• Con Ricardo Anaya, Gus Madero se asegura al PAN
• Los porros del Yunque sólo se dedicarán al pataleo
Hoy se firmó en la tribuna de la Cámara de Diputados la debacle del Yunque, la perversa organización fascista que intentaba controlar el Comité Ejecutivo Nacional del PAN.
El diputado Ricardo Anaya, presidente de la Mesa Directiva, solicitó licencia para hacer mancuerna con Gustavo Madero y mantener con vida a ese partido que madrearon inmisericordemente Vicente Fox y Felipe Calderón.
Anaya se despidió con gloria de su encargo. Todas las fracciones parlamentarias lo ensalzaron por su desempeño como pastor de la asamblea general en el último periodo del año pasado y en lo que va del primer periodo de sesiones del presente año.
El queretano hará dupla con Madero para pastorear al alicaído agrupamiento albiceleste y mantener la esperanza de resucitarlo – en el censo que el PAN realizó luego de la tragedia electoral de 2012 sólo le quedaban alrededor de 85 mil militantes en todo el país – y luego, hacia otro estadio en su meteórica carrera política: la gubernatura de su estado natal: Querétaro.
A Ernesto Cordero y a Juan Manuel Oliva (éste, prominente porro de la organización fascista El Yunque) sólo les queda el derecho del pataleo. Josefina Vázquez Mota, otra aspirante a dirigir al PAN, lo entendió a tiempo y declinó su participación en la contienda. Pero Cordero y Oliva están cavando su propia tumba frente a una realidad que de ninguna manera les favorece.
La suerte está echada. El PAN seguirá en manos del chihuahuense, con el apuntalamiento de lujo de Anaya. Felipe Calderón es el derrotado, luego de sus porfiados intentos por adueñarse de la estructura del partido que recibió de su maestro, el desaparecido Piolín, Carlos Castillo Peraza, quien se fue a la eternidad decepcionado de un alumno y ahijado que no aprendió.
El presidente Enrique Peña Nieto sale muy favorecido, pues seguirá acompañado y arropado por un PAN a modo de su política reformista, a cambio de seguir dando oxígeno boca a boca a las huestes del partido fundado por Manuel Gómez Morín.
A Anaya, por lo pronto, le espera la secretaría general del partido, ahora en manos de Cecilia Romero ante la licencia solicitada por Madero para contender por la reelección. Pero el futuro del queretano es obviamente la presidencia del instituto político, pues Madero tiene que retirarse a tiempo. Y más adelante, la gubernatura de Querétaro, en donde ciertamente no es tan popular porque le ha apostado más a la fama nacional, pero en política no hay nada escrito.
Ya los priístas empiezan a preocuparse porque tendrán que formar un candidato que pueda competir con el ahora ex presidente de la cámara de diputados.
Muy interesante la despedida de Anaya del salón de sesiones de San Lázaro. Salió como un torero triunfador, en una tarde de arena, sol y olés. Todos los partidos lo elogiaron porque demostró sabiduría, serenidad, imparcialidad, prudencia, tolerancia en el manejo de las sesiones legislativas.
Se calman así los ánimos de los círculos panista y se instala la serenidad. No pasarán los porros del Yunque. No se agandallarán al partido. Ése continuará siendo una pieza importante en el ajedrez que juega el presidente Peña Nieto. Como puede ocurrir en el PRD con el cambio estatutario de dirigencia. Los Chuchos le han operado el trabajo sucio al Presidente. Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano puede quedarse en el camino en sus aspiraciones por volver a dirigir al partido que él fundó.
A la república de Peña Nieto no le convienen los cambios en los dos principales partidos llamados de oposición, y tiene operadores muy duchos para cargar los dados a su favor.
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