Francisco Gómez Maza
• ¿Consiente AMLO la incongruencia de Delgado?
• Vale más un pollo que la vida de un indio: Kánter
A muchos de los periodistas que cubrieron el levantamiento de indígenas mayenses, en Los Altos de Chiapas, estallado la madrugada del primero de enero de 1994, les deberá decir mucho, mucho más de lo que sabe Mario Delgado, el derechista y mañoso presidente del Movimiento de Regeneración Nacional, el nombre de Jorge Constantino Kánter.
Constantino, uno de los más deleznables hacendados (potentados) en Chiapas, está ya haciendo campaña como candidato del Movimiento Regeneración Nacional (Morena), a la alcaldía de la ciudad chiapaneca de Comitán de Domínguez, tierra de grandes como el mártir de la libertad de expresión, Belisario Domínguez, o como Rosario Castellanos, la escritora y poeta.
Jorge Constantino, odioso antizapatista y de los que creen aún que los indígenas no valen nada, ya fue presidente municipal, por el PRI de siempre, , de ese municipio en el sexenio de Felipe Calderón. Y gracias al PRI, y los gobernantes locales de ese partido que siempre lo consintió, Kánter pudo levantar un emporio, causando la agudización de la pobreza en la zona fronteriza de Chiapas con Guatemala.
Por cierto, este cacique se hizo famoso por afirmar que vale más un pollo que la vida de un indio. De ese tamaño es su inconciencia, traducida en perversidad, desprecio, racismo, exclusivismo, odio hacia los indígenas mayenses – “los indios”, diría esta especie de depredadores -, que aprovecharon el estallido del movimiento zapatista para “expropiar” los ranchos, las fincas, en donde, por siglos, eran explotados por los finqueros, señores de horca y cuchillo, que eran apuntalados por los sucesivos gobiernos priistas.
En Chiapas, caciques como Kánter han hecho grandes fortunas, basados en la práctica de la explotación de la tierra y en la explotación del hombre por el hombre, haciendo honor a aquel axioma del escritor romano de la antigüedad clásica, Plauto: Homo homini lupus, que significa que el hombre es lobo del hombre, axioma célebre en el contexto de la teoría política de Thomas Hobbes.
Thomas Hobbes, el filósofo inglés del siglo XVII, usa la frase para calificar a la especie humana, ya que concibe a los hombres como átomos de egoísmo que, de no estar constreñidos por leyes que coaccionen su derecho natural, acabarían destruyendo la especie humana.
El colega Fredy Martín Pérez escribió el otro día, en el digital Chiapas Paralelo, una nota informativa, reproducida por innumerables medios periodísticos alternativos, entre ellos La Jornada de Baja California, cuyo titular afirmaba: Constantino Kánter, de cazador de indígenas y campesinos a candidato de Morena, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador. Por cierto, el entonces subcomandante Marcos (ahora se llama subcomandante Galeano) del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, acusó a Kánter de ser “uno de los aliados” del actual presidente de la república y puntal de la más reaccionaria extrema derecha chiapaneca, personificada en el señor, el cacique, el amo.
Jorge Constantino Kánter fue san camilo de los finqueros en los municipios, tomados en 1994 por los neo zapatistas y sus bases de apoyo, que invadieron ranchos y fincas en los que habían sido, por siglos, peones acasillados y en donde sus hijas fueron presa del llamado derecho de pernada.
El devenir del cacique es público. Fue objeto de muchas notas informativas, análisis y comentarios periodísticos, por su posición en la contra del EZLN. También fue ya presidente municipal, por el PRI, de la ciudad de Comitán, por la que lo abandera Morena, y desempeñó otros encargos del oficialismo priista y “ecologista” (PVEM) en estado suroriental de la república mexicana.
Es abierta, clara, la opción de Morena por personalidades de la derecha; del conservadurismo como lo califica AMLO.
Peor aún es su compromiso con explotadores de indígenas y causantes de la pobreza en este país. Supremacistas blancos que están seguros de que vale más un pollo que la vida de un “indio”.