Francisco Gómez Maza
• A toda costa, los albicelestes pretendían tumbar a Américo Villareal
• El secretario Rogelio Ramírez de la O aguantó el maltrato de los panistas
Como siempre, el senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado y líder del Grupo Parlamentario mayoritario de Morena, puso en orden a los senadores panistas, y sobre todo a los gritones y gritonas, como Kenia López Rabadán, no con denostaciones e insultos, sino con argumentos jurídicos, con la letra de la ley.
Los panistas estaban tercos en tumbar al doctor Américo Villarreal Anaya de su triunfo como gobernador constitucional del estado de Tamaulipas antes de que el caso fuera manejado por la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. En honor a la verdad, el debate panista contra Américo Villarreal, contra Morena, y en favor del hasta ahora gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca fue un acto circense de payasos.
Américo Villarreal ganó las elecciones a el Truko, César Augusto Verástegui Ostos, político igual priista que panista, el candidato del gobernador García Cabeza de Vaca, cuyo mandato, de haber ganado la elección, habría sido cuidarle las espaldas al hasta entonces gobernador panista.
El gobernador saliente, militante del PAN, es cuestionado por sus presuntos vínculos con la delincuencia organizada y sobre él pesa una decisión de desafuero promovida por el poder legislativo federal, que detuvo temporalmente la Suprema Corte de Justicia de la Nación, mientras el inculpado terminaba su mandato.
(Por qué será que la mayoría de los últimos gobernadores de aquel estado están o han estado en conflicto con la ley por diversos delitos en el manejo de su mandato gubernamental)
El problema toral de este escándalo en el salón de sesiones, protagonizado por los senadores panistas con la intención de desacreditar el triunfo electoral del doctor Villarreal Anaya y de defenestrarlo incluso del Senado, estriba en una desesperada defensa de García Cabeza de Vaca, quien tendrá responder a los señalamientos de corrupción en el manejo de los recursos públicos y de su eventual implicación con la delincuencia organizada, una vez que, concluido su mandato, no goce más del fuero constitucional.
Y así concluyó el falso debate protagonizado por la derecha panista, con la rimbombancia de la gritería Rabadana. Estaba programada la comparecencia del secretario Rogelio Ramírez de la O, responsable de Hacienda y Crédito Público, pero el doctor en economía tuvo que esperar en las oscuridades de una oficina de Morena en el Senado.
Todo terminó, cuando el presidente de la Mesa Directiva del
Senado, Alejandro Armenta, leyó un documento mediante el cual el doctor Villarreal Anaya solicitaba licencia para retirarse de su función como senador y sentarse a esperar la confirmación de su triunfo de los magistrados de la sala superior del Tribunal Electoral.
Concluyo el chismorreo panista y fue presentado inmediatamente el doctor Ramírez de la O, quien ofreció a los senadores un informe muy detallado del comportamiento de la economía y de las obras públicas, de la política de desarrollo social del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, durante el año fiscal de 2022.
Un panorama sombrío de la economía pintó el doctor Ramírez de la O, en el trasfondo de su mensaje ante la asamblea del Senado de la República. El optimismo desapareció del panorama. El mercado externo, ya se vio en los más recientes reportes de la balanza comercial, ha profundizado su impacto en la economía nacional. El impacto de la crisis mundial y de la guerra Rusia-Ucrania.
La jornada de este miércoles fue totalmente atípica. Y el más afortunado resultó ser el senador zacatecano, que enderezó la sesión para ponerla a tono con el informe económico ofrecido por el doctor Rogelio Ramírez de la O.