• “La violencia ha descendido gradualmente”: Peña Nieto
• Y que estalla violentísimamente Michoacán de Ocampo
No bien acaba el escribidor de leer y asimilar la nota del parisino Le Figaro, con la afirmación del Presidente Peña Nieto de que la violencia descendió “gradualmente” en México, en los siete primeros meses del gobierno que encabeza, cuando se cimbró Michoacán, casi en las víspera de la visita de la saliente secretaria de Seguridad Nacional de Obama, Janet Napolitano, y campos y carreteras se cubrieron de sangre. Y se sigue cimbrando, mientras el Gabinete de Seguridad, encabezado por Miguel Ángel Osorio Chong, reunido de urgencia, no tiene ni la menor idea de qué hacer.
Por eso no hay que hablar a las primeras de cambio, querido don Enrique. Eso le ocurría a Calderón a cada rato.
Es fácil, pero irresponsable, afirmar , como lo dijo el vocero michoacano, Julio Hernández, que los hechos, ocurridos en la tierra del panista que le declaró la guerra al narco de la manera más ingenua del mundo, son consecuencia de las acciones emprendidas por el gobierno en contra del crimen organizado, y afirmarlo sin confirmarlo es aún más idiota. La mejor lección de periodismo que he recibido en la vida me la dictó el gran reportero de origen salvadoreño, René Arteaga: Si te mientan la madre, Paco, antes de publicarlo confírmalo.
La nota más reciente, más calientita, fue conocida en la tarde de este miércoles. En la comunicad de Coahuayana, en la costa del Pacífico michoacano – la Tierra Caliente, muy cerca de la comunidad de Pichilinguillo –, sujetos armados emboscaron a más elementos de la Policía Federal. Lesionaron a siete policías. El presidente de la república probablemente le dio la entrevista al diario francés el jueves de la semana pasada – la declaración fue publicada en la edición del viernes 19 – y el domingo comenzó la balacera.
El domingo, en el municipio de Los Reyes, en la región de la ciénaga, una manifestación de ciudadanos fue atacada por desconocidos. En este ataque resultaron muertas cinco personas. El vocero del gobierno estatal especuló, de su ronco pecho, sin confirmación alguna, que podría haber habido presencia de grupos de autodefensa del municipio de Buenavista Tomatlán en la fatal manifestación, pero entre las víctimas, pues una de las personas que perdió la vida era nativa de esa comunidad. Y tras la masacre de Los Reyes, se dio una movilización policiaca no solo para “restablecer el orden, sino para blindar a la población” y “evitar que este tipo de sucesos vuelvan a dañar a personas inocentes que nada tienen que ver con esos asuntos.”
Pues volvieron a repetirse porque la policía federal fue atacada impunemente por gavilleros con un resultado de 22 muertos – 2 policías y 20 bandidos sin uniforme – y un número no especificado de policías heridos, lo que fue destacado en la prensa digital, en la televisión, en la radio y en los cada vez menos populares periódicos impresos, la tarde del mismo miércoles.
Ay, querido Enrique. En boca cerrada no entran moscas y ahora quién podrá salvarnos. Ni el Chapulín Colorado. No es broma. Es todo muy serio. Muy grave. Gravísimo. Ni la presencia de doña Janet, que la única razón por la que vino de visita fue para despedirse pues ya renunció al encargo, luego del escándalo del espionaje del gobierno estadounidense a todo el mundo, denunciado por el ex agente de la CIA, refugiado en Moscú, Edward Snowden.
Y qué hacer. “Al saber”, responden los paisanos de Chiapas.
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