Francisco Gómez Maza
• Pareciera que Alfredo hubiera ganado a la buena
• Le ofrece chamba al buena gente de Juan Zepeda
Soberbio, triunfalista, despreciativo, sin hablar de todos los recursos económicos, millonarios, aportados por el gobierno federal, que le compraron más de un millón de votos para ganar la gubernatura del Estado de México, Alfredo del Mazo Maza ya se siente presidenciable, como si la inmensa mayoría de los mexiquenses hubiese votado por él, cuando su gubernatura sólo se sostiene en la tercer parte del electorado y eso comprado a fuerza de billetazos.
Uno de cada seis electores votó por él, el porcentaje más bajo de la historia del Edomex. De esto imposible que hable, es materia vedada ante la cual se hacen de la vista gorda las autoridades del Instituto Electoral del Estado de México, que siempre actuaron al servicio del tercer Del Mazo de la cacique-dinastía que ha manejado a su arbitrio el erario de la entidad.
Cuando responde al reportero de El Universal en una extensa perorata llena de mentiras, pareciera que Del Mazo ganó a la buena a la maestra Delfina Gómez Álvarez, con quien se pisaba los talones a cada momento del proceso electoral, a pesar de que el caciquillo, apoyado por el gobierno federal con todos los recursos disponibles se agandalló la gubernatura apoyado por todo el aparato burocrático y con un instituto electoral haciéndose de la vista gorda ante todos los delitos electorales consistentes sobre todo en gastos millonarios para comprar conciencias, dignidades, carnets de votación, votos al por mayor. De esto nadie habla porque el gobierno les tapó la boca con un abultado rollo de billetes de mil pesos. Y no es nada tonto. Es como el ladrón que carga con todo inmaculadamente sin dejar pruebas.
Y ya empezó a repartir premios a quienes le taparon el camino a la profesora Gómez Álvarez, Dice que va a ofrecerle chamba a Juanito Zepeda, que se prestó de muy buena gana a empinarse ante Del Mazo a ver a qué sabía en lugar de, y se decía de izquierda, apoyar a la maestra. Pero no. Le gustó hacerla de mercenario y patiño de la derecha, a ver qué sacaba, como un buen perredista. Cómo se han transformado los perredistas. Cuando los conocí, en aquellos años de la fundación del partido, eran honestos, aguerridos, de una pieza, sinceros, imcomprables. Actualmente son aprovechados, apátridas, con departamentos de lujo en Miami, millonarios y son mercancía dispuesta para que se la lleve ya ni siquiera el mejor postor. Y se hincan ante cualquiera que tiene poder. Como se ve que quien no conoce a dios donde quiera anda poniéndose de rodillas.
Le voy más a Alfredito del Mazo, mi primazo. El no niega la cruz de su parroquia. Él es representante de la clase dominante, de la aristocracia, de los señores caciques de Atlacomulco y de Santiago Tianguistenco. Hace honor a su apellido: Del Mazo, apellido de caciques.
Con una tercera parte apenas del padrón electoral, la otra tercera se la quedó la maestra Delfina y la otra se repartió entre los partiditos y Juan Zepeda, quien le dio un poco de aire a ese PRD agonizante que aún no acaba de dar el último suspiro, Del Mazo no puede decir que el Edomex muestra al PRI fuerte para 2018. Los priístas tienen que hacer grandes ahorros, aparte de lo que les asigne el gobierno de Peña Nieto, para comprar los votos necesarios para que obtengan la Presidencia de la República con el cinismo que los caracteriza. Sólo con la buena voluntad y en entusiasmo de Del Mazo no llegarán a ninguna parte. Recuerden que el Estado de México cambio. La mitad por lo menos, si no es que más de la mitad, por aquello de las compras que hizo el PRI, es de la izquierda lopezobradorista, la que dice Del Mazo que representa el retroceso. Ese retroceso que no les gusta a los caciques porque va en contra de sus mezquinos intereses. Y difícilmente esa izquierda que se conformó para las elecciones del pasado 4 de junio difícilmente, imposiblemente, retornará al redil priista, haga lo que hiciere el señor Del Mazo. Podrá agandallarse un buen número de perredistas de esos que votaron por Juan Zepeda, pero no todos los que votaron por el de Meza puedo asegurarle que son perredistas.
Así, en lugar de andar haciendo cuentas alegres, el señor Del Mazo Maza debería estar muy preocupado porque su triunfo fue pírrico. No ganó por lo menos un millón de votos que sí ganó Eruviel durante las elecciones de hace seis años. Y de ello si debería de estar preocupado y ocupado. Y no puede decir, ante esos resultados tan raquíticos (aunque haya “triunfado”) que el Estado de México manda una señal de fuerza para 2018. Ya basta de triunfalismos infantiloides, mi estimado.
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