Francisco Gómez Maza
• El gobierno presume de que paró el robo de gasolina
• Pero muchos creen que los ladrones están agazapados
Uno de los grandes éxitos del gobierno de López Obrador es el haber parado el huachicoleo, o robo de gasolinas en la mayor parte del territorio nacional, por las venas distribuidoras del combustible.
Enero fue el gran momento en el que la ciudadanía no sabía si llorar o mentarle la madre al presidente porque la táctica en contra de los ladrones de combustible, que se ocultaban en las mismas entrañas de la empresa, generó un desabasto brutal del combustible que estuvo a punto de paralizar toda la actividad económica nacional.
El sufrimiento de la gente fue terrible pues la carencia de gasolina y el comercio clandestino de huachicol ponían en entredicho la credibilidad de todo, empezando con la credibilidad del nuevo gobierno que fue objeto del odio de las clases dominantes y de los políticos del pasado que ocultaron y protegieron el huachicoleo, y quizá algunos fueron cómplices de las criminales empresas dedicadas a abrir tomas clandestinas en los ductos por donde transita el combustible para ser repartido en todas las estaciones de gasolina del país.
El robo a Petróleos Mexicanos fue multimillonario, imposible de calcular aún por los expertos de la empresa. Pero los ladrones, muchos de cuello blanco, se enriquecieron y, lo peor de todo, es que el manto de la impunidad los cubrió benévolamente. Siguió, y sigue, imperando la corrupción y la impunidad, tanto que mucha gente se pregunta por qué no están en la cárcel los depredadores de la nación. Y por lo que se ve aún siguen coleteando robotizados en las llamadas redes sociales.
Hay que reconocer que la lucha del nuevo gobierno contra el robo de gasolina, que era absolutamente permitido por los gobiernos anteriores, fue titánica y estuvo expuesta al repudio popular. Ahora, como lo dice el NYT, el gobierno mexicano declara la victoria contra el robo de combustibles, pero se impone la pregunta: cuánto tiempo durará el gusto, el sabor dulce del triunfo, Desgraciadamente todos los ladrones andan sueltos.
El presidente Andrés Manuel López Obrador asegura que el huachicoleo ha caído en un 95 por ciento desde diciembre, después de que implementó el operativo para acabar con las tomas clandestinas en oleoductos y el contrabando criminal de combustibles.
Sin embargo, hay que tomar en cuenta que los delincuentes aguardan a que el gobierno se enfoque en otro tema para reanudar operaciones. “El crimen organizado solamente está esperando”, le dijo al Times un consultor energético. Sin embargo, el evitar este delito debe de ser una de las tareas de la recién inaugurada Guardia Nacional. Y Petróleos Mexicanos, imagino, debe de llevar un control total de la distribución del combustible a través de la red de oleoductos, para hacerle el trabajo más difícil a los ladrones. Existe la esperanza de que los huachicoleros mayores hayan sido extirpados de la propia empresa y de las empresas sindicales.
Queremos, sin embargo, ser optimistas. El petróleo es una de las riquezas del subsuelo mexicano, mientras no se desarrollen plenamente las energías limpias a las que debería de empezar a apostarle el gobierno mexicano. Mientras tanto, no puede permitir que los ladrones del pasado sigan minando las riquezas nacionales.
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