• Hacienda retrasa la recuperación de la economía
• Sólo si se produce más se puede recaudar más
Los panistas le están poniendo el cascabel al gato y están decididos a enmendarle la plana a Videgaray en el asunto de la política fiscal y, en esa tesitura, también están cantando los diputados de Movimiento Ciudadano, especialmente la bella paisana Nena Orantes (María Elena).
Y es que la reforma hacendaria en su capítulo de imposición de cargas a los mexicanos (reforma fiscal o lo que lo que en el paquete económico se llama Miscelánea Fiscal, parte de la ley de ingresos de la federación) devino en una ley injusta para todos, inclusive para las empresas y no se diga para los pequeños contribuyentes, que en millones tuvieron que cerrar sus negocios porque no pudieron cumplir con los tributos del rey de Malinalco.
Como en estos tiempos hasta el Papa puede venir a México y subirse a la tribuna del Congreso a hablar de la teología de la liberación, no se asuste, amigo lector, si le digo que los panistas se están poniendo en los zapatos de los contribuyentes. Y en esta lucha van a tener el apoyo de los partidos de la izquierda. No sé si del PRD porque este negocio neoliberal con piel de izquierda ya se ha dedicado a hacerle los trabajos de fontanería al presidente de la república.
Pero los panistas de la fracción legislativa del partido, que encabeza el queretano Ricardo Anaya y pastorea desde detrás del poder el chihuahuense Gustavo Madero, cuya voz cantante la lleva Marko Cortés, también queretano, hicieron circular a través de radio pasillo y en los cubículos de la sala de prensa un documento con todas las enmiendas que es urgente y necesario hacerle a la famosa ley de ingresos a fin de que la política fiscal se convierta en motor de la economía y no en una rémora como lo es actualmente.
Los descendientes de don Manuel Gómez Morín han propuesto ocho correcciones al Impuesto Sobre la Renta, tres correcciones al Impuesto al Valor Agregado y tres correcciones al injusto IEPS. Y es que en materia de impuestos todo juega en contra de los factores más importantes de la producción, los medianos y pequeños inversionistas y los trabajadores, por lo que se hace necesario un cambio justo para beneficiar realmente tanto a las empresas (personas morales) como a los trabajadores (personas físicas).
Yo no sé si la iniciativa panista va a progresar, pero a simple vista es una postura muy justa, equitativa y necesaria. Puede ser parada por los esbirros de Videgaray, pero sobre su cabeza llevarán la responsabilidad y la culpa de que la economía nacional no tenga respiración y no se levante de su lecho der dolor.
Qué tanto es tantito, sin embargo, señor Videgaray. Por lo que debe dar instrucciones a sus diputados – priístas, verdes, aliancistas, principalmente y perredistas – para que cambien en la ley de ingresos todo lo que es, ya no digamos injusto sino que atenta contra la verdadera ciencia económica.
Y no es mucho bajar de 30 a 20 por ciento el ISR a personas morales, o el 35 al 30 por ciento para personas físicas como tope máximo. Tampoco es antieconómico establecer una deducibilidad del cien por ciento en prestaciones sociales, como seguro de gastos médicos, vales de gasolina y despensa y fondo de ahorro y pensiones. E incrementar las deducciones personales en personas física de 94 mil a 150 mil pesos. Y una acción que ya debería de haberse tomado desde Hacienda: el regreso de los Repecos (Régimen de Pequeños Contribuyentes), millones de ellos en quiebra total o que ya pasaron a formar fila en la boyante economía subterránea.
Son varias e importantísimas las propuestas que le enmiendan la plana a Hacienda. Deducibilidad inmediata, permanente y sin límites a inversiones, aumentar deducibilidad en vehículos, en restaurantes y en castos operativos de exploración minera. Los diputados del PAN buscan también la eliminación del IVA en importaciones temporales, la reducción de tal impuesto en la frontera (regresar al 11 por ciento) y exención al transporte suburbano y metropolitano.
Y un tema primordial. Reducción en precios de las gasolinas bajando la cuota del IEPS a los combustibles, eliminar el IEPS a plaguicidas importados, y dar incentivos a bebidas saborizadas con bajo contenido calórico.
La verdad sea dicha, amigos, señor Videgaray, señor Peña, es urgente crear condiciones favorables para evitar, primero, que la economía nacional siga cayendo, e impulsarla, mediante una baja de presión a la angustia de los contribuyentes, que ya no ven la suya y que pareciera que sólo trabajan para pagar impuestos.
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