Claudia Rodríguez
Este 2018 a Andrés Manuel López Obrador, le tocó ganar la Presidencia. Sí, fue la tercera vez que compitió por ese puesto de elección y fue la vencida.
Hay quienes lo vieron como una aspiración en la necedad, otros desde la perspectiva de la esperanza y las ganas de gobernar de manera distinta al PRIAN (la simbiosis de los priistas y panistas que ya por muchos años han colaborado como uno mismo).
También ganó la ciudadanía que de manera copiosa salió a emitir su voto. Muchos de ellos acompañados por más familiares para apropiarse de las calles del país, con el espíritu claro de participar.
No fue una jornada electoral blanca, hubo hasta homicidios lamentables que también son el reflejo de lo que seguimos viviendo en materia de inseguridad y violencia en todo el país.
Pero sin duda lo más importante es la victoria indiscutible de Andrés Manuel López Obrador sobre las caras largas, de funeral de sus adversarios que públicamente tanto lo denostaron y le propinaron un bullying grosero y descarado en tiempos de campaña.
Ni la incansable compra de votos, ni la coacción, ni la operación tamal, ni el acarreo, ni la compra de funcionarios de casilla para inhibirlos de presentarse a sus funciones y ocupar sus puestos, ni muchos más delitos electorales perpetrados; fueron obstáculo de peso para frenar los votos en mayoría en favor del candidato presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).
Los madruguetes al protagonismo del consejero presidente del Instituto Nacional Electoral (INE), Lorenzo Córdova; tanto de José Antonio Meade como de Ricardo Anaya al reconocer, justo al cierre de las casillas en todo el país, su derrota frente a López Obrador, fueron resultado de la paliza que los ciudadanos les propinaron, y como señalan muchos más, fue proporcional a los reveses que descargaron los del PRIAN por décadas hacia los mexicanos.
Esta vez los encuestadores que de manera constante y consistente leyeron y plasmaron la preferencia electoral para Andrés Manuel, estarán de fiesta; pero también el festejo grande es el de la casa de campaña de la coalición Juntos Haremos Historia que se extenderá también a las calles.
Que sea para bien y que sea una victoria para México.
Acta Divina…El candidato del PRI, José Antonio Meade aceptó a las 20:09 horas del domingo primero de julio, que las tendencias electorales no le favorecen y aceptó el virtual triunfo de Andrés Manuel López Obrador en los comicios presidenciales. “Las tendencias electorales no nos favorecen”, señaló y agradeció el apoyo recibido durante su campaña; además de que señaló que el actual régimen heredera al próximo presidente de México un país con orden financiero.
Por su parte, el candidato panista Ricardo Anaya señaló también minutos después de las ocho de la noche de este domingo que: “Ninguna democracia funciona sin demócratas, por eso porque creo en la democracia, porque soy demócrata, digo ante los mexicanos que la información con la que cuento, la tendencia da ventaja a Andrés Manuel López Obrador”
Para advertir… El comentario de Meade sobre las finanzas sanas de la actual Administración, pone el dedo en la llaga.
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