Francisco Gómez Maza
• Un sistema hospitalario a la deriva
• Nidos de pulgas, ácaros y neumonía
Al Instituto Mexicano del Seguro Social le llueve sobre mojado.
No le basta a los dirigentes de ese órgano de seguridad social, presuntamente tripartito porque se supone que en su capital y presupuesto participan el gobierno, los patrones y los trabajadores, lo que viene resultando una mentira porque es el presidente de la república quien hace y deshace de la institución, quien nombra a su director general, quien plantea al Congreso su presupuesto anual y quien hasta piensa y planea venderlo a las grandes cadenas hospitalarias para convertirlo en otro más de los pinchurrientos hospitales particulares que pululan en el país, desde los que regentea Olegario hasta los otrora espantacigüeñas.
Al sistema hospitalario del Seguro Social lo ha dejado el gobierno federal prácticamente a la deriva. La mayoría de los inmuebles son viejos, sucios, muchos en ruinas, y en las condiciones más deterioradas y tóxicas que jamás aguanta un sistema hospitalario que, se supone, es para cuidar la salud de los derechohabientes. Hay hospitales que hace unos cuantos años funcionaban de maravilla y que actualmente están en vías del deterioro total. Es una verdad que todo el mundo ve, que los derechohabientes lamentan, además del burocratismo que alenta la atención de los enfermos inclusive terminales. Hasta da la impresión de que los administradores de la institución retrasan la atención de los enfermos terminales para que mueran,
Y no se hable de las condiciones en que trabajan los empleados del IMSS, los médicos, los nutriólogos, los enfermeros, entre otros. Hay hospitales, y no muy lejos de la Ciudad de México, en los que se juntan la cocina donde se preparan los alimentos para los pacientes y trabajadores, el anfiteatro donde se depositan los cadáveres ya sea para entregarlos a sus familiares o para realizar autopsias o necropsias y el basurero, en donde usted puede ver toda suerte de desechos que contaminan y no se diga la situación de los lugares de trabajo, sucios, viejos, sin mobiliario, llenas de mugre, pulgas, ácaros, que afectan la salud de los trabajadores situaciones que les importa un comino a las direcciones de los hospitales. No es menor la gravedad de la situación en que trabaja el personal de salud. Y no es menor el problema de los pacientes que entran al hospital por un padecimiento curable y salen de ahí con los pies por delante porque cogieron una terrible neumonía hospitalaria.
Me estoy quedando corto, no tanto porque no tenga mucho de qué hablar, sino porque lo que escribo es sólo una muestra. En 600 palabras no es mucho lo que puede decirse. Es como escribir los 140 caracteres permitidos en Twitter. Pero decíales que al IMSS le llueve sobre mojado porque es atracado por las empresas que supuestamente le dan servicios, como por ejemplo la denuncia publicada en Análisis a Fondo Diario bajo la firma de Guillermo Pimentel Balderas. La Secretaria de la Función Pública (SFP), a través del Órgano Interno de Control (OIC) en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), inhabilitó por dos años y medio a un par de empresas médicas, por incumplir contratos y afectar patrimonio del Instituto.
Estas empresas son Fresenius Medical Care de México y Fresenius Medical Care Compañía de Servicios, que no podrán participar en procedimientos de contratación en la Administración Pública Federal (APF), ya que incumplieron contratos y afectaron el patrimonio del IMSS por 557 millones de pesos. En su momento, el IMSS notificó a la Securities and Exchange Commission (SEC) dicho incumplimiento.
El IMSS –por medio de un comunicado-, también informó que se les aplicó una multa por más de un millón de pesos, por negarse a prestar el servicio de hemodiálisis para Unidades Médicas de Alta Especialidad, Delegaciones Estatales y Hospitales Regionales, conforme a lo previsto en 19 contratos que estaban obligados a formalizar, luego de que fueran adjudicados en procedimiento licitatorio.
“El Instituto denunció ante el Órgano Interno de Control que las empresas mencionadas le causaron un daño patrimonial que asciende a 557 millones de pesos por haber tenido que adjudicar por 3 años a terceros prestadores, incluyendo a Fresenius, a un costo superior al ofertado en licitación pública”. Detalló que lo anterior, como resultado de la Licitación Pública para la contratación plurianual del Servicio Médico Integral de Hemodiálisis Interna por mil 400 mdp en 4 años, en el fallo de fecha 4 de septiembre de 2015, se adjudicaron a Fresenius 19 contratos de servicios; no obstante, no formalizó dichos contratos ocasionando un daño al patrimonio del Instituto.
Vamos a ver pues de que cuero salen más correas. Porque hablando de causar daño patrimonial también las autoridades no están exentas de culpabilidades. Y eso les consta a los trabajadores, que hasta chistes hacen por ejemplo con los tiempos y plazos que dan a un paciente para hacerle un “Ego”. Y lo que no tiene nombre es que muchos trabajadores llegan a su casa después de prolongadas jornadas de trabajo con el cuerpo picoteado por bichos que pueden ser pulgas, o ácaros, o quién sabe qué y las direcciones de tales hospitales no hacen nada por mejorar las condiciones de trabajo.
Y esto es sólo la punta del iceberg.
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