Francisco Gómez Maza
• Vivir fuera del presupuesto es vivir en el error
• No te pido que me des, sólo ponme donde hay
Bien lo decía “El Tlacuache” César Garizurieta: “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”. Esa es la filosofía del “doctor” Ernesto Villanueva Villanueva, conocido entre sus pares como el “apóstata”, quien le pidió a Julio Scherer Ibarra un gran favor: ‘”Señor no te pido que me des, si no que me pongas donde hay”.
Villanueva se ufana de tener el respaldo de Scherer Ibarra, consejero jurídico de la Presidencia de la República, para hacerse de la presidencia del INAI.
El sueño dorado del apóstata es encabezar el Instituto Nacional de Acceso a la Información y Protección de Datos Personales. Lo malo, es que Villanueva está acostumbrado a estar detrás del escritorio y su especialidad no lo es tanto la transparencia, sino los burdos negocios que se hacen desde las oficinas públicas.
El todavía presidente del INAI, Francisco Acuña Llamas, es parte de los tinglados de Villanueva. Bajo el compromiso de que amor con amor se paga, Acuña incrustó en el INAI a varios recomendados de Villanueva. Lo malo es que Acuña cayó de la gracia de Villanueva, quien se ha refocilado desde ahora con cobrar “facturas pendientes” a su benefactor, en caso de que éste asuma la presidencia del INAI.
Para nadie es un secreto que Villanueva tiene una adicción a la destrucción institucional.
Egresado de la UAM, perfil que mucho tiempo ocultó, ostentándose con grados académicos con los que no cuenta (de la simple consulta en la dirección general de profesiones aparece sólo la licenciatura, sin maestría ni doctorados reconocidos en México), eso sí buscando en los demás su existencia. Por ejemplo, Villanueva se inventó un “doctorado” de la Escuela de Periodismo Carlos Septién García, en donde sólo se cuenta con maestría y no hay ningún egresado de doctorado. (Para despejar cualquier duda al respecto, se puede consultar la siguiente liga http://ernestovillanueva.blogspot.com/2011/02/transparencia-de-profesiones.html)
Así es Villanueva, un chalán de grandes jefes expriistas, que presumía su cercanía con Fernando Gutiérrez Barrios, al igual que con la fallecida gobernadora de Puebla, Martha Erika Alonso. Así empezó Villanueva y siempre ha quedado claro que en dónde Villanueva ha estado sólo ha dejado conflictos internos e inconformidad; baste preguntar de sus primeros pasos en la Ibero, cuando regresó del extranjero becado justo con su primera esposa, gracias a los buenos oficios de María de la Luz Mijangos, su verdadera mentora.
La salida de la Ibero con su colaboradora Isa Luna no fue sin controversia. Logró insertarse en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, bajo el auspicio de Jorge Carpizo, a quien después, con la ayuda de su leal comodín del sobrino Enrique Carpizo, mancillaron su memoria.
Sin ser egresado de la UNAM, a Villanueva se le dio la oportunidad de Coordinar la incipiente área de Derecho de la Información. Varios de sus becados no siguieron con él, cuando vieron que el costo era hacerle sus libros. Ahora prefiere editar en coautoría para que no lo denuncien como a Peña Nieto.
Así se hizo de un nombre como “académico e investigador” de la mano del llamado “grupo Oaxaca”, los que impulsaron la ley de transparencia federal. Fue ahí donde comenzó a meter el pie a los que ahora reniegan de su amistad. Salió públicamente a decir que les habían ofrecido ser comisionados del IFAI y que nadie aceptaría, lo que no dijo es que el ofrecimiento fue a los otros destacados miembros; no a él. Por ello les hizo una campaña, muy a su estilo, para denigrarlos. Luego empezó una práctica recurrente en su trayectoria: Crear organizaciones con destacados integrantes, a los cuales incluía en sus estatutos sin su conocimiento y menos autorización.
Así nació LIMAC, su negocio de cinco años, en donde cobró por hacer leyes aparte de contar con apoyo de organismos internacionales como OSI de George Soros, NED y Helwelt, quienes al conocer sus prácticas decidieron retirarle su apoyo y se tuvo que cerrar. (sobre esto se puede consultar la siguiente liga
http://www.asuntoscapitales.com/articulomovil.asp?ida=4655)
En ese entonces colocó a su primera esposa, Gabriela, en el INFODF sin contar con perfil, al ser filóloga en el área de evaluación. Cuando se le acabó ese negocio, siguió con una revista llamadaTransparencia & Corrupción, donde paradójicamente la usaba para extorsionar como simple chayotero (si hay alguna duda se puede consultar la siguiente liga: https://www.google.com/url?sa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=10&cad=rja& uact=8&ved=2ahUKEwiY5czd7bbgAhUPRa0KHckxDaQQFjAJegQIABAB&url=http %3A%2F%2Fwww.revistayucatan.com%2Fv1%2Fpolitica%2Fotra-de-ernestovillanueva-por-teodoro-renteria%2F&usg=AOvVaw34b8YIf9zdFRYL9kfV1Zna)
Lo anterior no se explicaría sin la alianza con su nuevo matrimonio con la Dra. Clara Luz Álvarez, quien siendo hija de un exgobernador de Oaxaca le ha brindado su apoyo en todo lo que emprende y aparece en todo estatuto que se inventa su marido. Además de facilitarle todas sus relaciones, principalmente en Puebla, en donde el rector de la UDLAP Luis Ernesto Derbez la invitó a ser la Abogada de la universidad y Villanueva, como coordinador de un instituto jurídico que acabó en un desastre con la renuncia de ambos y un velo de un supuesto acoso sexual por parte de Villanueva a una colaboradora. Su ex alumna, la fallecida gobernadora Martha Erika Alonso le ayudó para que desapareciera la denuncia contra él con el terror que obligó a mudarse de Estado a la aterrorizada víctima por atreverse a denunciarle.
Ante su salida no perdió la oportunidad de golpear, vía el periódico Síntesis a Ernesto Derbez, gracias a la buena relación de su esposa con los dueños de ese periódico local.
De regreso en el Instituto de Investigaciones Jurídicas y cuando perdió su postulación a la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, se rebeló a rendir cuentas y acudir a sus labores que entonces le exigió Héctor Felipe Fix Fierro, en su calidad de director del Instituto. La reacción de Villanueva fue crear un observatorio universitario que pretendía usurpar las acciones de evaluación de concursos de investigadores. De nueva cuenta, con integrantes que no fueron consultados.
Además, aprovechó para denostar al rector José Narro y, de la mano, al prestigiado académico, Jaime Cárdenas, esposo de su mentora Mijangos, con la complicidad de su paladín Enrique Carpizo y otros académicos reaccionarios, que despotricaron por el perfil del Rector. (Se puede consultar la siguiente liga: http://ernestovillanueva.blogspot.com/2014/10/nace-observatorio-ciudadano-delos.html)
Otras de las tropelías de Villanueva fue registrar diversas revistas académicas en derechos de autor a nombre de su chofer, ante la llamada de atención del entonces Abogado General de la UNAM, Luis Raúl González Pérez, fue que cedió los derechos de las mismas.
La cereza en pastel de sus estulticias fue el “auto atentado” en Ciudad universitaria, en donde acusó a Diego Valadés de ser el autor intelectual del “atentado” y de ser un narcotraficante.
Después de tener que retractarse se fue de año sabático para regresar con un empresario veracruzano, ligado al inefable Javier Duarte, en una organización llamada ONEA, en donde de nueva cuenta apareció con su esposa Clara Luz Álvarez, una “organización de la sociedad civil” con recursos exclusivamente privados del empresario Carlos Gidi.
Ahora, con la renovación que le hizo de su SNI III su amiga Gisela Pérez de la Universidad de Tabasco, con la que ha publicado y le retuitea su segunda candidatura al INAI se siente seguro de llegar de la mano de Scherer Ibarra y su relación con el semanario Proceso, sus sicarismo periodístico con sus columnas en el portal de Carmen Aristegui y el SDP y su relación con el dueño de Quadratin, Juan García Davish, quien incluso le hace entrevistas extensas a modo, donde presume algunas barbaridades, de las cuales daremos cuenta e posteriores entregas.
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