Francisco Gómez Maza
• Dante Delgado reitera que no va con el Señor X
• ¿Y sabe Gurría con qué se come la política social?
Decía don Genaro Maza, mi entrañable abuelo: “es tan simple, tan sencillo lo que tenés que hacer y lo haces mal. No tenés perdón de Dios y decía tenés porque era chiapense, o chiapaneco, el gentilicio vulgar de los nacidos en esa hermosa tierra heredada por los ángeles y arcángeles. Y esto no tiene absolutamente nada qué ver con ideologías, ni con creencias. No tiene nada qué ver con izquierdas ni derechas y menos con discursos de odio. Es simplemente sentido común.
O sea, capacidad para juzgar razonablemente las situaciones de la vida cotidiana, y decidir con acierto. Y estos, los neoliberales, jamás han decidido con acierto, sino bajo la ley del que tiene más saliva traga más pinole.
Eso pareciera. De primera intención, la cúpula de Movimiento Ciudadano (Léase el ex gobernador de Veracruz, Dante Delgado Rannauro) ha manifestado su posición oficial, después del encontronazo, del fin de semana, de su parte con su discípulo, el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, en torno de si se debe ir o no con la ultraderecha mañosa, corrupta, pendenciera. No van con el Señor X.
Si fuera por Alfaro, MC estaría ya con los brazos torcidos ante PRI, PAN y prd y, lo peor de todo, recibiendo órdenes del gran jefe X, y rindiéndole cuentas. Pero no es como lo entiende el cabecero de El Universal de que MC abre rendija para apoyar a Xóchitl Gálvez. No. Este titular es una versión absolutamente libre y mentirosa. Lo que dijo Dante Delgado es (y el reportero lo registra clarísimamente en el cuerpo de su nota) es lo siguiente: “Para que MC apoye una eventual candidatura de Xóchitl Gálvez, su postulación tendría que ser resultado de un proceso democrático, lo que hasta ahora no se ha dado, aseguró el dirigente nacional de ese partido, Dante Delgado Rannauro.”
Antes lo había afirmado también, con una dosis de rencor del bueno, palabras más, palabras menos, el joven tiktokero, Samuel García, gobernador por el MC del estado de Nuevo León: “Esa pregunta hasta ofende. Yo no sé a quién se le ocurre ir con el PRI y el PAN; son nuestros enemigos; vean aquí en Nuevo León cómo todos los días están jodiendo”.
¿Van con Xóchitl?, —le preguntó a Dante el querido y admirado colega Víctor Gamboa Arzola. “Primero tendría que darse un proceso; si fuera un proceso democrático, primero se tiene que dar, y no se ha dado”, le respondió Dante al periodista, para enseguida lamentar que “lo que se ha visto, hasta ahora, es que la alianza opositora PAN, PRI y PRD es parte de las viejas prácticas de “simular ante la sociedad”. “¡Tómala!”, como dicen los chairos.
Además, Dante fue muy claro, más claro que el agua, al expresar su rechazo a integrarse a quienes ofrecen pasado y pidió a los ciudadanos que le tengan paciencia, serenidad y confianza, tras advertir que, en México hacen falta opciones políticas nuevas, modernas, alejadas de las viejas formas, que ya fracasaron, que sólo ven el poder para tener más poder, o para satisfacer una necesidad de revancha.
Y el jalisciense Alfaro con su alfil Clemente Castañeda se quedaron ”milando” como el chinito. No van, mientras no lo decida Dante, con nadie, y menos con los partidos políticos del pasado. Claro, clarísimo cantó el gallo.
Otro que anda más extraviado que un montañista parisino, sin piolet ni agua, en el Everest, es L’ange de la dépendance, Monsieur tampiquegno, José Ángel Gurría Treviño, quien promete diseñar un proyecto que “mejora las políticas públicas y revierte el deterioro en la economía, la pobreza, la salud, la inseguridad, la educación y el campo” (bárbaro. ¿Y lo podrá realizar en otros 25 años de sexenios X?, obviamente que, según los dictados del capitalismo salvaje, del neoliberalismo. Pero, además, aunque Gurría redacte tan ambicioso proyecto, desde el punto de vista de sus patrones de París, no lo cumplirá, como sus pares del PRI y él mismo no cumplieron con los mexicanos y sí buscaron perpetuarse, ad aeternum, como una dictadura perfecta, según lo denunció otro derechista, el escritor español, amante de la realeza, Mario Arturo Vargas Llosa.
Por supuesto que Gugría no sabe nada de transformaciones y menos de poner como primer mandamiento el axioma “por el bien de todos, primero los pobres”.
Qué sabe Gurría de esto si toda su vida la ha vivido entre la lujuria de millonario y las lisonjas de sus exquisitos pares franceses. De México no tiene ni remota idea. Sabe lo que sabe de Jaltenango la Paz, o Meyehualco. Sólo sabe que debe contribuir a sacar al Movimiento de Regeneración Nacional, a Andrés Manuel, pues, de palacio nacional, porque le “ha hecho mucho daño a las clases dominantes.”