Francisco Gómez Maza
• No ha sido tan bondadoso como dicen
• La política de EU es la del gran garrote
Pero es que México nunca debió firmar un acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá. Ya estaba protegido por la Organización Mundial de Comercio y, tarde o temprano, la asociación haría agua con Donald Trump, o con quien fuera,
El llamado TLCAN o NAFTA no cubría ni siquiera la mitad de los productos y servicios mexicanos exportables. Además, no cubría la movilidad de las personas, tanto que las deportaciones llegaron a ser escandalosas, no sólo con el actual presidente Trump, sino con los anteriores mandatarios tanto del partido republicano como del demócrata. Es más, antes de la era Trump, a México le iba “mejor” con los republicanos.
El gobierno mexicano privilegió la recepción de mano de obra estadounidense y canadiense, a través de las empresas trasnacionales o la explotación de extensos territorios en el país donde se establecieron minas para saquear el suelo nacional y convertirlas en verdaderos acahuales, en desoladores páramos, como está ocurriendo en Chiapas, en donde están acabando con flora y fauna de manera inmisericorde.
Pero a las autoridades nacionales se les olvidó la suerte de los mexicanos indocumentados que, esta hora de incertidumbre, son cazados, encarcelados, maltratados y expulsados de territorio estadounidense, porque estorban, porque les están quitando el pan de la boca a muchos estadounidenses pertenecientes a la clase Omega, según los pretextos de Trump, principalmente. Los gobiernos mexicanos, se olvidaron de la protección de la mano de obra mexicana que se iba, en su inmensa mayoría indocumentada, porque no había ningún acuerdo en ese terreno, a buscar trabajitos despreciados por los estadounidenses, fueran güeros o de color.
Y ahora, en esta hora de desgracia, manipulada por el fascismo tanto desde la Casa Blanca como desde Los Pinos, la economía no está preparada para recibir y dar buenos trabajos a los miles de indocumentados expulsados de territorio estadounidense por el anti mexicanismo y racismo del gobierno del país vecino, que aún insiste en levantar un muro que separe, que los proteja de los prietos mexicanos por apestosos, Con el TLCAN pues, puede haber un presente engañoso, pero no hay futuro para los productos y servicios mexicanos. Los exportadores deberían, ahora sí, ir al mundo. Olvidarse de lo fácil que es enviar camiones, o furgones, o aviones con productos mexicanos a los mercados gringos. El mundo es muy ancho. Tengo entendido, aunque no me consta, que hay intereses (inversiones) mexicanos muy fuertes en la producción de uva para vino, en Chile, y en plantaciones de café en África. Estas situaciones pueden ser plenamente aprovechadas para mercar, como dicen los chiapanecos, en esas zonas del mundo.
El campo mexicano resintió seriamente la política estadounidense, siempre proteccionista, incluso con el más demócrata de los demócratas, el presidente Barack Obama. Los campesinos mexicanos, los que quedan, porque el campo mexicano fue arrasado, incendiado, erializado, depauperado, inundado por las grandes represas hidroeléctricas, y suplantado por importaciones de alimentos de grandes trasnacionales, como Monsanto, están con los dedos cruzados, implorando que desaparezca del mapa el TLC, que sólo trajo pobreza y, por tanto, el abandono de muchas actividades agropecuarias, ya que era “más económico” importar maíz, gallinas, pollos, alimentos de todo tipo desde Estados Unidos que producirlos en el campo mexicano. Pregúntele a un campesino mexicano en cualquier parte de México, qué opinión le merece el acuerdo comercial y comenzará a mentar madres,
Así que nadie debe llamarse a escándalo que Trump pueda anunciar que su país se retira del NAFTA. Ahora sí, responder como el dicho oaxaqueño grabado en los machetes o cuchillos: “Como amigo soy tu amigo. Como cabrón soy tu padre”. Si así nos trata Trump, por qué no asumir una actitud digna y rechazar de tajo la renegociación. No nos va a pasar nada. Sólo nos va a obligar a ser más creativos, más aventureros, más buscadores de mejores oportunidades de comercio en el mundo. China, por ejemplo, tiene inundado el mercado mexicano, y de puras baratijas. Por qué no inundar el mercado chino de productos mexicanos verdaderamente necesarios para la vida.
Y no lo digo yo. Me alegra que lo diga quien lo dice: Luis Videgaray advierte: México debe prepararse para salir del TLCAN. Videgaray Caso puntualizó que México es mucho más grande que el TLCAN. La desintegración del acuerdo comercial, dijo, afecta más a Estados Unidos que a México, porque, de ser el caso, lo que regirá son las reglas de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
“Lo que no podemos perder”, mencionó, “es que un Tratado de Libre Comercio deje de ser de libre comercio. Si se trata de introducir comercio administrativo, restricciones, aranceles, barreras, eso desvirtúa la naturaleza del acuerdo y eso no es lo que conviene a México, hay que estar preparados, por lo tanto, a decir que no, y si es necesario, a levantarnos de la mesa y si es necesario, incluso, a salirnos del tratado”.
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