• Los verdes, de escándalo en escándalo
• Chiapas, su laboratorio de corrupción
Basta con asomarse a los registros de Google para conocer el truculento historial de los verdes de los González Torres, desde la vida inútil del Niño Verde hasta los días de gloria y esplendor de Manuelito Velasco en Chiapas, a quién no sé que le vio Enrique Peña Nieto como para coronarlo como su Virrey en tierras de caciques.
Busque Partido Verde Ecologista de México en los archivos de esa empresa y no hallará más que reportes negativos, de escándalos, de actos de corrupción, en los que han sido protagonistas los dirigentes verdes.
Lo de menos es que ahora estén mamándole las chichis al PRI. Siempre lo han hecho con cualquiera, con el que paga mejor. Antes se las habían mamado al PAN. Lo importante para ellos es estar siempre pegados a las tetas de quien pueda garantizarles sustanciosos ingresos provenientes del erario que usted y yo abultamos con nuestros impuestos.
A la chita callando, como un mosca muerta, el paradigma de la corrupción verde es Manuelito, arrasador, agandallador, gobernador de Chiapas, estado que han constituido en el búnquer para desde ahí catapultarse a la vida nacional, con el incondicional apoyo, más que del PRI, del propio presidente de la república, quien más parece verde que tricolor.
Quién sabe qué les vio Peña a estos cretinos que los ha sublimado. El PRI disponía de prospectos infinitamente mejores para Chiapas, pero tuvo que lanzar al nieto del desaparecido doctor Manuel Velasco Suárez. El muchacho está en el palacio de gobierno para fortalecer y operar a favor de los intereses de los verdes, engañando inmisericordemente a los pobres e ignorantes que votan por quien les dé una torta y un refresco, o una camiseta o un gorrito.
Con decirle que de los votos que obtuvo el verde en el ámbito nacional, en las pasadas elecciones del 7 de junio, un poco menos de tres millones, como alrededor de 600 mil provinieron de las urnas electorales de Chiapas, y le costaron a los contribuyentes una buena tajada del presupuesto que debería de destinarse a la obra de gobierno, En Chiapas hicieron su agosto los verdes con la impunidad que les garantizó y les garantiza Velasco.
Y otro tanto ocurrirá en las ya próximas elecciones locales, en las cuales los chiapanecos elegirán presidentes municipales y miembros del congreso local. Los verdes, impulsados por abultados presupuestos provenientes del erario estatal, arrasarán en todo el estado, en donde se invirtieron los papeles pues el PRI se constituyó en vergonzante comparsa del partido de la familia González Torres, regenteado en la práctica por la Quija Velasco. Así le apodan al gobernador por el color casi transparente de su piel, comparándola con esos animalitos que amenizan el sueño de los chiapanecos con sus conciertos de besos.
Lo peor de todo es que a los órganos jurisdiccionales, el INE, el TEPJF, la Fiscalía de Delitos Electorales, así como la dirigencia del PRI y el presidente de la república hacen como que la virgen les habla cuando se habla de ese vil negocio de corrupción que es el PVEM, a cuyos regenteadores que no dirigentes, lo único que les importa es mamar, y mamar lo que sea.
Tan sólo en el buscador de Google hay una interminable lista de escándalos de corrupción protagonizados por los verdes. Inclusive hasta complicidades con capos del narco. El heredero de la familia González Torres es, como dicen en la televisión, ventaneado y cogido con las manos en la maza.
Y todo el mundo simula no ver nada. El que calla otorga dice el adagio y esto es lo que han hecho los dirigentes del PRI al mantener como su satélite al PVEM, que le darán buena mayoría en la Cámara de Diputados para que los asuntos iniciados por Los Pinos pasen como pasaron las mentadas reformas estructurales, que sólo sus autores dicen que van a hacer de México un paraíso para las grandes inversiones. Pero los priístas están criando cuervos… Si no lo cree, al tiempo…
Un día de estos, los priístas se van a encontrar con que se invirtieron los papeles. Como van las cosas, y mientras los priístas lo permitan, el PRI va a volverse el patiño, el satélite de los verdes. No es nada difícil que así sea, pues desde hace algún tiempo lo que gobierna México es la ligereza, la irresponsabilidad, el espíritu emprendedor de negocios particulares a cargo del erario.
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