Francisco Gómez Maza
• Mediocre doctorcito politicastro, en el IMSS
• Un personaje, tan patético como perverso
Si algo está caracterizando al gobierno de Andrés Manuel López Obrador son las contradicciones. Los bandazos. Va desde la condenación de la “mafia del poder”, fuente de la corrupción total, reforzada por el neoliberalismo, a yerros absolutamente criticables y hasta condenables, producto también de la corrupción que él dice detestar:
En el pequeño mundo de la política aldeana, el tepetitleco o tepetitlanense, primero, protegió a uno de los grupos más nefastos y corruptos que pudo desgobernar al estado de Chiapas. El encabezado por Manuel Velasco Coello, quien administró la “finca (Chiapas) del abuelo”, el desaparecido politiquero Manuel Velasco Suárez, asido de las faldas de su máma, la ambiciosa Leticia Coello, quien también tiene una gran cola que le pisen.
Pero Andrés Manuel tiene una profunda preferencia, amorosa preferencia, por ese grupito de rufianes chiapaneco tabasqueños y no lo oculta. Ahí anda también el gobernador Rutilio Escandón Cadena (quien fue empleado de La Quija), a quien el populacho llama Reptilio.
El clamor unánime de los chiapanecos, en su momento, cuando el tabasqueño iba a tomar posesión de la presidencia, o ya la había tomado, fue que metiera a la cárcel a “La Quija”, que así apodaban al saliente gobernador ladronzuelo, por el descolor de su piel y a quien acusaba todo el mundo de haber asaltado al Erario.
Ahora, el presidente del “pueblo bueno” permite que Zoe Robledo, uno de sus mozuelos preferidos y que está haciendo un trabajo nada enaltecedor al frente del Instituto Mexicano del Seguro Social, nombre como Coordinador de Políticas en Salud del IMSS en Chiapas, a un doctorcito de medio pelo llamado Nemesio Ponce Sánchez, quien tiene facturas pendientes con los chiapanecos, desde cuando fue el maquiavélico poder tras el trono del reconfirmado cónsul en Orlando, uno de los más desalmados depredadores de las riquezas chiapanecas, Juan Sabines Guerrero, inexplicablemente protegido de López Obrador.
Nemesio Ponce Sánchez tiene tarjeta de presentación como Especialista en Medicina Crítica y Terapia Intensiva, Internista, con consultorio en la Ciudad de México.
A esto me refiero cuando digo que no se puede transformar a México con las mismas prácticas de siempre, con individuos ruines y mezquinos como Nemesio Ponce, Juan Sabines y otros miembros de la manada de narcisistas malignos y perversos emanados del #PRI, escribió una destacada chiapaneca hace unos días en las redes antisociales. Y es que el IMSS requiere urgentemente de una depuración y no que le lleven a delincuentes.
En los círculos políticos y periodísticos de la capital chiapaneca, que a mí me gusta llamarle San Marcos Tuxtla, luego de ser nombrado coordinador de Políticas en Salud del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Chiapas el doctorcito de marras, diversos sectores cuestionaron la trayectoria y honestidad de Ponce Sánchez, pues contraviene “los principios” de la llamada Cuarta Transformación. Como si le importara mucho al presidente.
De acuerdo con distintas voces, reportó la prensa, como la del exalcalde de Tuxtla Gutiérrez, Francisco Rojas Toledo, un panista aparentemente muy popular entre la tropa, el funcionario participó en el destierro de líderes como el entonces secretario de Salud, Javier Castellanos Coutiño.
Ponce Sánchez es identificado como la persona que, de 2007 a 2012, amedrentó a los críticos del gobierno de Sabines Guerrero, fabricó delitos, intimidó, exilió, acosó y encarceló con la entonces procuraduría del estado.
Además, en 2017 impulsó a figuras políticas desde Chiapas para formar parte del Frente Amplio Opositor y cerrarle el paso a la carrera presidencial a Andrés Manuel López Obrador (AMLO).
En su columna Ultimatum, el periodista Amet Samayoa Arce, escribió al respecto: Tan patético como malvado, el ex subsecretario de Gobierno de Chiapas, Nemesio Ponce Sánchez, “real” vice gobernador de Juan Sabines Guerrero, es sinónimo de los peores malos recuerdos de perversidad y abuso de poder.
Sin embargo, hoy se pavonea con sus mejores “dotes” como Coordinador de Políticas en Salud del IMSS, que dirige Zoe Robledo Aburto, a quien cada día se le esfuma más el sueño de la silla principal del palacio estatal. Son malas noticias para Chiapas, y deberían de ser también para Andrés Manuel López Obrador, que áreas sensibles de atención ciudadana y con mayor acento en el sector salud y en el marco de la emergencia que está provocando la pandemia del Covid-19, esté incrustado en la administración pública “el camillero” Nemesio Ponce. ¿Quién sigue meciendo la cuna a favor de Nemesio? Y ¿Quién en su sano juicio lo recibe sabiendo el tamaño incalculable de perjuicio que hizo en Chiapas? ¿Es Nemesio el asesor principal de Zoe, quien piensa volver a Chiapas en las elecciones del 2024? Se pregunta el colega.
En alguna ocasión, el periodista local, Isaín Mandujano reportó que Nemesio cometió muchos excesos y abusos de poder en Chiapas. Incluso echó mano de los recursos del erario en cantidades millonarias, pero eso sí, nunca firmó papel alguno que lo comprometiera en lo futuro. Siempre eran otros subordinados los que firmaban en su lugar.
De ser un médico gris, el médico personal de Sabines Guerrero, su poder creció como la espuma en el sexenio de su amigo y casi hermano. Si bien ocupó legalmente el cargo de coordinador de asesores y de Subsecretario de Gobierno, en realidad Nemesio Ponce fue el verdadero poder tras el trono en el sexenio de Juan Sabines Guerrero, del 2006 al 2012, cuando Ponce Sánchez fungió como el poder tras el trono. Era el vicegobernador. Nada se movía en el aparato de gobierno de Sabines sin que Nemesio supiera.
Todos los miembros del gabinete, temían más a Nemesio Ponce Sánchez que al propio Juan Sabines Guerrero. Nemesio era el del círculo cercano a Sabines junto con Mauricio Perkins Cardoso. Otros más le rendían pleitesía para estar en la gracia y obtener favores del vicegobernador.
Nemesio era el que se encargaba de ordenar a prefabricar delitos, a detener, arraigar, amenazar, intimidar, exiliar y acosar con el aparato de la procuraduría a todos los enemigos políticos del sexenio sabinista.
Muchos políticos encarcelados o que tuvieron que abandonar el estado, fue por órdenes expresas de Nemesio Ponce Sánchez.
A su numerosa familia, el jefe de asesores, como le gustaba presentarse, la colocó en diferentes dependencias, en puestos claves en el manejo de recursos económicos. Su esposa, Martha Jiménez, fue la responsable de las finanzas del DIF-Chiapas. Su hermano Federico decidía sobre las compras en el Consejo de Seguridad Pública, y otro de sus hermanos, Francisco, se encargó de la administración de Talleres Gráficos y más tarde del Centro de Convenciones y del Polyforum”, escribió en noviembre del 2013 acá en Chiapas Paralelo el columnista Sarelly Martínez Mendoza.
Nemesio volvió a Chiapas. Acá tiene amigos chiapanecos. Excolaboradores, cómplices todos de los abusos de este médico que nunca ha hecho honor a su origen michoacano, tierra de grandes personajes de la historia.