Francisco Gómez Maza
• Sería milagro que la economía nacional pudiera crecer más arriba de 3%
• Pero el país no está destruido, como dicen los emisarios del pasado
En las conferencias matutinas de ayer jueves y el miércoles, el presidente de la República celebró, y con razón, con bombo y platillo, los resultados del comportamiento de la economía, destacando la capacidad del secretario Rogelio Ramírez de la O, en la conducción de la política económica.
Se ufanan Ramírez de la O y el presidente AMLO de que la economía nacional continúe creciendo. Según los cálculos del titular de Hacienda, este año, el producto experimentará un crecimiento del 3 por ciento, exactamente como se anticipa en el Paquete Económico entregado al Poder Legislativo.
Sin embargo, Ramírez de la O presumen de que este crecimiento se logrará con equilibrios macroeconómicos sólidos y, como ya se anticipaba desde el Paquete Económico. Las reformas implementadas han permitido alcanzar máximos históricos en los niveles de empleo y en el poder adquisitivo de los trabajadores.
Ramírez de la O y AMLO presumen de que, en la primera mitad del año, la recaudación tributaria registró el incremento más alto desde 2019, al aumentar 4.1% real anual.
Los balances de finanzas públicas, por otra parte, se encuentran en línea con el programa para el cierre de 2023, lo que garantiza que la deuda pública, con respecto al PIB, se mantenga en un nivel sostenible. Los balances de finanzas públicas se encuentran en línea con el programa para el cierre de 2023, lo que garantiza que la deuda pública con respecto al PIB se mantenga en un nivel sostenible.
Estos datos son parte del informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al segundo trimestre de 2023, que fue dado a conocer este jueves y simultáneamente entregado a las cámaras legislativas.
En efecto, la economía mexicana creció 3.1% en 2022, tras un repunte de 4.7% en 2021, luego de una caída de 8.0% en 2020 debido a la pandemia de COVID-19. O sea que, según las estimaciones de Ramírez de la O, en el 2023 el producto no rebasará al porcentaje de crecimiento logrado en 2022.
Así que no hay mucho de qué presumir, aunque hay que reconocer que, en este sexenio, hay más reparto de los frutos del desarrollo económico, lo que puede demostrarse con el incremento de la capacidad de compra de las clases pobres, derivado de los incrementos de salarios y una relativa baja inflación.
Los datos del informe hacendario revelan también, y quizá esto sea lo más importante en estos momentos preelectorales, que es una terrible mentira que el país esté destruido como lo aseguran los voceros de la oposición panista.
Los empresarios, incluyendo a los empresarios antilopezobradoristas, no pueden negar que gozan de una situación en la cual la oferta siempre encuentra demanda, y que no han enfrentado situaciones difíciles, como las del pasado reciente, cuando las mayorías de los consumidores apenas lograban comprar parte de la canasta básica, porque no tenían realmente capacidad de compra.
Habrá que reconocer que la situación económica, en general, ha mejorado en el país y que seguirá mejorando mientras le llegue su fin, aunque los mexicanos tendrán que desplegar su capacidad de resiliencia para con una economía que, más que confiar en las cartas de una gitana, continúa creciendo al ritmo del progreso material y espiritual de los abuelos.