POR GUILLERMO C. ZETINA
La personalidad, los arrebatos verbales, los desplantes del presidente ya son motivo de preocupación. En redes sociales comienza un movimiento para que se le hagan análisis médicos de su capacidad mental. Varios prestigiados abogados dicen que no tiene derecho a ofender y marcar a ciudadanos que se oponen a su gobierno usando la conferencia mañanera; dicen que abusa de su poder para intimidar. Asoman rasgos de bipolaridad en él: en la mañana truena contra la prensa fifí (hipócritas, fantoches, doble cara) y unas horas después dice en Sonora que quiere la unidad, la reconciliación.
López Obrador está pasando del fragor tropical tabasqueño a escenarios que más bien son tema de diván médico. He escrito que percibo un aire demencial en sus actitudes de gobierno. Dicho coloquialmente: el presidente de la República parece chivo en cristalería. Abre frentes de batalla innecesarios (contra España, por ejemplo) y tensa más la débil cuerda contra ciudadanos, como los intelectuales, a quienes exhibe, descalifica, humilla.
El macuspanense me recuerda la ruta de colisión que llevó a nuestro paisano Roberto Madrazo a la sepultura política. Madrazo lastimó tanto a los tabasqueños y a sus políticos, que hasta la fecha familias enteras están separadas y enfrentadas. En el plano nacional, Madrazo cobró fama por la traición inherente en él y en la forma en que acabó con enemigos priístas con tal de ser candidato presidencial. En las urnas pagó Roberto su esquizofrenia. Pues esa ruta de choque veo con López Obrador: dividir, confrontar, lastimar, humillar, burlar a medio mundo aprovechando su puesto de presidente y que todos los medios de comunicación le rinden tributo por el chayote. Incluyendo la mañanera.
(Por cierto, en Tabasco, es célebre que Amlo impulsó a Arturo Núñez para ser gobernador y después lo negó, como Judas. Núñez se convirtió en el peor y más rata gobernador de los tabasqueños y el hoy presidente aún no ofrece disculpas a sus paisanos por su patinada histórica. Ahora que está de moda que Amlo pida a otros que pidan perdón; él, no).
Se nota un Andrés Manuel rencoroso, vengativo, ansioso de arrodillar a todo y a todos los que en su pasado le hicieron la vida imposible. No se le ve tolerante como presidente; se le ve rijoso, fajador, sediento de sangre quizá. Y tal vez esté entrando en un momento en que está siendo desbordado por su pasión tabasqueña y por cobrar agravios que, por lo visto, lo han marcado. Lo veo como hombre envenenado, frustrado, con enanismo espiritual. Todo lo contrario a quien llega a la presidencia después de muchos años de lucha social y con la votación más jugosa de la historia. Es más su rencor que su satisfacción por los pasos de historia que da.
Además lo aprecio despectivo, remilgoso hacia las instituciones. Acaba de herir al Senado enviando una terna casi idéntica de prospectos para comisionados de la CRE. De 12 que le rechazó el Senado, le reenvió 11. Y todo porque los senadores (donde no manda Morena) los batearon por incapaces, literal. Ahora el presidente podrá designarlos fast track, con un recurso de la ley. Y así se saldrá con la suya, como mocoso con juguete deseado…
Andrés Manuel nos sale un buen día, de la nada, sin motivo, con que hay que exigir a España que se disculpe por las barbaridades de la Conquista que ocurrió hace apenas 500 años. Hasta el momento no logro entender un motivo siquiera para este oso del presidente. Por supuesto, España lo bateó diciendo que el pasado es eso y que en este momento México y España transitan otra relación. Pregunté a muchos por qué hizo eso el presidente y nadie tiene una visión lógica. Lo que se cree es que se trata de otra ocurrencia presidencial, que tensó la calma relación entre los dos países. Ocurrencia tras ocurrencia…
Ya en serio: El presidente no ve los signos ominosos que todo México está empezando a notar: en unos pocos días se lleva dos abucheadas de pronóstico: una en el DF, en el campo de béisbol de los Diablos, y otra en Sonora, en una gira. En la primera tronó contra los fifís y en la segundas quiso hacerse el simpatías. Lo cierto es que su estilito ya empieza a disgustar a muchos mexicanos….aunque hayan votado por él.
López Obrador me recuerda también a Echeverría en ese frenesí por gobernar 36 horas del día. Nadie sabe a ciencia cierta a qué hora descansa Andrés Manuel en su palacio. Echeverría iniciaba reuniones a la una de la madrugada y no paraba de viajar; López Obrador levanta a su gabinete a las 4 para estar en la mañanera, sin contar que apenas puede toma un avión y aparece aquí y allá del territorio, haya motivo o no para esas endemoniadas giras. Parece que le vale otro infarto o minucias así. De ese tamaño la ambición de poder y demostrar que el que manda es él…
Pero ya en serio, los abucheos no son de risa. Así como orquestó silbatinas contra los gobernadores enemigos, ahora se la aplican al presidente. Con la vara….Y en el terreno de lo serio, no de las ocurrencias, esos cuatreros de la CNTE secuestran y paran las dos Cámaras y el gobierno no mueve ni una hoja contra ellos. Ya no solo cierran calles y toman vías de ferrocarril: ahora paralizan ni más ni menos que al Congreso de la Unión. Y Andrés Manuel hasta ahora repara en la hidra que es la CNTE y en qué momento le dio diputados a montón para que lo apoyaran. Los de la CNTE toda su vida han extorsionado y chantajeado gobiernos; el presidente esperó cándidamente otra cosa de esos gavilleros. Las consecuencias las pagamos todos, incluido el pueblo bueno.
El senador Armenta y Alejandro Rojas son otro indicio de que, dentro de Morena, los odios están fructificando. El primero patalea porque su partido lo chamaqueó en Puebla por ungir otra vez al oprobioso Barbosa. Y Rojas da la pelea en el partido en busca de decencia.
Y algo vital: Andrés Manuel va perdiendo la lucha contra la inseguridad. Del día que tomó posesión a hoy, han sido asesinados 7 periodistas. Enero y febrero han sido el inicio de año más violento de que se tenga registro: 5,803 ejecutados. Es febrero el mes con más asesinatos en los últimos 21 años.
Mi acelerado paisano cumplió 116 días como presidente. Un meteoro su gobierno. Pero también –lo repito- demencial. Hasta el miércoles 27 de marzo, han firmado 2,051 mexicanos para que se hagan estudios de salud mental al de la 4T. Lo malo es que el presidente da todos los días nuevos motivos para pensar que le está subiendo poca agua al tinaco.