• Una confrontación anunciada
• El pretexto, la reforma educativa
Ayer quedó paralizado el Poder Legislativo. Lo pusieron en jaque y anularon los maestros disidentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), agrupados en la Coordinadora (CNTE), quienes declararon Estado de Sitio a la Cámara de Diputados.
Estaba previsto en la agenda legislativa la celebración del Pleno en el búnquer de San Lázaro, para el segundo periodo extraordinario (21-23), en cuya orden del día estaban las leyes secundarias de la reforma educativa.
En la Gaceta Parlamentaria aparecía programada la discusión de la Ley del Servicio Profesional Docente, la causa del malestar del magisterio agremiado en la CNTE, opositora al sindicato de maestros que comandaba la profesora Elba Esther Gordillo.
Pero metidos en un callejón sin salida, bajo la presión de los sitiadores, los jefes de los legisladores dieron un paso atrás y cambiaron la agenda; borraron la publicación en la Gaceta. No se tocaría y menos aprobaría la Ley del Servicio Profesional Docente.
Mas, daban las 17 horas, el miércoles, y la asamblea de diputados no se instalaba en ningún sitio alterno, y menos en el Salón de Sesiones. Los coordinadores parlamentarios del PRI y el PRD, Manlio Fabio Beltrones y Silvano Aureoles Conejo (nunca supimos si también Villarreal, del PAN), no lograron ablandar a los maestros, que decidieron quedarse plantados en todas las puertas del complejo legislativo, “por tiempo indefinido”.
El primer cuadro de la ciudad fue ayer un caos. Problemas de circulación de vehículos en Paseo de la Reforma (El Senado esta en Reforma e Insurgentes), la principal avenida de la ciudad, y en el entorno urbano de la Cámara de Diputados, muy cerca de Palacio Nacional.
La orden del día de la Asamblea quedó archivada hasta anoche. Si consiguen un sitio alterno, en el que quepan 500 curules, más todo el personal del servicio de la Cámara, hoy jueves podría abrirse el periodo extra, pero sólo para “debatir” y aprobar la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación y la Ley General de Educación., que no significan mayores problemas para la disidencia magisterial, y otros asuntos menos sensibles.
La Cámara de Diputados seguía cerrada al momento de redactar esta nota. Los trabajadores de la CNTE no sabían, o no estaban enterados, de que, desde el martes, a raíz de su visita a San Lázaro, la Junta de Coordinación Política pidió a la Presidencia de la Cámara (Arroyo Vieyra) esperar el dictamen que tiene que ver con el Servicio Profesional Docente “hasta que no se tuviesen las condiciones”. Pero si no los reprime la policía, los sitiadores estarán ahí el resto de la semana.
Imposible que sólo quieran certeza de que no habrá “madruguete”. En el fondo, el objetivo de los líderes es hacer bulla. Mostrar poder ante el gobierno. No van a Los Pinos porque está blindada por soldados del Estado Mayor Presidencial, apoyados por elementos de la Policía Federal.
Pero entonces, quién está detrás de la CNTE. No están sólo guerrilleros del EPR. Ni gobernadores perredistas. Ni López Obrador. Ni mucho menos algún político en desgracia que quiera fastidiar a Peña Nieto. (¿O sí?). ¿Estará el mismísimo demonio de Elba Esther?
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