Francisco Gómez Maza
• ¿Y la Impunidad, la simulación y el cinismo?
• Presenta Pablo Gómez iniciativa de reformas
En esta entrega vamos a compartir reflexiones en torno a la necesidad de re humanizar a quienes ostentan la autodenominación de gobernantes, de mandatarios, de autoridades, pero que no son más que empleados de la gente, porque fue la gente la que los puso donde están y es quien les paga su sueldo y, gracias al llamado fuero, que no es más que derecho para robar, ha permitido una robadera descomunal, que yo esperaría que fuera parada en este gobierno que se va a inaugurar, que tanto ha hecho alarde de que va a luchar contra la corrupción.
Es el caso de Andrés Manuel López Obrador, que fue puesto, como el primer empleado del pueblo, a la cabeza de quienes, en verdad, deberían ser siervos de la nación (del pueblo), como se autodenominó el Generalísimo y sacerdote José María Morelos y Pavón. (Jajaja. Llega el tabasqueño a la presidencia muy sacalepunta. Veremos si, al final del sexenio, los mexicanos son concebidos, nacen, se alimentan, crecen, van a la escuela y quienes quieran (no quienes puedan) van a la universidad y logran una carrera profesional. ¿O es mucho pedir, o prometer?)
Con el presidente Enrique Peña Nieto, en cuyo sexenio hizo agua la escandalera de la corrupción entre burócratas de primerísimo nivel, en su gabinete (Norberto Odedrecht-Pemex-Campaña Electoral 2012; los escándalos de HIGA, OHL, la Casa Blanca, la ocultada Estafa Maestra, la triangulación de Fondos a través de Universidades, y en los estados de Veracruz, Nuevo León, Tamaulipas, Baja California, y otros tantos gobiernos estatales, unos prófugos como el ex de Chihuahua, César Duarte Jáquez), y mucho que no se conoce, agarró fuerza la necesidad de acabar con esa figura legal pero ilegítima del fuero para los “servidores públicos”, pues provechándose de ella muchos miembros de la clase política, empezando desde mero arriba, se despachan con la cuchara grande, como dice el dicho, y despliegan su enfermedad de cleptócratas inmisericordes, formando, al final de cada sexenio, verdadera camadas, como las camadas de puercos (perdón, queridos puertos; qué culpa tenéis de la comparación), de nuevos ricos.
El diputado Pablo Gómez Álvarez, un ávatar histórico de la lucha social, estudiantil, pues fue de los miembros de aquel heroico Consejo Nacional de Huelga del 68, ha dicho que el mismo presidente no será un obstáculo para desaparecer el fuero. Y urge hacerlo, para acabar con la impunidad, uno de los cuatro jinetes apocalípticos – corrupción, impunidad, simulación y cinismo – que envenenan la conciencia de esta humanidad mexicana hasta ahora tan aplastada.
La diputación de Morena presentará, en brevísimo plazo, una iniciativa de reforma constitucional que propone abolir el fuero del que gozan todos los servidores públicos, para que cuando el burócrata, incluido por supuesto el presidente de la república, sea acusado de algún delito sea juzgado como cualquier persona.
La iniciativa impulsada por Gómez Álvarez propone un mecanismo de inmunidad para que ningún policía pueda detener al presidente, diputado o gobernador, pero la inmunidad no impediría que puedan ser sometidos a un proceso judicial, al igual que cualquier ciudadano. Desaparecer el fuero, fue una de las insignias de campaña de Morena durante las pasadas elecciones y se prevé que sea una de las primeras leyes que queden aprobadas en la nueva legislatura.
El mismo primero de septiembre, desde la tribuna legislativa, Mario Delgado anunció que la primera iniciativa de Morena sería la eliminación del fuero, tras reunirse con los coordinadores de los grupos parlamentarios de la Cámara de Diputados. De acuerdo con un comunicado, el líder de Morena en San Lázaro detalló que este martes se presentaría la propuesta del diputado Pablo Gómez Álvarez para terminar con el fuero constitucional.
De igual manera dio a conocer que acordó con los coordinadores de las otras bancadas comenzar, el jueves 6 de septiembre, con la Glosa del Sexto Informe de Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
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