Francisco Gómez Maza
• Entre Peña y López, el odio
• Y la reforma no se tocará
Estaba escuchando una conversación entre reporteros. Tres contra tres. Tres, apoyando al Peje. Primero los pobres. Tres hablando maravillas de Peña.
El denominador común es el odio. Unos odian a muerte al tabasqueño. Otros, al de Atlacomulco. Ninguno se da cuenta de que el papel de los políticos es defender por lo menos sus intereses. Y que no vengan a decirme que defienden los intereses de la patria.
El Peje es de oposición. Su papel es atacar al gobierno. Desnudar la corrupción y la impunidad, que son reinas en las relaciones poder-sociedad-medios. Los defensores de Peña acusan a López de acarreador de gente a sus mítines y marchas.
Se entrelazan en el pleito los compañeros. Nadie se deja, pero nadie tiene argumentos verdaderos para defenderse y para atacar. Lo único que se me ocurre recordar es aquel dicho de mi abuelo Genaro: los políticos, todos, de izquierda y de derecha, son coyotes de la misma loma. Y a los hechos hay que remitirse.
Por ejemplo. El conflicto magisterial. Loa maestros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación están convencidos de que la reforma educativa no es para los estados pobres, especialmente Chiapas, Oaxaca, Guerrero, Michoacán. Los defensores del establecimiento argumentan que esos maestros son unos flojos; “huevones”, les dicen.
Y estalla la violencia como ocurrió en Nochixtlán, en donde resultaron nueve víctimas fatales. Y en donde operaron agitadores profesionales que ciertamente no los pagó ni la CNTE ni el presidente municipal o el cacique del pueblo.
El estado de cosas en Chiapas es también de zozobra, de incertidumbre. Bloqueos y plantones son lo único con que cuentan los maestros, los padres de familia y muchos sectores del pueblo que se han agregado a los insumisos.
Ante lo ocurrido en Nochixtlán, el gobierno federal convocó a la CNTE al diálogo, pero un diálogo muy peculiar, porque el leif motif de los maestros es la reforma educativa, y en gobernación pueden dialogar de todo menos de eso, como lo advirtió desde Canadá el señor Peña.
Y si no se dialoga y se llega a un acuerdo atractivo para ambas partes sobre la reforma educativa, el conflicto va a durar ab aeternum, si no es que las fuerzas de seguridad barren con todos, con todos, los miembros de la CNTE y tendrían que barrer con buena parte del país.
Peña Nieto es un dios para los tres colegas que lo defienden. Gracias a él el país es Jauja. Todos trabajan, todos comen, todos descansan, todos se divierten, todos son felices. Todos los mexicanos están en la gloria gracias al gobierno priísta. Y López Obrador sigue siendo un peligro para México.
Para los defensores de López Obrador, éste es el defensor de los pobres. Es un demócrata, es un acarreador de simpatizantes, es un corrupto, se aprovecha de la política para llenar sus bolsillos.
Así es el México de hoy. Un país dividido. Irreconciliable. Desbordante de resentimientos. Y sólo le falta que las cuentas de la macroeconomía desbarren, que las economía real está en el atolladero, para que sea considerado una economía fallida.
No les gusta que lo diga, que lo pregunte. Ante nuestra realidad de desempleo, empleo muy mal remunerado, pobreza, pobreza extrema, indigencia, corrupción, impunidad, conflictos de intereses, me pregunto: en qué momento nos bajamos del mundo. En qué momento dejamos que un reducido grupo de todo poderosos se adueñara de las riquezas del subsuelo, del agua, de los minerales como el petróleo, el oro, la plata, los bosques de maderas preciosas, para alimentar una economía ficción, una economía de juegos de azahar, una economía de casino. Viva México, señores. Nunca diga que México es un país de mierda por favor… De mierda son los que se roban el Erario y se enriquecen de la noche a la mañana mediante el robo.
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