Desde los inicios de la Cuarta Transformación de la República, la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C., así como diversos ateneos, barras y agrupaciones de abogados independientes han venido sosteniendo, pidiendo, exigiendo una depuración total, absoluta en el ámbito de procuración e impartición de justicia en razón a la afectación que se causó por el fenómeno de corrupción en la etapa neoliberal y por sobre todo por su subordinación al poder del narcotráfico que se infiltró en el medio.
Los más tenaces enemigos del C. Presidente de la República, así como de la libertad, la dignidad y la independencia que exige la justicia y el decoro constitucional y republicano, son precisamente aquellos fiscales, ministerios públicos, jueces, magistrados y uno que otro ministro que defienden a ultranza el sistema neoliberal.
En ésta Cuarta Transformación de la Nación es incontenible la posición del pueblo y su malestar por no encontrar justicia, seguridad y bienestar. Ha prendido tan hondamente en la conciencia de todos y en la ilusión de chairos y fifís que nadie va a poder contener la pasión por encontrarla y ello únicamente se debe y se tiene que producir en el cumplimiento cabal del espíritu que señala la Constitución Política de los Estados unidos Mexicanos, la cuál en el artículo 17 ordena una justicia digna, limpia y transparente, alejada de toda corrupción e incorrecta interpretación de la ley, entendiendo que la corrupción puede ser económica o intelectual. La ruptura con el sistema neoliberal tiene y debe producirse con la aplicación de las exigencias insertas en la Carta Magna. No hay otra forma posible y permisible de dar continuidad al neoliberalismo y a la narcopolítica que propició el deterioro del México en el que vivimos. No se puede dar a plenitud la Cuarta Transformación sin romper radicalmente con el poder de la narcopolítica, con el poder de la corrupción, con sus principios, con sus valores, con su derecho a la impunidad y con su justicia de corrupción.
Es un reto de una dificultad extraordinaria, pero posible, factible, siempre y cuando se seleccionen las Togas más adecuadas para combatir ello, aquellas que nunca cayeron en complicidad con la narcopolítica ni en actos de servilismo con diversos gobernantes de sexenios anteriores.
Es preciso reconocer que con la letra y el imperio de la Constitución que nos legó Carranza, se puede obtener ello. Son muy ilustrativas las palabras de nuestra Suprema Ley cuando le reclama a aquellos que juraron cumplir y hacer cumplir sus mandatos y si así no lo hicieren se les reclama.
Hoy el pueblo reclama justicia, reclama seguridad, reclama transparencia, reclama, reclama, reclama y para ello no hay consultas hay reclamos, esos reclamos son los que hay que atender en términos del arábigo 17 Constitucional, de lo contrario los actos de gobierno, los cuales preside Don Andrés Manuel López Obrador serán infructuosos, inútiles, ineficaces, inadecuados e inoperantes.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del Colegio de Abogados de México, A.C.