· El presidente pide reforzar la protección a los periodistas
· Pero el llamado les entra por una oreja y les sale por la otra
Estoy saliendo del hospital donde me estabilizaron los niveles de glucosa que el domingo pasado se me elevaron arriba de 500 pero debajo de 600.
Mas como no me apellido Peña, ni vivo en Los pinos, ni menos en la Casa Blanca – la de Washington DC, por supuesto, donde a los periodistas nos encerraban en el sótano cuando había un evento público y ahí nos servían la comida o la cena, lo que fuera -, pues nadie, digo, de los que cargan cámaras de video o fotográficas, fue a recibirme a la salida ni me puso el micrófono para que le diera gracias a los médicos, a las enfermeras y al personal que me atendió espléndidamente en la Clínica 28 del Seguro Social.
Y apenas estoy pensando en qué enfocar mis pensamientos de este día, para compartirlos con ustedes en Análisis a Fondo y en las redes, cuando me encuentro con que el presidente Peña pidió (así en general, quién sabe a quién, porque en este país nadie se responsabiliza de nada) reforzar la protección a periodistas, aunque para mí, eso creo, y como dice mi amigo Javier Ramírez, lo mejor es que los periodistas no existiéramos y los periódicos fueran una copia fiel del periodiquito que circula en Los Pinos, todo rosa, color de rosa.
Uy, si los periodistas, particularmente los que trabajan bajo riesgo grande, que cubren las fuentes policiales, las judiciales, y todo lo relacionado con los intereses del gran narcocapital y el gran capital narcopolítico, que quién sabe cuál de los dos es más poderoso y temible, tuvieran protección de la ley y de las autoridades gubernamentales, de todas y cada una de las procuradurías de justicia, de las corporaciones policiacas (aunque todas estas instituciones están llenas de mierda, están infiltradas por la delincuencia), otro gallo nos cantaría; no habría tantos asesinatos, tantas agresiones.
Me enteré también de que el señor Mancera, jefe de Gobierno del DF, reiteró que no se descartan líneas de investigación en el multihomicidio, ocurrido el 31 de julio, en la colonia Narvarte. Aunque no aclaró por qué no profundizan de una vez y persiste la teoría del asesinato por robo, cuando en el departamento de la tragedia había dos personas perseguidas por quien sabe quién en Xalapa (dice Duarte que a él no lo metan en la bronca) por ser críticos del gobernador.
Qué curioso que el foto periodista Rubén Espinosa y mi paisana activista por los derechos humanos, Nadia Vera, activista por los derechos humanos, hayan sido asesinados por ladrones comunes, aunque todo el mundo está seguro de que los asesinos no iban a robarlos sino a hacerlos pedazos, a liquidarlos por órdenes de algún pez gordo.
Y qué tanto le harán caso, obedecerán al presidente, quien advirtió que, ante el multihomicidio de Narvarte, los procuradores y fiscales están comprometidos a redoblar esfuerzos y brindar una atención oportuna y debida a la investigación.
Como dice Peña, los procuradores y fiscales deben lograr la detención de eventuales responsables de agresiones, ataques y homicidios en contra de periodistas y defensores de derechos humanos. Ah, ta bueno lo que dice don Enrique, pero nunca las policías los detienen ni menos los castigan. Y es que hay muchos malos políticos gobernantes involucrados en la persecución a periodistas. Cuántos asesinatos que siguen impunes.
Vamos a ver qué tanto cumple Osorio Chong la instrucción presidencial de que en el ámbito preventivo fortalezca más el mecanismo de protección para personas defensoras de derechos humanos y periodistas.
En este sentido debo decir que Ricardo Nájera merece todo mi respeto y confianza. En lo que no confío es en la estructura, infestada de corrupción e impunidad. Se ve, como en todo, mucha simulación y malos ojos ante los periodistas críticos. Pareciera que, como me lo dijo Javier Ramírez, lo mejor sería que los periodistas no existiéramos.
fgomezmaza@analisisafondo.com analisisafondo@gmail.com www.analisisafondo.com
@AFDiario @ANALISISAFONDO