- Cancelado -¿para siempre?- el sistema nacional anticorrupción
- Y es que, para los políticos, sería darse un balazo en el pie
Es el cuento de nunca acabar en este país imaginario, en esta tierra de coyotes (coyotes que practican el coyotaje). En este mercado de la transa donde el que no transa no avanza. En este gran teatro de la eterna simulación.
Y es que los corruptos por nacimiento jamás podrán liberarse de esa codependencia. No pueden vivir sin ella. Es como su oxígeno, su manía, o su cleptomanía.
Como el que no puede vivir sin el alcohol o sin una línea blanca.
¡Están tan acostumbrados a vivir y convivir con la mordida, el cochupo, la iguala, el chayote, la payola, el embute, el engaño, la transa, el robo en despoblado!
Ya lo sabía.
Desde que el presidente lo anunció en la ceremonia de su asunción, hace ya dos años, desde que nadie, durante dos años, se sintió aludido; desde que Ricardo Anaya, el del PAN, anunció hace poco que iniciaría una reforma para crear un sistema nacional anticorrupción; desde que la gente, mucha gente, millones, empezaron a cuestionar a los políticos corruptos, a los grandes corruptos, inclusive, la palabra corrupción causó graves estragos en la clase política.
Bueno, en realidad es una palabra tabú, que siempre que se usa es en términos muy generales, nunca se le pone nombre y apellido, por miedo, o porque se participa de la fruta podrida.
Fueron tales los estragos, que en el Congreso, en la Cámara de Diputados, todo se derrumbó, cosa que ya esperábamos, y no habrá sistema nacional anticorrupción como lo pretendía el presidente del PAN, por supuesto que para ganar puntos electorales, a unos cuantos meses de las elecciones intermedias de junio venidero.
Y es que cuando se habla de corrupción, los integrantes de la clase política (– ¡y no sé por qué?) – pareciera que tienen pavor de darse un balazo en el pie. ¿Está tan encarnada en el ADN político esa maldita palabrita?
Pues resulta que la Comisión de Puntos Constitucionales elaboró un documento que ha sido presentado como dictamen, según los priistas, y pre dictamen según panistas y perredistas. Lo chistoso es que ese documento fue, según acusan los panistas, elaborado en Los Pinos, para contradecir y anular la iniciativa panista. Esta opinión es prácticamente avalada por el PRD, quien en voz de Alfonso Raya advierte que no va con un sistema de corrupción simulador, a modo del gobierno priísta de Peña Nieto.
Este jueves, tanto panistas como priístas y perredistas desfilaron por el atril de lo que los reporteros llaman el “Chacalómetro”, en el lobi del palacio legislativo, para dar sus razones. Y por lo escuchado, pues la conclusión es que no habrá una verdadera lucha verdadera contra la corrupción.
Y como va a haberla si la corrupción es parte de la filosofía, de la idiosincrasia, de la religión, de la teología del político mexicano. Da pena decirlo, pero esa es la realidad. Cómo, si la lucha contra la corrupción es nada más para los tiempos de campañas por el voto ciudadano. Nomás. Para que las fuerzas vivas sepan que no somos corruptos y voten por el partido. Y después a entrarle a la carrera de los aspirantes a nuevos ricos.
Ayer fue el escándalo en los pasillos de la Cámara de Diputados. Pues resulta que apareció un documento que el PRI califica de “dictamen”, y los demás – o sea PRD y PAN – dicen que sólo es un “pre dictamen”, pero curiosamente avalado por el presidente de la Comisión de Puntos Constitucionales, el perredista Julio César Moreno.
Y nadie está de acuerdo con el pre dictamen o dictamen, salvo el PRI, porque panistas y perredistas aseguran que el tal documento se aleja totalmente de las iniciativas constitucionales panista y perredista. Y todo huele a que fue elaborado en la residencia oficial de Los Pinos, para imponer un sistema nacional anticorrupción a modo del gobierno.
Muy explicables molestias, profundas desavenencias dieron al traste con la negociación en la Comisión de Puntos Constitucionales. Y todo se derrumbo. Aprobar un sistema anticorrupción controlado por funcionarios del gobierno sería continuar con la simulación. Con ese gatopardismo inmisericorde que le ha hecho tanto daño a las mayorías de los mexicanos, que tienen que pagar, hasta con intereses, la corrupción de muchos políticos.
No era ese el espíritu de las propuestas panista y perredista. Estos buscaban un sistema anticorrupción autónomo, libre, ciudadano.
No habrá ya nada por el momento. El periodo se termina el lunes venidero. Y sobre la corrupción es más importante el decálogo de Peña Nieto para abatir la criminalidad.
Y puedo asegurarle que la corrupción mexicana es incorruptible. Nadie la podrá parar nunca. Parece mentira, aunque nada es verdad ni es mentira, y; todo es según el color del cristal con que se mira, como dice Ramón de Campoamor.
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