Utopía
Eduardo Ibarra Aguirre
Levantó ampolla, como era previsible, la entrega de sendos reconocimientos a los divisionarios en retiro Salvador Cienfuegos y Enrique Cervantes, secretarios de la Defensa Nacional, respectivamente de los presidentes Ernesto Zedillo (1994-2000) y Enrique Peña (2012-18).
Hasta donde percibo nadie cuestiona la naturaleza de la presea Bicentenario del Heroico Colegio Militar, como sugiere el presidente Andrés Manuel, sino el hecho mismo, escenificado en la Fortaleza de San Carlos, ubicada en Perote, Veracruz, el pasado jueves 11, debido al perfil y características de la gestión castrense de ambos extitulares de la Sedena.
En el caso de Cienfuegos Cepeda, asegura López Obrador que la polémica no es por el caso Ayotzinapa –40 estudiantes aún desaparecidos nueve años después de la Noche de Iguala–, sino porque su gobierno frenó la intención de la DEA de violar nuestra soberanía al “fabricarle delitos” a Cienfuegos para vincularlo al narcotráfico. “No hay nada en donde se acuse de manera directa al general Cienfuegos de Ayotzinapa, para que quede claro, y si Anabel Hernández, Carmen Aristegui y Julio Hernández tienen otra información, que la den a conocer”, lo cual suena bastante pertinente sin necesidad de que acudan al recurso de victimizarse, aunque no les faltarían motivos por el descuidado lenguaje utilizado por Obrador, como “progres buena hondita” o “los extremos se juntan”, es decir, Reforma, los “conservas” y los aludidos.
Lo importante es la revelación presidencial de que la agencia “antinarcóticos” estadunidense y sus representantes “se quedaron muy enojados y quisieran tener un Ejército mexicano y fuerzas armadas debilitadas, sentadas en el banquillo de los acusados para que puedan hacer y deshacer en México”, como se los permitía el presunto genocida Felipe Calderón. Represiva por supuesto fue la Sedena de Cervantes –y vaya que lo padeció el prisionero y general José Francisco Gallardo y este redactor–, pero cierto es que también fue un factor de contención de la desmedida voracidad imperial de Estados Unidos.
Más significativo es aún el anuncio de Obrador de que “estoy conduciendo personalmente la investigación”, con lo que es más que firme el compromiso de cumplir a los padres y madres de Atyozinapa –lo que no es lo mismo que los abogados y asesores que no dan la cara– de localizar a sus hijos, así sean sus restos mortales. Pero tampoco son equiparables, como se puede colegir de la expresión de AMLO: “No tengo duda que hay injerencia en el caso Ayotzinapa de conservadores”.
Los temas para abordar en este debate son importantes en exceso como para distraerse en expresiones oficiales inexactas, poco afortunadas, como ya sucede con Julio Hernández López que con justo derecho revira las acusaciones de don Andrés, pero no aporta al indispensable debate, y sus lectores cierran filas como si estuviera en juego la libertad de expresión. Como por supuesto no lo está, omito las palabras solidarias.
Finalmente, a menos de un año de que concluya este gobierno de la Cuarta Transformación todavía no acaba de asimilarse que la milicia se juzga, entre otras cosas, por sus altos mandos, el comandante supremo que los encabeza y el programa de gobierno que los guía. Y, por ello, AMLO puede afirmar “Me obedecen” y son protagónicas en las más importantes tareas gubernamentales porque sin ellas serían impensable las principales obras públicas, en acatamiento a una de las cinco misiones que tienen. Por ello es completamente natural que López Obrador las defienda y aún proteja.
Acuse de recibo
“Hola mi querido Eduardo, salí ayer del hospital Ajusco medio. Me operaron dos hernias umbilical inguinal. O sea dos operaciones. La intervención duró una hora y media. El cirujano fue el subdirector del hospital. La doctora anestesista, el mismo cirujano, las muchas enfermeras me atendieron de maravilla muy profesionalmente. Todos explicaron con detalle cada proceso. Sueros, anestesia, medicamentos. No pagué un centavo. Las 14 horas de estancia de 6 de la mañana a las 8 de la noche, se fueron rápido. Hace años me afilié al Seguro Popular, que no desaparece el buen funcionamiento de lo planeado por AMLO cuando gobernó la Ciudad de México. Ahora es mejor el servicio, las instalaciones y la atención muy buena. Hubo cuatro consultas antes de la operación, radiografías, estudios de laboratorio completos y medicamentos, todo excelente y sin costo. Bueno amigo, ya te informé y agradezco tus palabras del lunes”: ASS… El GMC superó los 25 años como colectividad para el análisis y la reflexión, no exento de filias y fobias. El aniversario pasó desapercibido para más de un centenar de sus integrantes. Enlace al libro: Grupo María Cristina: 20 años de análisis, debate y pluralidad, http://www.forumenlinea.com/index.php/11-libros/61-maria-cristina (…) De la periodista Judith Álamo, una de sus componentes: “Querido Eduardo, como siempre, cuenta con mi respeto y afecto. Espero verte pronto. Un abrazo”.
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