Francisco Gómez Maza
• No conciben la igualdad de género
• Además, denigran incluso a su madre
En México la paridad de género se cumple a medias, a modo, con “clarosocuros”. Ya participan más mujeres en la función pública, pero a regañadientes de los machos. Aún no hay una plena conciencia de la igualdad, de que hombres y mujeres somos diferentes, pero no desiguales. Pero la desigualdad de género, como la desigualdad social y económica, es uno de los cánceres que corroen las fibras más íntimas del cuerpo social.
De acuerdo con registros de la CNDH, hay algunos avances, ciertamente importantes, de la presencia femenina en el ámbito legislativo. Por ejemplo: De los 128 senadores (LXIII legislatura), 38.2 por ciento son mujeres; en la Cámara de Diputados (misma legislatura) hay un 42.6 por ciento de presencia femenina.
Sin embargo, la desigualdad se rompe sólo en cinco estados del país, en donde el número de mujeres sobrepasa el 50 por ciento del total de curules disponibles: Chiapas (60 por ciento), Campeche (54.2 por ciento), Zacatecas (53.3 por ciento), Querétaro (52 por ciento) y Chihuahua (51.5 por ciento). En 37 por ciento de las entidades no se ha logrado que la participación de las mujeres sea del 50 por ciento. Morelos ocupa el último lugar con un 20 por ciento.
En el poder ejecutivo, hay retos importantes: Ninguna mujer ha llegado a ocupar la Presidencia de la República. En el ámbito estatal, las desventajas para las mujeres se agudizan: de 1979 a la fecha, sólo se han registrado siete mujeres gobernadoras. Actualmente, sólo una mujer es gobernadora: Claudia Pavlovich (PRI), en Sonora. En las presidencias municipales, no se supera el 15 por ciento de participación.
En el ámbito judicial: La presencia de mujeres como ministras de la Suprema Corte es inferior al 20 por ciento; y también es menor al 20 por ciento su presencia como magistradas y juezas del Consejo de la Judicatura Federal.
Y en estas venideras elecciones, las resistencias suenan a maldiciones, a higadazos, sobre todo de los sectores políticos más conservadores, que no sólo se oponen a la mujer en las estructuras de gobierno, sino que se mofan de ellas, las desprecian, las denigran con campañas negras. Ante estas actitudes irracionales, fascistas, desde este espacio periodístico se asume la solidaridad con las mujeres y la defensa de su participación en la vida pública, sean del color que sean, de la religión política que sean. Hay amistades femeninas de este escribidor en todos los partidos. Y hay un profundo respeto. Les consta a muchas amistades.
Es indignante lo que pelafustanes metidos a políticos (aunque creo que la inmensa mayoría de los políticos son pelafustanes), retrógradas, oscurantistas, fascistas (el fascismo está resurgiendo en el mundo), están haciendo con una joven que es ejemplo de la lucha de la mujer por dejar huella en el paso de su vida por el mundo. Bárbara González Avilés fue modelo, es jugadora profesional de futbol americano, es activista política y, de ribete, es estudiante de Derecho. Supera lo que muchos varones no han logrado en su miserable vida.
La joven (28) está siendo víctima de una campaña negra en las llamadas redes sociales (antisociales). Siendo jugadora de futbol, obviamente tiene que vestirse ad hoc para ese deporte; en traje deportivo. No va a jugar con faldas o pantalones. Pero también fue modelo profesional, y obviamente tenía que presentarse con ropa ligera. Pero los oscurantistas no perdonan. Y la ridiculizan, la denigran para ponerla en mal con los votantes, más que lleva ventaja en las encuestas.
Bárbara ha tenido que salir a defenderse de los mojigatos. “Fui modelo. No teibolera”, ha dicho. Y “soy jugadora de futbol americano en traje de baño”. Ah, pero los de la derecha no perdonan. Bárbara es candidata de Morena a una diputación local por el distrito 29 de Naucalpan de Juárez y Atizapán de Zaragoza, en el Estado de México. Esta semana se intensificó la campaña negra, en redes sociales, que difunde imágenes de ella en traje de baño y la llaman la “diputable”.
“Bárbara está orgullosa de su cuerpo, pero su campaña política es de ideas y propuestas, como ella misma lo confiesa. Habló con periodistas, luego de ver videos y “memes”, donde la muestran semidesnuda y con frases que la denigran.
Pero Bárbara no busco legislar con su cuerpo. “Vengo a trabajar; a comprometerme con la ciudadanía para hacer leyes más efectivas contra la inseguridad, llevando las propuestas de los ciudadanos, porque es a lo que vengo; busco representar a los naucalpenses y atizapenses”, del Distrito 29 local. Y no se avergüenzo. Trabajó en un mercado; vendió tacos y también estudia la carrera de Derecho, la cual paga con su trabajo. “Tengo una trayectoria política de más de 10 años; fui secretaria juvenil del PRD en Atizapán de Zaragoza a los 17 años; después, trabajé en la dirección general de servicios de la Cámara de Diputados; estuve en el Instituto de Asistencia e Integración Social de Desarrollo Social; en Izazaga, en Fomento al empleo para jóvenes; trabajé en la campaña de delegado Víctor Hugo Romo y en las delegaciones Miguel Hidalgo y Cuauhtémoc”.
Sin embargo, la semana pasada, al darse a conocer una encuesta en la que los ciudadanos la posicionaron por encima de sus adversarios del PAN, Edgar Olvera, y Rosalba Gualito, del PRI, se intensificó una “campaña negra” en su contra.
No más. Usted diga el resto.
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