Francisco Gómez Maza
• La reforma energética va
• Vendido el fondo del Golfo
Van a salir muchos nuevos multimillonarios el 30 de noviembre de 2018. Júrelo. Y gente de billete grande. Robado de las arcas nacionales. Algo grande, ni remotamente parecido a los pinchurrientos bonos de medio millón, que se van a despachar los diputados en estas fiestas navideñas.
El negocio para los grandotes de la clase política priísta y capitalistas extranjeros que invertirán para extraer petróleo de aguas profundas, en el golfo de México, será un bines redondo, impecable, sin ningún asegún para los patriotas mexiquenses y con la venia de los banqueros de Wall Street como el City Bank.
Hace muchos años, cuando el bum petrolero, creo que en el sexenio de López Portillo – yo cubría las fuentes financieras y económicas – un político funcionario de la Secretaría de Hacienda se llevaba 10 centavos de dólar por cada tambo de aceite vendido en el mercado negro de alta mar a los piratas que andan por los mares comprando y vendiendo petróleo sin pagarle a nadie ningún impuesto. Pero aquello era ilegal. Lo de ahora es totalmente legal, aunque sea ilegítimo. Es la desaparición total del Estado Social y Rector de la Economía. Y la entronización del Estado Sociedad Anónima, del Estado Benefactor del Capital Trasnacional.
Felices, satisfechos, anunciaron desde el poder el triunfo de la razón de empresa privada. La Ronda Dos salió a pedir de boca. Se empinaron para lograr la participación extranjera en ese gran negocio del petróleo un poquito menos pesado que el que los petroleros de Romero Deschamps sacan del subsuelo chiapaneco, tabasqueño, veracruzano etcétera.
Y por fin, satisfechos del bisnes, ahora podrán presumir de que la reforma energética sirvió para algo grandioso: entregar al país a los grandes capitalistas del exterior. Los que tienen los grandes medios técnicos de exploración, extracción y explotación del crudo. Ah, y lo dijo en su momento el presidente: Inspirados por el mismísimo general Lázaro Cárdenas del Río, lo cual significa que, si el Tata, saliera de su tumba, aprobaría lo que están logrando estos genios de un neoliberalismo trasnochado, que no funcionó ni en el mismísimo corazón del Imperio y que el Payaso del Tupé se encargará de inhumar.
Eso es lo que querían los visionarios del Toluca. Un negocio redondo. Plantear una reforma energética que le destrozara la yugular a Petróleos Mexicanos como la gran empresa de México, que lo fue a pesar de que la expoliaban y atracaban todos los que pasaban por ella. Donald J. Trump se queda chiquito, porque por lo menos el Payaso del Tupé naranja, que lo hace ver como el payaso de la perversidad, tiene harta razón en lo que se refiere a la globalización y a los tratados comerciales.
Le salió el negocio a Pedro Joaquín Coldwell, quien se vio humildemente soberbio frente a la repasada que le dio el 25 de octubre, en la Cámara de Diputados, la ingeniero químico, Rocío Nahle, presidenta de la comisión respectiva. (Ver video “Si no puede, sepárese del cargo”).
Felices también los usureros de Citibanamex, para quienes, los resultados de las dos licitaciones de aguas profundas y el campo Trión proporcionan un alivio para la situación de Pemex y un impulso para la implementación de la reforma energética.
La asignación de bloques en aguas profundas de la ronda 1.4 y la conformación de una alianza estratégica para Pemex en la explotación del campo Trión son un respiro para México y una noticia positiva e histórica para la petrolera mexicana, dijo el departamento de análisis de Citibanamex.
En fin. Todo está consumado para bien de la “compañía
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