Francisco Gómez Maza
• La muerte, en el aire
• Y la Cofepris, bien gracias
Puede usted creer que el asunto que le voy a tratar ahora no es grave, pero… cuidado. Puede resultar no sólo gravísimo, sino fatal. Si tiene criaturas menores de cinco añitos, puede que deba interesarse. Pero en este momento. Mientras lee usted este texto. La contaminación del aire puede darle, por lo menos, un gran susto. Su bebé está en grave peligro. En riesgo mortal.
En México mueren cada año al menos mil 680 niñas y niños menores de 5 años, por enfermedades relacionadas con la mala calidad del aire, de acuerdo con las organizaciones Green Peace y REDIM (Red por los Derechos de la Infancia en México.)
El número de muertes infantiles, atribuibles a la contaminación del aire en México, se incrementó casi 60 por ciento entre 1990 y 2015, debido a las altas concentraciones de contaminantes, generalmente vinculadas con el uso de transportes como el automóvil. El riesgo es peor para niñas y niños. Sólo en 2016 -último del que se tiene registro- la muerte de personas de 1 a 4 años representó 53.4 por ciento del total de muertes por asma en menores de 18 años. En ese año, también se registraron mil 902 muertes por infección respiratoria aguda de niñas, niños y adolescentes.
Green Peace y REDIM acaban de presentar el informe sobre los efectos de la contaminación en los seres humanos, denominado No apto para pulmones pequeños. Diagnóstico de calidad del aire y el derecho de niñas, niños y adolescentes al aire limpio.
Ambas organizaciones se quejan, con justísima razón, de que las autoridades mexicanas han hecho mutis ante los llamados a preocuparse por el problema. En 2013, la REDIM publicó un primer informe sobre este tema, en el que alertó sobre la urgencia de generar, y homologar, en todo el país, políticas públicas dirigidas a mejorar los sistemas de información de los efectos de la calidad del aire en los derechos de las niñas, niños y adolescentes, así como en las regulaciones para hacer frente a la contaminación atmosférica en México.
Lejos de atender la problemática, el gobierno federal y los gobiernos locales han avanzado muy a paso de tortuga, a cuenta gotas o, en la mayoría de los casos, ignoraron las recomendaciones de Green Peace y REDIM. Por ejemplo, no actualizaron las NOM (Norma Oficial Mexicana) que regulan los límites máximos permisibles de emisiones contaminantes y la calidad de los combustibles, ni las de salud ambiental, para homologarlas con los estándares que propone la Organización Mundial de la Salud (OMS). Tampoco hicieron lo suficiente para formar a niñas y niños sobre las implicaciones y riesgos de la mala calidad del aire; o crear un andamiaje institucional en las entidades que atienda este problema.
Otras deudas son el fortalecimiento del monitoreo de la calidad del aire en varias ciudades del país; el cruce entre esta información y la de salud pública para hacer análisis, así como la puesta en práctica de sistemas integrales de transporte público, y la promoción de sistemas alternativos de transporte no motorizado.
“Desde la publicación del primer reporte, casi 85 mil personas han muerto de forma prematura en México debido a la contaminación del aire. Todas estas muertes serían evitables si se cumplieran las recomendaciones de la OMS y otros mandatos internacionales”.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) no cumple con su obligación de ajustar las NOM para garantizar los derechos de la infancia. A pesar de haberse promovido dos juicios de amparo para que Cofepris actualice las normas de salud, la inacción de esta autoridad ha sido secundada por los Juzgados Cuarto y Sexto de Distrito en Materia Administrativa en la Ciudad de México, por lo cual las organizaciones mencionadas presentarán recursos de revisión para que los Tribunales Colegiados de Circuito resuelvan, en definitiva, con la posibilidad de que soliciten a la Suprema Corte que intervenga para atraer uno de estos casos, dada su relevancia a nivel nacional.
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