMaerker) October 23, 2019
Pero, ¿Cuál fué el tipo de equipo que se adquirió en aquel 2010 y que hoy fue incautado en partes por el gobierno de la 4 T y mediante el que fueron espiados el presidente y su equipo?
Los equipos fueron vendidos por una empresa de nombre SYM Servicios S. A. de C. V., (Grupo Kabath), propiedad de un empresario de origen israelí, de nombre Niv Moshé Yarimi; el mismo quien les instaló al gobierno de Rafael Moreno Valle, gobernador de Puebla, en 2013, archivos para infectar computadoras y equipos móviles, a través de correos ocultos, que funcionan en base a un Sistema de Control Remoto (RCS), llamado también “Galileo”.
De hecho México se volvió su principal comprador a partir de ese año. Se han identificado a entidades como Estado de México, Durango, Querétaro, Puebla, Jalisco, Campeche, Baja California, Tamaulipas y Yucatán entre sus clientes; en muchas ocasiones, operando a través de intermediarios.
Cabe señalar que el sistema de monitoreo remoto “Galileo” es un producto de la italiana Hacking Team, pero lo instaló o lo vendió en su representación a las entidades gubernamentales, la empresa de Niv Yarimi.
Así entonces;… la política nos vuelve a sorprender, con casos de traición y cultivos, hechos pacientemente a lo largo de décadas.
En todos lados se cuecen habas.
hch