Francisco Gómez Maza
• Todos los días el gobierno les mienta la madre a los pobres
• Estos tienen que apechugar porque la riqueza es de los ricos
Mientras el presidente salamereó con lo que él imagina que está muy bien en México, que para él es todo, las mismas fuentes gubernamentales lo desmienten. El quinto informe fue la presentación festiva de lo que un colega calificó como el México desconocido, porque ni la economía, ni las finanzas, ni la seguridad pública, ni la enorme ola de ejecuciones, ni el asesinato de mujeres, ni el respeto a los derechos humanos, ni la tortura en las prisiones, ni la procuración de justicia, ni la impartición de ella son dignos de elogios.
Al contrario, México va viento en popa al despeñadero, al vacío, si no se cambia de raíz el modelo pre capitalista que privilegia a los muy pocos en injusto detrimento de los trabajadores y las clases pobres.
El gobierno presume que se detuvo el crecimiento de la pobreza nacional, pero desde este telescopio vemos que hay más familias pobres, y en extrema pobreza que hace tres sexenios.
No se fija el presidente que las ciudades, y particularmente las grandes ciudades, entre ellas la Ciudad de México, están pobladas de pobres. Los ricos, que son muy pocos, no salen de sus zonas de seguridad t realizan sus millonarias operaciones por la internet, si salen es para viajar a algún paraíso de los Estados Unidos, el destino preferido de los hijos de Pluto.
En su afán de pasar a la historia, como el ideal del gobernante que cree que modernizó la economía nacional, pero que en realidad vendió a la patria a los capitales estadounidenses, principalmente, el presidente ocultó lo fallido de su gobierno, que es todo, porque hasta las reformas estructurales sirvieron para maldita sea la cosa, principalmente la laboral, la educativa, la hacendaria, la financiera, la bancaria y prácticamente desmanteló a la otrora empresa de México, Petróleos Mexicanos por órdenes del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, los herederos de los economicistas de Chicago. Por eso es que le tiene pánico a López Obrador, porque cree que el tabasqueño le echará abajo todo lo que él hizo bien, pero en beneficio de las clases poderosas locales, especialmente de las del vecino país, ante cuyo presidente, un alienado fascista, se arrodilla todos los días.
Y ya inició la guerra sucia electoral, al atacar al tabasqueño, objeto de una inmensa popularidad, inclusive de sectores empresariales, descontentos con la política económica gubernamental,. Y en su quinto informe de gobierno, intento parar en seco esa escandalosa escalada de popularidad, inclusive entre hombres de negocios y empresarios, del dirigente de Morena.
El presidente rechaza que en México haya pobreza y desigualdad, Los pobres son pobres por flojos o porque son objeto de la voluntad divina, Son pobres por la gracia de dios. Pero independientemente de rechazos y mentiras, hay que destacar que el ingreso que reciben las familias más ricas de México es 21 veces mayor al que perciben los hogares más pobres, relación superior a la existente en economías como la de El Salvador, donde los más adinerados ganan 15 veces el ingreso de quienes tienen menores recursos.
La perla negra del pastel de la propiedad de los recursos es la desigualdad. México pasó de ser tierra de caciques a tierra de la desigualdad. Y quienes acaparan el ingreso son la clase política de derechas y los barones de la droga, cuya frontera o línea divisoria con la clase política no es nada visible, se desvanece cuando vemos que los políticos entran a la política casi con una mano atrás y otra Adelante y salen con toneladas de dinero para gozar la vida porque creen que se lo merecen.
Un académico investigador de El Colegio de México, el profesor Gerardo Esquivel, lo dice muy claro: “La posición de México no parece ser mala en América Latina, pero cuando se trata de la región más desigual del mundo, entonces no es bueno”.
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