Por Gilberto Celis
Sabe, uno del común, precisamente por serlo, siente que es momento ya de que Andrés Manuel López Obrador no ignore la cordura como Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y Presidente de México.
— Oiga, a ver, dígame cómo está eso.
— Mire, hay una razón, Quien anda por el camino no puede andar falto de cordura diciendo a los otros que están locos faltos de la realidad.
— O sea, quien anda solo no escucha a nadie más que así mismo; y en su mente, de sí mismo, solo tiene su propia realidad.
— Exacto.
El resto, tiene poca gracia. Porque, políticamente todos somos sospechosos por el mero hecho de no ser converso. Y mire que esos que se desgarran las vestiduras se la pasan discutiendo en vez de actuar en este momento y circunstancia que Andrés Manuel López Obrador, en vez de descansar para renovarse y reanudar con más fuerza y vigor, insiste en desmañanarse viendo problemas donde hay solución.
— Le digo, no es posible cambiar algo actuando como siempre ha sido toda la vida.
— Y el que quiera que algo cambie, de entrada tiene que cambiar primero su manera de pensar de siempre.
La cosa es que esa no controlada angustia y desesperación presidencial tiene aspectos trágicos y otros que la verdad son amargadamente cómicos.
Ahí tiene eso de que si no se le tiene fe a su prédica mañanera de la 4T, se está fuera de la realidad y puede ir a los medios de comunicación a manifestarse públicamente como contrario,
— Por eso le digo que es el momento de reclamar cordura a AMLO, para la renovación del entendimiento y conocimiento del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas y Presidente de México.
Me AMLOcrees, eres salvo
Uno del común, tan común que es uno, sabe que bien escrito está no debe tenerse más alto concepto de sí mismo que el que con moderación se debe tener. Y si habla de humildad republicana, cuál es el problema con el egoísmo y la vanagloria para en la medianía considerar a los demás superiores a sí mismo.
— Incluso, viéndolo bien, el problema de los conversos es que como operadores no logran convencer de la buena nueva porque no se pronuncian con la fe que el Padrecito Andrés Manuel reclama sea a ciegas.
— Pero, ¿acaso un ciego puede guiar a otro ciego?
— Disculpe, uno diría ¿y quién corrige al corrector?
Reconcome el falso reclamo de pecados jeremiacamente. Dudo mucho que los contrarios quedaran mudos por no creer en las palabras que dice AMLO ya se están 4treramente cumpliendo. Incluso, me atrevo a invitarle a reflexionar sobre lo inmejorablemente escrito por el licenciado Héctor Moctezuma de León en su columna de Circuito Cerrado “Presidente, usted solo no puede” de septiembre 26’2020
— ¿Y será que, como siempre sucede, los que no tienen fe son los que desde dentro mueven la cuna y le están despertando bruscamente de su sueño?
— ¿Y los que no creen sus palabras quedarán mudos y no podrán hablar más?
— ¿Se puede elegir?
— Por eso le digo.
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