· Sembradío de cadáveres
· Cementerios clandestinos
Aparecidos… Qué interesante el concepto. Hay miles de desaparecidos en este escenario de guerra del narco. Pero nadie había hablado de los aparecidos.
Y es que de los tantos miles desaparecidos han aparecido muchos en fosas clandestinas. Pero los peritos fiscales no han podido identificar a las mayorías de cadáveres, sólo presentes en osamentas destruidas o en pedazos de cuerpos podridos y desfigurados.
El mérito del descubrimiento de los muchos aparecidos es de Reporte Índigo, uno de los más completos y profesionales diarios circulantes en la ciudad de México, concretamente del reportero Julio Ramírez, quien publicó este lunes un espléndido reporte sobre La Búsqueda Interminable y que casi nunca termina con la aparición de cadáveres completos o mutilados, o en calcinadas osamentas en cementerios clandestinos.
Podría decirse que el subsuelo nacional está sembrado de cadáveres sin haber bombardeos al estilo de una guerra convencional.
Qué tristeza que una guerra declarada irresponsablemente, a la ligera, sin medir consecuencias, sin medir capacidades, fortalezas y debilidades – un fracaso, mientras no recapturen a El Chapo, fugado ya en dos ocasiones de los mejores centros de máxima seguridad del país – Puente Grande en 2001 con Vicente Fox, y El Altiplano, 2015 estando al cuidado de Monte Alejandro Rubido – a las bandas del narcotráfico, especialmente, genere tantos muertos, tantos desaparecidos y horrendos aparecidos, bazofia criminal enterrada a la luz de las lunas de cualquier mes, o a plena oscuridad. ¡O a plena luz del día! O cremados masivamente como dicen que ocurrió con los 43 jóvenes estudiantes normalistas de la maldita escuela normal de Ayotzinapa, malquerida por los gobiernos federales porque son semilla de comunistas, guerrilleros subversivos.
Por cierto, en qué quedaría el proceso de investigación de la desaparición de los chavitos. Cuál fue la suerte del ex presidente municipal de Iguala y su esposa, acusados de ser los responsables intelectuales del presunto asesinato de los jóvenes. Qué fue de los detenidos. ¿Siguen detenidos o ya fueron liberados por falta de pruebas, como ocurre siempre con las demandas del Ministerio Público?
De acuerdo con la versión periodística, la Procuraduría General de la República ha encontrado en los últimos nueve años en fosas clandestinas 495 cuerpos que desconoce de quiénes fueron. Desde el año 2007, la PGR ha detectado 186 fosas clandestinas en las que los peritos han hallado, completos o mutilados, 638 cadáveres. La sumatoria indica que ha podido identificar sólo 143 personas.
En el trabajo de casi la última década, la Fiscalía sólo ha podido ubicar el 22.41 por ciento de los perfiles genéticos. Es decir, el cuerpo de cuatro de cada cinco personas asesinadas “a manos del crimen organizado”, y cuyo destino fue una fosa clandestina, no pudieron ser velados por sus familiares.
Estos hallazgos, muchos de ellos fortuitos o denunciados, o apariciones contra desapariciones sólo son una muestra, que sólo podría satisfacer en parte la permanente incertidumbre de los familiares que nunca se conformarán con que les digan que no hay rastros de sus hijos, esposos, padres, o madres, esposas, hijas, o parientes.
Ahora nadie habla de los desaparecidos. Por lo menos deberían de hablar de los aparecidos, buscar la manera de lograr la dificilísima identificación de los restos. Esta tarea es también responsabilidad del secretario de Gobernación y de los organismos gubernamentales y no gubernamentales de defensa de los derechos humanos.
Y qué curioso. Uno de los 43 normalistas desaparecidos hace más de medio año era soldado en activo, según revelación de la Secretaría de la Defensa Nacional.
A Desfondo: Gravísima, la denuncia de Eufrosina Cruz Mendoza, diputada presidenta de la Comisión de Asuntos Indígenas. El desplazamiento de pueblos originarios es forzado por la construcción de obras hidroeléctricas e infraestructura carretera.
fgomezmaza@analisisafondo.com analisisafondo@gmail.com @analisisafondo @AFDiario