• Granier quebró a Tabasco
• El desfalco, doble crimen
Tabasco, de las mariposas blancas, de los seductores pantanos de Centla, de la belleza femenina exuberante, ¿es ya un Edén Perdido? Penosos infortunios han maldecido a los tabasqueños, sobre todo la destrucción ecológica del petróleo, las eternas inundaciones de sus campos, y no sólo de los barrios pobres de Villahermosa, su capital, y ahora el saqueo de los recursos que el gobierno federal le etiquetó para lo indispensable, para cuidar de la salud de los niños tabasqueños.
Ayer se lo volvieron a preguntar – lo hizo una periodista – y lo respondió como la primera vez: Dónde ve usted, gobernador, a su antecesor Andrés Granier Melo. “En la cárcel”, reafirmó, sin un solo dejo de resentimiento, el actual gobernador perredista que despacha en paradisiaca y tropical Quinta Grijalva, Arturo Núñez Jiménez, a quien pareciera que, después de toda la vida de gobiernos priístas, le tocó bailar con la más fea.
Y no es asunto partidista, no es porque Núñez Jiménez haya renunciado al PRI y ahora sea perredista, y su antecesor, priísta. El que descubrió el desfalco de la administración Granier fue el mismo gobierno priísta que volvió a Los Pinos el primero de diciembre del 2012. Fue el gobierno priísta quien se dio cuenta del latrocinio perpetrado por ladrones al mando del priísta Andrés Granier Melo que, es lamentable decirlo, de Ingeniero Químico sólo tiene el título. Es más, el gobierno de Núñez Jiménez no anotó el nombre de Granier en la denuncia presentada ante el Ministerio Público por el desfalco. Pero… tanto peca el que mata la vaca como el que le jala las patas.
No es pecado menor. Es mortal. Doble mortal. Sobre todo porque el robo afectó y afecta al sistema de salud. Ha habido momentos en que en el hospital infantil se acaba el suministro de oxígeno para los enfermitos y no hay con qué comprarlo. Eso no tiene otro nombre más que crimen. Son como 2.400 millones de pesos los que hacen falta al erario tabasqueño. Los 100 millones de pesos incautados por la Procuraduría General de Justicia de Tabasco (PGJT) en una propiedad de José Saiz Pineda, quien fuera secretario de Finanzas, son pecado venial.
El gobierno tabasqueño prácticamente está en la bancarrota Le debe a medio mundo; a sus proveedores medianos y pequeños, muchos de los cuales tuvieron que cerrar por falta de liquidez; le debe al Fisco; no se ha pagado el impuesto sobre la Renta; no se han enterado los pagos del Sistema de Ahorro del Retiro para los trabajadores de la administración; se debe el seguro médico colectivo para los trabajadores, y ya muchos han tenido gravísimos problemas para ser atendidos en enfermedades graves.
Ciertamente, un crimen en contra de los tabasqueños. Un estado pequeño, anegado permanentemente y en peligro de desaparecer por las grandes inundaciones de las temporadas de huracanes, que por cierto ya vienen, y que hacen del Edén un infierno para los tabasqueños.
Pronto va a quedar claro este asunto, que esperamos no vaya a ser una réplica de las impresionantes videoproducciones al estilo de Genaro García Luna. Que la “justicia” encarcele sólo a los operadores del gran robo de la historia tabasqueña. Por el momento, el ingeniero químico se presentó voluntariamente ante los agentes de la Procuraduría General de la República a “limpiar su nombre”. Ayer estuvo horas respondiendo a las preguntas interminables del Ministerio Público, en las instalaciones de la SEIDO (Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada). Y dependiendo de lo que decida o haya decidido ya la PGR, Granier tiene cita para hoy en la Procuraduría General de Justicia de Tabasco.
Por lo pronto, Núñez Jiménez tuvo que apersonarse con el subsecretario de Gobernación, Luis Miranda, para solicitar el apoyo urgente del gobierno federal ante la bancarrota.
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