Francisco Gómez Maza
• No sé si es mejor la militarización que los aranceles de EU
• Se espantaron con el estúpido petate de las calificadoras
Al presidente López Obrador le prensó la mano en el gozne de la puerta el gobierno de Trump, que no tiene un pelo de tonto. El de la cabellera naranja (pareciera propagandista del Movimiento Ciudadano) no hace o que hizo con México ni con China, ni con Turquía y menos con la Rusia que, por momentos, pareciera quien le mueve los hilos como títere.
El magnate evasor de impuestos y propagandista lo más superfluo del jet set, metido a presidente por obra y gracia de la ignorancia estadounidense, sabe con quién “negocia”, a quien aprieta la mano, a quien visita, Su guerra contra China ha sido un fracaso. Con presiones a Corea del Norte no logró la desnuclearización de ese país comunista, sino todo lo contrario. Que los líderes de ambas Coreas se dieran la mano. (¿Sabía usted que el dirigente de Corea del Sur, la capitalista, nació en Corea del Norte?
Sabe con quién se mete el del peluquín anaranjado t es ventajoso, porque al meterse con México se juega mucho para la economía de su país, ya que México representa el 80 por ciento de su comercio con los exportadores e importadores del vecino distante.
Los gobernantes gringos son traidores, transas. Quizá ellos les enseñaron a los políticos a ser ratas.
Y así, con los dedos prensados, con manita de puerco, a López Obrador no le quedó más que ensalzar las virtudes del capitalismo estadounidense, osa que nunca había hecho ningún presidente de la mafia del poder como él le llama a priistas y panistas y empresario de la extrema derecha.
Los resultados de las negociaciones para evitar los aranceles fueron pírricos. Los aranceles hubieran sido más competitivos porque no sólo nos iban a afectar a los mexicanos, sino más a los productores e importadores estadounidenses., pues el comercio entre ambos países es quizá el más grande que tiene Estados Unidos con país alguno. Y no es de tecnología, sino se algo más grave. Fundamentalmente de alimentos y materias primas. Pero Trump no sabe ninguna otra técnica para resolver sus problemas, porque el de las migraciones forzadas masivas no es problema de México. Es de las autoridades del ICE, Y de la Borde Patrol. Salvadoreños, hondureños, guatemaltecos no se movilizan para venir a México. Sueñan con el American Dream.
Además, aunque nadie lo haya probado, me temo que sean manipulados por enemigos internos de Trump, que están en las filas demócratas. ¿Verdad, señor Trump, que usted no puede con su colega George Soros, pudiera ser el financiador de los migrantes para socavar su intención de reelegirse el año próximo? De esta posibilidad nadie habla. No la creen. Pero me pareció muy curioso que, mientras los mexicanos estaban en Washington en conversaciones con el equipo de sátrapas de Trump, entró a México una nueva caravana migrante.
Voy a pensar que, entre los estertores del capitalismo, Trump se niega a morir política y económicamente. Y se aprovecha de los tontos útiles mexicanos para hacer y deshacer. Los aranceles los anunció días después de firmar el tratado de libre comercio entre México, Canadá y Estados Unidos. Ahora, no bien había terminado de anunciar que no habría aranceles cuando ya anuncio otros si el congreso mexicano no aprobaba una ley antiinmigrante.
Y los mexicanos son la carne de cañón. El fascista ya encontró a su puerquito. Y los mexicanos caemos en el garlito y le servimos para que fortalezca su campaña para un segundo periodo en la Casa Blanca. ¿O no, señor Putin?
Mientras tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha dado a conocer la creación de una comisión especial, a cargo del canciller Marcelo Ebrard, para cumplir con los compromisos asumidos con Estados Unidos que evitaron la imposición de aranceles a productos mexicanos. Ay dios, mío. Entre las primeras medidas está acelerar el despliegue de la Guardia Nacional de la frontera Sur para el registro de quien ingresa al territorio. Pero China tiene castigos arancelarios del neoyorquino y sigue creciendo más que Estados Unidos. Ubinam gentiun summus!
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