La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Tropical al fin, nuestro mesías odia el libre albedrío
De gira por el puerto de Veracruz, para conmemorar el Día de la Marina, el presidente López Obrador ‘descubrió’ una construcción que lo ‘enojó muchísimo’ porque atenta contra el paisaje urbano del centro histórico.
El armatoste en cuestión inició como proyecto arquitectónico en 2017 y fue denominado Torre Centro, pero fue hasta el 1 de junio de 2021, que el tabasqueño llegó a la sabia decisión de que había que ‘rebanarla’.
Solícito, el gobernador Cuitláhuac García Jiménez, activó la maquinaria burocrática para detener las obras del rascacielos jarocho, lo que hace pensar: ¿acaso en casi tres años de gobierno no había reparado en la existencia de la babélica construcción en la ciudad insignia de la entidad?
Por su parte, el alcalde, Fernando Yunes Márquez, alega que la autorización se concedió en la administración previa y que, además, funcionarios del Instituto Nacional de Antropología e Historia, participaron en las mesas de trabajo y no pusieron mayor objeción, ya qué, el edificio se ubica en el perímetro C del centro histórico, lo que permite su erección.
Así las cosas, si hubo trampa para conceder los permisos, que se castigue a los responsables (incluidos los omisos que no ‘sabían’ del tema) y sí hay que hacer ajustes…que se hagan.
Por otro lado, si todo se reduce a engordar las prerrogativas metaconstitucionales del Tlatoani, pues de plano, se debe ignorar a los poderes municipal y estatal, para mejor acudir al Palacio Nacional a pedir opinión al experto de expertos (eso que le choca el concepto), así, se evita la pérdida de tiempo, dinero y esfuerzo.
Carajo, para que tanto brinco si el piso está parejo.