Francisco Gómez Maza
• El balance de riesgos se mantiene muy equilibrado
• El optimismo alimenta a los analistas económicos
Contra lo que aseguran los opinadores del frente conservador albiceleste, en el sentido de que el país ha sido “destruido por las ocurrencias” del presidente López Obrador, las cuentas y los indicadores descubren una cara harto positiva de la economía nacional.
El optimismo alimenta a analistas y observadores de la marcha de la economía, acompañada y regida por la dupla de economistas encargados de la rectoría económica, el subsecretario Gabriel Yorio González y el titular de la Secretaría de Hacienda, Rogelio Ramírez de la O.
En base a los cálculos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), por los resultados del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), la recuperación de la economía posterior al choque inicial de la pandemia ha sido más dinámica de lo que se había estimado. La información disponible sugiere que la actividad económica nacional siguió expandiéndose en el tercer trimestre de 2023. Y con esa expansión, la economía nacional ligaría ocho trimestres consecutivos de crecimiento.
El balance de riesgos se mantiene equilibrado. Por una parte, una mayor relocalización de empresas hacia México podría dar un impulso a la actividad económica más grande de lo previsto. Por otra parte, no puede descartarse una desaceleración notoria de la economía estadounidense.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en agosto de 2023 y con cifras desestacionalizadas, el IGAE (Indicador Global de la Actividad Económica) se incrementó 0.4 % a tasa mensual. Y por componente, en el octavo mes de este año y con cifras ajustadas por estacionalidad, las actividades primarias aumentaron 2.6 % y las secundarias y terciarias, 0.3 por ciento.
A tasa anual y con series desestacionalizadas, el IGAE creció 3.5 % en términos reales. Por grandes grupos de actividades, las secundarias ascendieron 5 %; las terciarias, 2.8 % y las primarias, 2.7 por ciento.
Se espera que la economía continúe mostrándose resiliente ante el complejo entorno internacional y que el balance de riesgos se mantenga equilibrado. Detalló que, por una parte, una mayor relocalización de empresas hacia México podría dar un impulso a la actividad económica más grande de lo previsto.
El crecimiento elevado del consumo de servicios. En particular, ello se explica, en buena medida, por la normalización de los patrones de gasto de las familias. No obstante, muestra cierta desaceleración. El consumo de bienes nacionales también está expandiéndose. Respecto de los determinantes del consumo, la confianza del consumidor se mantiene elevada. Lo anterior, junto con la masa salarial y las remesas, sostiene el dinamismo del consumo por varios meses. No obstante, según indicadores adelantados se espera cierta moderación en el ritmo de expansión del consumo hacia la segunda mitad del año.
Hay que destacar que la inversión ha tenido un fuerte impulso proveniente, tanto de la maquinaria y equipo como de la construcción no residencial. Esta última se ha visto beneficiada por el fenómeno de relocalización. Sobre la demanda externa, las exportaciones automotrices han mostrado una tendencia al alza en el año.
Ello ha compensado el retroceso en la balanza no petrolera, no automotriz y permitido reducir el déficit comercial con respecto a 2022.