• Con quién va a negociar la Iniciativa Mérida
• Pero, la relación va más allá de la seguridad
Ayer se calentó el clima diplomático en torno a la visita que este jueves y viernes realizará al presidente Peña Nieto el presidente de los Estados Unidos, Barack Obama. Este martes fue día de medios en la Casa Blanca; el Ejecutivo estadounidense sembró inquietudes y dudas, que sólo se despejarán cuando ambos mandatarios den a conocer las conclusiones de su encuentro en el tradicional comunicado conjunto.
Obama planteó a los periodistas una duda que, de no haber sido aclarada por los emisarios de Peña Nieto con sus pares de Washington hace dos semanas, seguramente con lo que hable con Peña Nieto quedará hablado y zanjado.
Obama aseguró que se han logrado grandes avances en seguridad con México, pero su sospecha es que las cosas pueden mejorar. “Algunas de las cosas que se han mencionado tienen que ver con refinamientos en términos de cómo las autoridades mexicanas trabajan entre ellos, cómo se coordinan efectivamente y tiene menos que ver con su relación con nosotros”.
De todos modos, Obama dejó entrever algún desconocimiento de lo que está ocurriendo en México, con una administración, que ya no habla de Guerra, ni de Combate, que disminuido la presencia militar en el país, que alega que la violencia no se combate con la violencia.
“No voy a juzgar cómo esto alterará la relación entre México y Estados Unidos hasta que escuchemos directamente de ellos y veamos qué es lo que exactamente están tratando de lograr”, dijo Obama a los periodistas acreditados ante la Casa Blanca.
Por lo pronto, algo muy importante ya cambió en la relación bilateral en materia de seguridad pública. Las agencias de seguridad de Washington ya no van a hablar con quien se deje como ocurría en los tiempos de Felipe Calderón, cuando no había quien coordinara la relación bilateral y los estadounidenses hablaban con todos, con Gobernación, con la Secretaría de la Defensa, con Marina, con la desaparecida Secretaría de Seguridad Pública, porque mantenían descoordinado al gobierno mexicano y ello abonaba a sus intereses.
Ahora no va a ocurrir así. Habrá un interlocutor único de parte del gobierno de Enrique Peña Nieto. Esta semana, el subsecretario de Relaciones Exteriores, Sergio Alcocer, advirtió a Washington que todo contacto con funcionarios de seguridad estadounidenses se realizará a través de la Secretaría de Gobernación, que tiene nombre y apellido y se llama Miguel Ángel Osorio Chong, que es el encargado de la seguridad interior del gabinete mexicano.
Será la Secretaría de Gobernación y no las agencias de seguridad quienes coordinen la relación bilateral con Estados Unidos. Y no puede ser de otra manera. Quien coordina el gabinete de seguridad es la Secretaría de Gobernación… entonces, la única ventanilla con el gobierno federal, al interior del gobierno federal, es la Secretaría de Gobernación. Y la ventanilla con la relación exterior del tema de seguridad es la Secretaría de Relaciones Exteriores y punto.
Pero la visita del presidente Obama deberá dejar en claro que la relación bilateral va más allá del tema de la seguridad, y buscará relanzar una relación más balanceada y mucho más diversificada en los asuntos de interés. Para los mexicanos, el tema de la seguridad lo tienen como una de sus principales prioridades, pero no es la única.
La relación bilateral tiene temas como la economía y el comercio, la manufactura avanzada, la infraestructura, la energía, el tema de educación, la innovación, la ciencia y la tecnología… esos son los temas, junto con seguridad, que suponen toda la agenda conjunta Peña Nieto – Obama.
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