Francisco Gómez Maza
• Les emocionan a los políticos crecimientos de 0.1
• Con tan mediocres datos aseguran que vamos bien
Gobierno, Hacienda, Banxico, el presidente de la nación, y jilgueros y corifeos se emocionan y se muestran reteoptimistas, ante los miserables “progresos” de una economía que lleva ya poco más de tres décadas sin poder de compra, sin no sólo no crecer sino enanizarse, enjutarse como se enjuta mi cuerpo de anciano. Todos los embusteros de la economía ficción, de la economía que una vez fue economía casino, o economía de lotería o de palenque, enloquecen porque “marcha”, y están ya tan acostumbrados a la mediocridad de las cifras, que celebran hasta una décima o, más vergonzoso, una centésima de punto porcentual de buen comportamiento, de “crecimiento”.
Y fíjense ustedes cuáles son las cifras del optimismo presidencial, culpable junto con los encargados de la rectoría económica, la Secretaría de Hacienda, de donde sacaron a Meade para ser el sucesor de Peña, aunque sea tan inexperto en atizar el fuego del fogón de la economía como el mismo Peña y su compinche, Luis Videgaray.
Se emocionan porque la llamada confianza del consumidor, digamos que no es mentira, repunto 1% en noviembre. El Buen Fin es el acto de magia del sistema mediático para que los consumidores recuperen un poco de su confianza, mediante el endeudamiento, cuyos efectos negativos no se ven sino meses después, cuando tienen que empezar a pagar las compras de noviembre. Compraron también mucha basura para celebrar el día de los difuntos y las borracheras del día de los músicos. Hubo un poquito de confianza, claro, pero no es como para pegar de gritos de alegría.
Creció 0.8% el consumo privado en septiembre, pese a sismos. A pesar de los sismos de septiembre pasado, el consumo privado en el mercado interno creció para ubicarse en el nivel más alto del que se tenga registró, calculado con base en el nuevo año base 2013, de acuerdo con el INEGI. El Indicador Mensual del Consumo Privado, en el Mercado Interior, creció 0.8% (qué gacho) durante septiembre de 2017, frente al mes inmediato anterior, con cifras ajustadas por estacionalidad.
Y la prensa también tiene lo suyo. Festeja junto con los barones del gobierno. Pero ellos mismos se desmienten, o no se dan cuenta, o no quieren darse cuenta de que las expectativas de los consumidores sobre el comportamiento de la economía en lo futuro inmediato no repuntan. Según el INEGI, el indicador que capta tales esperanzas sobre la condición económica del país, esperada para dentro de un año respecto a la situación actual, reportó un retroceso marginal de 0.02%. Y más que cálculos son percepciones, porque del futuro no tenemos más que una certidumbre: que hemos de salir con los pies por delante de este mundo.
La percepción de las familias sobre su situación económica y del país repuntó durante noviembre, luego del retroceso registrado un mes, de acuerdo con los datos más recientes de la Encuesta Nacional sobre la Confianza del Consumidor. Pero vean que ridículo repunte:
El Índice de Confianza del Consumidor, elaborado de manera conjunta por el INEGI y el Banco de México, reportó, en noviembre de 2017, un aumento mensual de 1% con base en datos ajustados por estacionalidad. Tal pinchurriento resultado contrasta con la caída de 1.1% registrada en octubre.
Y es que la confianza digamos que “repuntó” gracias a que cuatro de los cinco componentes que la integran reportaron un incremento durante el penúltimo mes del año. Pero miren qué repuntes: La opinión sobre la situación económica de los integrantes del hogar, en el momento actual frente a la que tenían hace doce meses, mostró un aumento mensual de 0.2 por ciento. La expectativa sobre la situación económica de los miembros del hogar dentro de doce meses, respecto a la que registran en el momento actual, creció 0.1% a tasa mensual. La percepción de los consumidores acerca de la situación económica hoy en día comparada con la que prevaleció hace doce meses presentó un alza mensual de 0.1%.
Sin embargo, y estos son datos que no pueden ocultar ni con la magia del delete, o del reseteo, o del reinicio, el indicador que capta las expectativas sobre la condición económica del país, esperada dentro de un año respecto a la situación actual, reportó un retroceso marginal (?) de 0.02% respecto al mes anterior.
Finalmente, el componente relativo a la opinión sobre las posibilidades en el momento actual por parte de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace un año, para efectuar compras de bienes durables, tales como muebles, televisor, lavadora y otros aparatos electrodomésticos aumentó 2.3% con relación al nivel observado en octubre pasado (Buen Fin, adelanto de aguinaldos, Promociones comerciales, “baratas de fin de año”)
Pero no se quedan aquí y así los malestares de los mexicanos. (Ah qué desventurado modelo económico neoliberal que nos desbarata las ilusiones y esperanzas de vida). El mismo INEGI acaba de informar que en tre estados pareciera no haber esperanzas de progreso: que se quedarán ahí como piezas de un museo del horror. Tabasco, Campeche y Chiapas son los patitos feos de la economía mexicana, la cual es, quieran o no quieran los barones de la política, la pata horrorosa de esta fauna de cucarachas, ratones y ratas.
Tabasco, Campeche y Chiapas fueron los estados con mayor retroceso en su PIB (Producto Interno Bruto). El PIB es la suma de todos los bienes y servicios que produce un aparato económico y sube o baja de acuerdo con una serie de condiciones: la economía decrece, por ejemplo, porla corrupción gubernamental. Y mientras no se destierre la corrupción del cuerpo engangrenado de este México perdido en la línea de la nada, la producción no repuntará y tendremos que vivir de prestado, aumentando exponencialmente una deuda que nunca podremos pagar, porque no producimos. Algo así como cuando una culebra se muerde la cola.
La caída de esos tres estados viene desde el año pasado, cuando se suponía que había recursos para invertir y crear empleos, Pero habrá que ver a dónde fueron a parar tales recursos (además de importantes montos emprestados por la banca nacional y extranjera a esos estados) y eso habrá que.
Las entidades federales que registraron retroceso en su Producto Interno Bruto, durante 2016, fueron: Tabasco, con una caída de 6.3%; Campeche, -5.8%; Chiapas, -1.1%; Oaxaca, -0.9%; Tamaulipas -0.8%; y Zacatecas, -0.2%.
En estas entidades su comportamiento se asocia principalmente a un menor dinamismo del sector industrial. Eso dicen. Pero lo cierto es que no hay confianza entre los empresarios para invertir y menos en un año de incertidumbres políticas como el actual y parte del 2018 cuando habrá recambios en ese monstruo fatal que es la estructura burocrática.
Por el contrario, los estados que presentaron aumentos por arriba del nivel nacional fueron: Aguascalientes con 9.5%, Quintana Roo 7.6%, Colima 5.7%, Sonora 5.6%, Sinaloa 5.5%, Chihuahua 5.1%, Jalisco 4.7%, la Ciudad de México 4.6%, Guanajuato 4.5%, San Luis Potosí 4.3%, Michoacán e Hidalgo con 4% en cada entidad, Yucatán 3.8%, Durango 3.7%, Querétaro, Baja California y Nayarit con 3.6% en cada caso, Puebla 3.1%, el Estado de México 2.9% y Guerrero 2.8%. No es mucho cada porcentaje, pero se ve que hicieron su luchita los empresarios para producir y para crear empleo, aunque fuese muy mal pagado.
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