Francisco Gómez Maza
• INAI, simulación al estilo del Peje
• Villanueva, cirujano con machete
No se necesita ser Sigmund Freud para darnos cuenta de la personalidad de un individuo. El lenguaje corporal habla por sí mismo: moldea y proyecta nuestra personalidad.
En efecto, como si estuviera en el diván, Ernesto Villanueva habló, gesticuló, manoteó y sacó a relucir sus complejos –en esta ocasión no fue ante algún terapeuta como cuando acude a sus tratamientos sicológicos–. Lo hizo ante los senadores que examinaron a casi una treintena de aspirantes a ocupar un lugar como comisionados en el INAI. Los candidatos al Instituto Nacional de Transparencia, Acceso a la Información y Protección de Datos Personales (INAI), se presentaron ante los integrantes de las comisiones de Anticorrupción, Transparencia y Participación Ciudadana, así como la comisión de Justicia, en el Senado de la República.
Como un cirujano en el rastro, Villanueva se presentó con un machete para proponer “ajustes” en el INAI. Y aunque carece de la más elemental experiencia en el servicio público, ofreció tener la “solución” para resolver “todo” lo que, según él, está mal en ese instituto.
Pero cuidado con estos falsos profetas, que se presentan vestidos de ovejas; por dentro son auténticos lobos rapaces.
Bien se dice en la Biblia que, “por sus frutos los conoceréis”. Lo cierto, es que Villanueva ha sido un árbol malo que siempre ha dado frutos malos.
En ese doble juego, Villanueva, que sabe de lo que habla, señaló que “la transparencia nunca debe ser una apariencia”.
En efecto, Villanueva se asume como el campeón de la lucha contra la corrupción y la transparencia. Villanueva debe explicar el por qué simuló un auto-atentado para difamar al prestigiado jurista Diego Valadés, ex ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y ex procurador general de la República.
Villanueva afirma que el INAI tiene costos muy caros en su operación; que cada solicitud de información cuesta a los mexicanos tres mil 820 pesos, mientras que los recursos de revisión al país cuestan 88 mil 76 pesos. “Cada nuevo solicitante adicional a la clientela de siempre implica erogar 18 mil 961 pesos”, según él.
Nunca explicó qué ofrece a ese respecto; solamente vociferó, pero no planteó nada concreto para reducir esos números.
Para ser concretos, cada uno de los 27 aspirantes presentó fórmulas mágicas. Aunque lo cierto es que se trató de una auténtica simulación.
Tránsfuga de la academia, Villanueva se ha mostrado como militante de Morena, aunque se trata de un verdadero destructor de instituciones.
Sin revelar mayores datos, el consejero jurídico de la presidencia, Julio Scherer Ibarra, abogó por su amigo Villanueva ante López Obrador para ser impuesto como Comisionado del INAI, sin contar con experiencia como servidor público en órganos colegiados y mintiendo en su perfil de doctor con grado que no es de las universidades que señala.
Durante años, Villanueva se ha dedicado a cobrar por leyes; hacer negocio vía algunas organizaciones de la Sociedad Civil, las famosas OSC como Limac, dinamitar amistades como López Ayón, Javier Acuña, Cossío, y un largo etc.
Villanueva fue denunciado de incurrir en corrupción por Elena Pérez Jaén. La misión de Villanueva, en caso de llegar al INAI, es destrozarlo para continuar el desmantelamiento de los contrapesos, de la mano de caballos de Troya que, como buenos mercenarios, atenderán al dueño para después morderle la mano. ¿Y la paridad de género?
En este espacio hemos denunciado cómo con recursos públicos del INAI, Javier Acuña pagó favores a Ernesto Villanueva. El presidente del INAI, Acuña Llamas, fue un rehén de Villanueva, quien lo atacó para “desprestigiarlo”, como lo hizo con las campañas mediáticas en contra de Perla Gómez Gallardo en la CDHDF, quien al parecer no accedió a darle su “moche”. Fue chantajeada por Villanueva, quien exigía “plazas” y cargos para sus cuates. Y no se diga de la socióloga Jacqueline Peshard, quien también fue chantajeada por Villanueva cuando ésta fungía como Comisionada Presidente del Instituto Federal de Acceso a la Información Pública en el periodo 2009 a 2013.
También es memorable el golpeteo al ex rector de la UNAM, José Narro, de quien Villanueva dijo primero que “no” tenía el título de doctor y luego le publicó un video, diciendo que había que protegerlo. Lo mismo hizo con el exgobernador Fausto Vallejo Figueroa e igual ha recurrido al golpeteo y el chantaje con el ex rector de la Universidad de Michoacán, Medardo Serna González y, el colmo, Villanueva se puso a piel blanca con Alejandra Barrales. Una joyita más de Villanueva: él fue quien asesoró a los asambleístas del PRD para que hicieran reformas a la ley que rige el INFODF para destituir a María Elena Pérez Jaén, quien denunció a Villanueva en un artículo periodístico como un corrupto.
Los senadores están muy lejos de tener el pulso y el entendimiento de lo que reclama la sociedad; es por eso que Intelectuales, OSC y postulantes reprueban la simulación de la que fueron objeto. Las comparecencias fueron una simulación, como las “consultas” públicas en el gobierno lopezobradorista.
Villanueva llegará, tal vez, por dedazo y por la corrupción de conspicuos personajes de Morena y cercanos a López Obrador; con eso queda claro que las costumbres políticas tardan más tiempo en morir que los regímenes.
Como en el priismo, el INAI habría quedado en manos de una mafia. Aún es tiempo de rectificar el camino. Enderezarlo para bien de los mexicanos.
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