Francisco Gómez Maza
• Desnacionalizaron la economía “mexicana”
• ¿Podrá en nuevo gobierno resarcir los daños?
La relación bilateral México-EU ha sido con los dados cargados hacia el otro lado de la mesa. El gobierno de Peña Nieto sólo ha mostrado servilismo ante los desplantes despóticos, fascistas del presidente Donald Trump.
Querían los gringos el petróleo mexicano, Peña Nieto se los dio; querían el gas, Peña Nieto se los dio. Sin ninguna pena, los neoliberales de Atlacomulco entregaron la economía a los grandes intereses del decadente capitalismo estadounidense.
Peña Nieto y sus consejeros, especialmente el canciller Luis Videgaray, su “materia gris” (pero muy gris), asesorados por los gurúes del tapanco neoliberal, como Pedro Aspe Armella, le apostaron a “ofertar” a México como una mercancía barata.
Qué nos queda a los mexicanos, después de estos seis años de traiciones, de acuerdos en lo oscuro con los capitanes de la gran empresa trasnacional de origen estadounidense. Eso es lo que siempre buscaron la Casa Blanca y Wall Street, y los mexicanos “salvaron a México” entregándolo a sus “salvadores”.
¿La naturaleza? ¿Los recursos del subsuelo? ¿El petróleo, el gas, los minerales, ¡el agua!? Fueron puestos a disposición del extranjero, o están en proceso de transferencia, que gana una millonada en el mercado local y todas sus ganancias las envía a su matriz en el exterior.
La primera gran entrega fue la del sistema bancario. Citibanamex, por mencionar a uno solo (que es la joya de la corona del Citi), obtiene ganancias multimillonarias que van a parar a su central en Nueva York. Los servicios al público no importan. Pueden ser malos. A los clientes les tienen sin cuidado. A las autoridades, si es que puede llamárseles autoridades, que deberían normar la conducta del sistema financiero, les importa menos.
Peña Nieto y cómplices nos uncieron al capitalismo neoliberal que desprecia al ser humano, a la madre naturaleza – sólo objeto de explotación -, a los campesinos que ya no pueden poner a producir sus tierras, a los trabajadores, a las mujeres, a los ancianos, y a los pobres en general. Su objetivo es privilegiar a los grandes, globalizados, plutócratas que no son seres humanos, sino corporaciones anónimas cuyo fin tecnológico es producir riqueza y acumularla en el sistema bancario y enviarla a los paraísos fiscales porque gran parte de ella es de fuentes nada presentables, particularmente del comercio internacional de las drogas ilícitas.
Sólo un breve repaso de los estragos del neoliberalismo en el cuerpo social del México avasallado por gobiernos locales corruptos, impunes, simuladores, cínicos. Éstas fueron las causas de que las mayorías arrasaran con los partidos neoliberales, el pasado domingo primero de julio, aunque no quieran reconocerlo sus vasallos, que no son nada representativos porque de hecho fueron borrados del mapa, arriconándose exclusivamente en el estado de Guanajuato.
La verdad es que no importa mucho que berreen, que escupan heces en las social networks, pues los triunfadores deberán reconocerles su derecho de pataleo. Es lo único que les queda a los vasallos.
Lo más importante es reflexionar en torno a las posibilidades, las capacidades, de que dispone el nuevo gobierno para desembarazar a los mexicanos de esa pesada carga que le deja el gobierno neoliberal de Peña Nieto. Los nuevos encargados del servicio público, de cepa multi partidaria, multi ideológica, de chile, de mole, de manteca, ¿acaso podrán con este paquete de revolucionar las relaciones de producción, que hicieron a un lado a las mayorías ciudadanas, en beneficio de reducidas, exclusivas clases dominantes, sobre todo de la gran empresa globalizada de capital estadounidense?
El plazo es reducido. Sólo seis años. Y tienen que avanzar con rapidez. Cumplir promesas de campaña y rehacer el tejido económico. Echar al bote de la basura las políticas neoliberales creadoras de fantásticas alucinaciones. Desgraciadamente, no pueden destetarse del imperio del capitalismo salvaje. ¿Dejará México, en estos seis años, de ser el patio trasero de los Estados Unidos? Ese patio que les procura riquezas contantes y sonantes en todos los mercados locales. Yo espero que sí. Que estos señores que llegan sean protagonistas de un cambio verdadero, tal como lo ha proclamado su líder
Ah. Y una sugerencia para la señora Beatriz Gutiérrez Müller. Úntese el cuerpo y el alma de manteca de cochi, para que todo lo que le digan en las social networks se le resbale.
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