Francisco Gómez Maza
• La fe de los mexicanos puede Salvar a México
• A la Morenita si le creen lo que no le creen a EPN
Millones de mexicanos y latinoamericanos seguían llegando a la Villa de Guadalupe en busca de un milagro. Lo que no le creen al gobierno de Peña Nieto se lo creen a la Morenita del Tepeyac. Y su fe los salva, salva a México, lo que no pudo hacer Peña Nieto.
Yo no sé nada del fenómeno del Tepeyac; que si fue o es un invento de la iglesia católica; que si corresponde a un mito indígena, a la Luna o a lo que sea. El hecho es que la Guadalupana es el único símbolo que une a las mayorías de los mexicanos.
Si la guadalupana volviera a ponerse al frente de los rebeldes que lucharon por la independencia, les aseguro que los rebeldes de ahora tumbarían a cualquier gobierno corrupto y totalmente desinteresado en las necesidades del pueblo trabajador.
La guadalupana es el centro del fervor, del ardor, de la pasión, de la vida y de la muerte de los mexicanos pobres. Sólo falta que alguien se los haga saber. Une corazones, une voluntades, sólo falta que una y organice a su pueblo para que éste pare a los malos mexicanos que usan la política para asaltar el erario, para enriquecerse gracias al robo.
Si alguien se los dijera. Con la Virgen a la cabeza nadie podría resistirse. En las filas del Ejército hay también guadalupanos. En las filas del PRI, del PAN, del PRD hay guadalupanos. Y nos faltan batallones de guadalupanos para cambiar este país. México nunca ha sido un país de mierda, como dicen muchos iracundos. México es un gran país, con recursos valiosos, el petróleo, el gas, los minerales como el oro y la plata y otros, que ahora están en manos de extranjeros. Los de mierda son los que gobiernan a los mexicanos, que se solazan en la corrupción y los protege la impunidad. Se protegen entre ellos.
El cura Miguel Hidalgo y Costilla unió a los mexicanos en contra del imperio español con un estandarte de la guadalupana.
Ella fue la primera bandera de esta patria malquerida, maltratada, violada por los malos mexicanos. Hoy, a más de dos centenarios, la guadalupana sigue siendo el avatar de los mexicanos. No se enojen mis amigos masones, pero la virgencita es más importante para millones de mexicanos que el águila y la serpiente.
Y el día que los mexicanos despierten, las clases dominantes no se la van a acabar. El miedo, el pánico se apoderará de ellas y tendrán que huir de la venganza del pueblo. La cárcel será un benigno castigo de sus crímenes, de sus latrocinios, de su olvido del pueblo. Así ha ocurrido en la historia. Francia, la Francia, la Rusia de los zares, América de los explotadores españoles…
La guadalupana es el símbolo de libertad en contradicción con las clases clericales que también engordan gracias a los óbolos que entregan los pobres a la Basílica. Pero no hay mal que dure cien años y burro que los aguante. Si no hay nada que una a los mexicanos para defenderse de los malosos, el lazo de unión será la guadalupana.
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