Francisco Gómez Maza
• Lo mexicanos no saben vivir libremente
• Nacieron prietos y esclavos, nacieron nuestros
No sé por qué se escandalizan muchos, sobre todo de la clase política, de los dichos de el pato Donald Trump acerca de México y los mexicanos. A mí el güerejo éste, con humor al fétido sudor de Hitler, o al mal aliento de Musolini, me recuerda al presidente Woodrow Wilson.
Así son todos los gringos. Odian a los mexicanos, pero los necesitan. Para trabajar como siervos, como criadas, como cosecheros, como lavaplatos, actividades que no gustan ni a sajones ni a africanos, pero los necesitan. Los gringos nunca han valorado a los mexicanos, menos a los chaparritos, prietitos, que no hablan inglés, que comen frijoles y chile o un kilo de tortilla de maíz. A los prietos los odian.
“Los mexicanos son así, no hay de qué preocuparnos. Ellos se encargan de matar por la espalda a sus valientes; lo llevan en la sangre; son traidores y cobardes… Sólo les interesa cuidar el plato de frijoles y el aguardiente que beben.
“Ellos mismos matarán a su Zapata y a su Pancho Villa. Los conocemos de Sobra; les gusta ser nuestros sirvientes.
“Esperemos un poco. Ellos mismos se matarán entre ellos. No saben pelear con honor y menos vivir libres. Nacieron prietos y esclavos. Nacieron nuestros”
Estas declaraciones no son de Donald Trump, a quien las peticiones de Peña Nieto le valieron lo que el viento a Juárez, sino de Woodrow Wilson, quien fue presidente de los Estados Unidos de 1913 a 1921. Y no hay mucha diferencia entre lo que piensa Woodrow, Hillary, Obama, Nixon, Bush, Bin Laden, Tomy, Jeremias, Elizabeth, María, Mary, y tantos y tantos gueros que odian a los negros venidos de África y a los prietos, sus vecinos del sur, que cruzan la frontera sin papeles para ir a afear la asepsia de los pueblos, de las ciudades, de los campos de los Estados Unidos. Afortunadamente muchos prietos mueren insolados cuando van cruzando el desierto. Qué bueno. Ya no llegan a contagiar a los güeros de pulgas, de sarna, de lo peor.
Y otros prietos, odiados también por los Woodrow o los Trump, les hacen el trabajo sucio a los gringos, deteniendo a cientos de miles de prietos feos, apestosos, que intentan llegar a la frontera amurallada o al río Grande, el Bravo, para cruzar hacia las ciudades estadounidenses. En el mismo puente de la puerta de Tijuana y en todas las garitas los del Departamento de Estado colocan a prietos para detener a los prietos que intentan pasar caminando hacia San Diego. No obstante, muchos, cientos se cuelan. Los he visto caminando a la orilla de la autopista que va de Tijuana a Los Angeles.
Ahora mismo Trump implementa propuestas para aumentar fuertemente los aranceles a México, a industrias dependientes de las exportaciones estadounidenses en las tecnologías de la información, la aeroespacial, la ingeniería y otros sectores. Esta guerra comercial de Trump provocaría recesión en EU, pero a él le vale Wilson (Woodrow) Jajajaja. Aunque sus propuestas contra México y China desencadenaran una recesión para Estados Unidos (EU), donde se perderían más de 4 millones de empleos en el sector privado.
Trump ha propuesto, según la revista Forbes, que los Estados Unidos impongan un arancel de 45% a las importaciones no petroleras desde China y de 35% a las importaciones no petroleras desde México. La venganza recíproca de China y México a las medidas comerciales de Trump golpearía directamente al Estado de Washington, que sería el más afectado con una pérdida del empleo de 5%.
La tasa de ocupación caería más de 4% en una amplia franja de entidades, incluyendo California, Connecticut, Indiana, Illinois, Kentucky, Maryland, Massachusetts, Michigan, Minnesota, New Hampshire, Nuevo México, Nueva York, Carolina del Norte, Ohio, Pensilvania , Rhode Island, Texas, Utah y Wisconsin, según el Instituto.
Veintinueve condados estadounidenses experimentarían descensos de trabajo de 7% o más. En términos absolutos, el condado de Los Ángeles, California, sería el más afectado (176,000 puestos de trabajo perdidos), seguido por el Condado de Cook Illinois (Chicago), con 91,000 y Harris, Condado de Texas (Houston) con 89,000.
¿Y Hillary? Pregunta el reportero de Forbes.
Tanto Trump como la candidata demócrata Hillary Clinton se oponen a la aprobación del acuerdo comercial de Asociación Transpacífico (TPP) entre los Estados Unidos y 11 países de la cuenca del Pacífico. Los investigadores señalan que el impacto económico del TPP estimado por el retraso de cada año en la aplicación del Tratado representa una pérdida de ingresos de entre 77,000 millones de da 123,000 millones de dólares en los Estados Unidos, dependiendo del tipo de descuento aplicado. Mientras se opone a TPP, sin embargo, Clinton no requiere nuevas sanciones que se impongan a los socios comerciales.
Mientras tanto, el peso mexicano sigue perdiendo la batalla. El dólar fuerte impactará a negocios como Liverpool,
El Palacio de Hierro y Sears, que importan una parte considerable de la mercancía que ofertan, principalmente ropa y productos de tecnología.
El peso cerró la jornada del lunes con una depreciación de casi 8 centavos o 0.39%, ubicándose en 19.68 pesos por dólar, aunque la cotización interbancaria reportó niveles por encima de 20 pesos a lo largo del día.
“La compañía está expuesta a riesgos asociados a movimientos en el tipo de cambio del peso mexicano respecto del dólar estadounidense y del euro por las importaciones de mercancía que efectúa de Europa y Asia, principalmente”, se lee en el reporte anual de 2015 de Liverpool. La adquisición de mercancía en monedas diferentes al peso mexicano representaba alrededor del 18% del total de las compras de la firma de logotipo rosa, según el informe.
Y como dicen los chicos mexicanos. Yo lo dije desde octubre o noviembre del año pasado, del 2015. Se lo dije al colega Édgard Amigón. No por algo llevo medio siglo cubriendo las fuentes económico financieras. Lo dije y exageré un poco, conscientemente. Le dije: el dólar cerrará el año en 25 pesos más menos. Y ya estamos, al 20 de septiembre, en 20 pesos. Puede ser que mi pronóstico no se haga realidad. Pero que el peso perderá valor, perderá poder, al final de diciembre, eso es absolutamente cierto. Y el director del Banco de México, Agustín Carstens, tendrá que cerrar la boca y no podrá decir que está controlando la inflación. La inflación se vuelve incontrolable con la devaluación de la moneda. Todo se encarece. Hasta los operadores turísticos ganan millonadas porque encima de que la devaluación les favorece, ellos hacen lo posible por ganar más ilegalmente. Ayer fui al Palacio. Un pantalón de mezclilla que en el mercado de Mixcalco vale 140 pesos en el Palacio cuesta 700. Qué les parece. Así está este país. Y me temo que el presidente Woodrow Wilson tenía la razón cuando calificaba tan acremente a los mexicanos, a losprietitos que mataron a Zapata y a Pancho Villa.
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