Francisco Gómez Maza
• La inflación anda baja
• Tipo de cambio, competitivo
Si es usted amigo o es enemigo de la 4Transformación no tiene por qué o entusiasmarse o enojarse ante hechos irrefutables.
En menos de 10 meses de la administración López Obrador, hay signos muy positivos de que la recuperación económica mexicana, a pesar de la crisis en las grandes potencias europeas, y la tozudez del presidente Trump para destruir cualquier economía que se le ponga en el camino, dará buenas sorpresas.
Hay dos variables que se han venido comportando como niños buenos:
La cotización del peso frente al dólar estadounidense no ha producido fuertes dolores de cabeza ni a los que tienen alto contenido de esa moneda en sus negocios, ni a los especuladores. Se ha mantenido en niveles razonables. El tipo de cambio – usted puede comprobarlo en cualquier móvil que le ofrezca información cambiaria – hoy miércoles 25 de septiembre, a las 12.25 horas, un dólar estadounidense vale 19.2528 pesos mexicanos siempre en los mismos niveles
Y la inflación. Lo que muchos economistas llaman el impuesto que pagan los pobres acaba de ubicarse por debajo de 3% (2.99), una cifra poco recurrente. El Índice Nacional de Precios al Consumidor, el indicador que mide la inflación, aumentó 0.17% en la primera mitad del mes de septiembre. Es la menor inflación de los últimos tres años. Es la tasa más baja desde 2016.
La fuente de esta información alentadora es el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi). De esta manera, la inflación hila seis quincenas, ubicándose dentro del rango de la meta objetivo del Banco de México (Banxico) de 3%, con una variabilidad de +/- un punto porcentual.
Así, el Banco de México estará en condiciones, con un crecimiento inflacionario de 2.99 por ciento, de anunciar otro recorte de 25 puntos base en la tasa objetivo, aunque atento a la resistencia a descender mostrada por el índice de precios subyacente. Después de conocerse el resultado, el área de análisis económico de CitiBanamex informó a la prensa que el dato permite mantener sus previsiones de inflación en 3.2% para este año y de 3.4% para el próximo.
“Con una actividad débil prevista para el futuro, esperamos que la inflación subyacente disminuya durante el resto del año, dando espacio para que Banxico reduzca su tasa en sus reuniones de septiembre y noviembre”, detalló.
Hasta hace unas semanas había mucho escozor y rencor de muchos inversionistas por el cambio de política económica al que estaban acostumbrados con los gobiernos del Viejo Régimen.
El gobierno actual ha hecho lo posible por recrear las condiciones de confianza de los inversionistas, lo que ha logrado sólo muy parcialmente, aun haciendo alianzas con ciertos sectores empresariales que no mezclan el dinero con la ideología, sino que se guían por el pragmatismo de los negocios.
Lo cierto es que la economía no se comportará ni mejor ni peor de como se comportó en el sexenio pasado, en el cual se suponía que había confianza para los inversionistas, lo cual no fue cierto. Ahora nos quedan 3 meses para que termine el primer año del sexenio.
Es muy probable que el producto interno bruto no llegue a crecer el 1 por ciento, pero con la enorme ventaja de equilibrio en el mercado cambiario y en los mercados del dinero. Y además con un crecimiento inflacionario en alrededor del 3 por ciento. Pero no hay de qué preocuparse, estoy seguro de que el bajo crecimiento del PIB no le arrancará ni un pelo a las grandes fortunas de este país. Seguirán mandando sus depósitos a los bancos off shore como ha ocurrido sempiternamente.
Y con la construcción del Aeropuerto de Santa Lucía y la Refinería de Dos Bocas, si es que no se reactivan las inversiones privadas, el augurio es que en 2020 las cosas mejorarán. En realidad más que fenómenos ideológicos son asuntos misteriosos de la curva de Gini.