• Todo por el bendito crudo
• Petróleo de los mexicanos
La cúpula del perredismo, en torno a Cuauhtémoc Cárdenas, se reunió para presentar un frente común y evitar la privatización de Petróleos Mexicanos. Todos unidos contra la privatización, en defensa del petróleo. A luchar contra los malos vendepetróleo.
Y es que todos los mexicanos creímos que éramos los dueños de ese aceite negro como el alma de Judas porque todos los empleados públicos de altísimo nivel no se cansaron de decirnos que “el petróleo es de los mexicanos”. La gran mentira hecha axioma por priístas, derechistas e izquierdistas, que trajo a la memoria del escribidor una anécdota que bien puede ser ficción, convertida en verdad evidente que no necesita demostración. “El petróleo es de los mexicanos.” Una mentira tan machacada que los mexicanos llegaron a creer como la verdad divina.
Resulta que un cierto día, un individuo se apersonó en las oficinas del director del monopolio estatal y solicitó audiencia con el susodicho. Obviamente, las guardias-guaruras no le permitieron el paso, pero el mexicano sin traje y menos corbata, sino vestido a la usanza de un taquero de barrio, insistió en ser recibido por el jeque mexicano. Y puso a parir chayotes a todo el personal de apoyo de la oficina del “titular”, que entró en pánico porque lo cogió fuera de lugar. Ahí afuera está un loco que quiere que lo reciba. Le informaron al máximo ejecutivo de la empresa de México.
“Vengo por mi parte de Pemex”, le dijo el tal mexicano al secretario particular del oiler. Ahora que le van a vender la empresa a los gringos, ya no me interesa seguir siendo socio; mejor voy a perforar mi terreno que tengo allá por Huimanguillo para extraer aceite y gas, y ser de la competencia.
Pe…pe…pero, se… se… señor – tartamudeaba el empleado del director de Pemex -. Eso es imposible. Lo que usted solicita es una locura. Ah. Yo no sé – respondió el mexicano de huaraches y todo -. Toda mi vida he escuchado que el petróleo es de los mexicanos y hasta ahora no he sabido qué porcentaje de los activos y de la renta petrolera me pertenecen a mí. Somos como 120 millones y ustedes ya deben de haber hecho las cuentas de la repartición de las acciones de la empresa. Así que el director no puede negarse a hablar conmigo. Yo soy sueño y por tanto él es mi empleado.
Parece verdad, la anécdota, pero es tan ficción como Pemex en manos de los mexicanos. Y es una empresa que se debe a sus clientes, a sus más importantes clientes: Los Estados Unidos del tío Sam, que ha no mucho compraban el petróleo en los mercados del exterior, y obviamente de México, para almacenarlo en previsión de. A ellos, a los gringos no les gusta mucho el aceite mexicano, porque es muy pesado y sucio y por ello tienen planes de refinarlo para convertirlo en una diversidad de químicos que requiere su economía. Y si se puede beneficiarlo en tierra mexicana, mejor, para no ensuciarse las manos de chapopote.
En ese contexto es que el señor Peña Nieto está actuando, para “modernizar” la petrolera, para expandirla, para que sea más “productiva”. Y para ello no será suficiente la propuesta legislativa del PRD, anunciada este martes en presencia de Cuauhtémoc Cárdenas (realmente el autor de la propuesta).
Porque en el Consejo Rector del Pacto, todos los tres dirigentes partidarios – PAN, PRI, PRD – se alinearán, y la Constitución y las leyes serán reformadas para que Pemex sea “moderna”.
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